Me encuentra y sin perder tiempo me relata: ¡cómo es posible que en tiempos de revolución en el municipio Tulio Febres Cordero, no exista el más mínimo conocimiento de las leyes que protegen a seres que vienen a este mundo con desventaja, concretamente deficiencias cognitivas!
Mi hermano José Adán Flores Rangel, desde hace 27 días presenta temperatura superior a los 40°C, corrí y lo lleve al hospital de Tucaní, esto fue el 30 de junio y no había médico.
Desesperada me trasladé hasta el hospital de Caja Seca, como no hay servicio de laboratorio me toco pagar una clínica, volví al día siguiente con los exámenes de plaquetas, estaban bien, pero la fiebre no bajaba de los 40°C, eso me lo dijeron los médicos de guardia.
Como la fiebre continuaba, sabía que algo no estaba bien en él. Entonces el martes seis, fui hasta Nueva Bolivia, donde queda la fábrica de Lácteos Los Andes, solicité el traslado de mi hermano en ambulancia para Mérida, me lo negaron porque no tenía un familiar que trabajara dentro de la empresa, y argumentaron que la referencia que llevaba no era válida, porque estaba hecha en un récipe y que una fiebre no era motivo de traslado.
Rogándoles, suplicándoles les dije que no tenía dinero para pagar un carro, que por favor me llevaran, que mi hermano pertenecía a la escuela especial del municipio. Sin embargo, después de tres horas sentados, esperando respuesta me dijeron que volviera al hospital de Caja Seca y pidiera otro informe más específico y en el formato del hospital. Regresé al hospital y la doctora me regañó, porque por una fiebre ella no iba a firmar una referencia, y que papelería no tenia.
Fui a los bomberos de Nueva Bolivia, muy amablemente me dijeron, no tenemos ambulancia, te prestamos un paramédico, fui a la alcaldía del municipio para conversar con el Sr. Adalberto González, encargado de la Oficina de Discapacitados, me dijo que quien autorizaba los traslados era la Sra. Gloria y que ella no estaba en la zona, y que andaba haciendo diligencia con la ambulancia y que una fiebre no era motivo de traslado.
Ahora, ¿Cómo es posible que las ambulancias de la comunidad tengan que ser tomadas por una señora como suyas? Señora que en cada campaña electoral visita mi casa ofreciéndome bastantes papeles e informes médicos, según ella, para ayudar a mi hermano, pero solo, cuando ella nos necesita.
No tenía dinero para pagar el traslado, muchas veces ni tengo para comprar los medicamentos de José Adán, ¿cómo puedo ahora pagar 400 Bs. F que vale la carrera desde Santa Elena de Arenales hasta Mérida?
A todas estas, conseguí traerlo hasta Mérida, hasta el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (IAHULA) y aquí estamos hospitalizados, aun no saben por qué es la fiebre, gracias a mi Dios lo están tratando como debe ser, por su condición, pero esto no se puede quedar así, es triste como personas que se dicen revolucionarias, generan este tipo de conductas, juegan y se burlan del dolor ajeno.
Individuos que nos conocen de toda una vida y porque tienen un poquito de poder lo mal utilizan para dañar al pueblo, esto no es revolución.
Esto deben conocerlo los que se creen los jefes más altos del pueblo, esto tiene que dejar de pasar, -prosigue María- ¡si te enteraras de las cosas que pasan en mi tierra, dirías, no pertenezco a esta revolución, no a la de ellos, eso no es lo que dicen los ideales de nuestro Presidente, así no es!
Creo en el poder del pueblo, pero también creo que los inocentes no deben pagar lo que personas conscientes están haciendo mal.
Bueno los dejo, voy a relevar a mi mama que está con el niño, yo lo cuido de noche, él depende de otros para poder estar bien.
Muchos conocen mi trabajo y el apoyo que con franqueza les di en su momento, el Dr. Williams, Alcalde del municipio, ahora no me conoce.
Saludos, que cambie la revolución.
27 de julio de 2010