A los pocos minutos ya duerme y comienza su soñar. Una mujer es nombrada Ministra de la Defensa, inmediatamente es rodeada por una peña de maldicientes tejedores hostiles a todo.
Los ingenios del embuste peregrinan por el piso diecinueve de un edificio público. La recién constituida ministra dedica su jugoso nombramiento a emprenderla contra quienes tengan un tino de razón.
Inmediatamente cree que los vecinos del Caribe, Amazonia y Andes preparan un inminente ataque contra nuestro país. La hostilidad contra cualquiera está construida por sus aduladores.
Mueve tropas, aviones, tanques, cualquier error es cometido sin ningún sosiego, inmediatamente agrieta amenazas contra los menos indicados. Después de cometido el daño inicia un débil manejo nombrando a sus peores.
Rodeada de mentiras, fractura verdaderos cambios. Peor es su desconocimiento al nombrar a quienes soportan el estigma de la traición: los Quinta Columna. Verdaderos infiltrados que manejan cargos y personajes al compas del antojo de su incapacidad.
Las características de la ministra es generar abiertos líos. Ignora verdades dentro de los espacios que considera el manejo de su ministerio. Persigue abierta y descaradamente a revolucionarios. Su gestión empieza a ser dedicada a la contra revolución.
Para ella esta negada la posibilidad de trabajar junto al crecimiento de jóvenes generaciones. La prepotencia es servil al tomar la copa del día.
Este ministerio se maneja en la sobrevivencia del último minuto, solo lo mantienen su desorbitante presupuesto y créditos adicionales que manipula desde la Asamblea Nacional.
Las obras de infraestructura manejadas desde sus dependencias están paralizadas, pero eso no importa.
El piso decimo noveno es su comando de la mentira, especulación, persecución, y problemas. Utiliza el poder de todo un ministerio para el pase de facturas, todo al pedido de quienes intentan tomar completamente dependencias en el resto del país para desde allí hacer sus negocios y mantener a una sarta de vagos, quienes cobran sin trabajar y utilizan el Partido Socialista Unido de Venezuela al antojo de sus ganas.
Y para todo esto, una desubicada ministra ejerce el poder de la maniobra y mentira incoada en la más peligrosa usura del poder, perseguir gestiones regionales de convencidos revolucionarios, amenazar con comisiones interventoras y arrebatar vulgarmente de sus cargos verdaderas gestiones que no se estupidizan ante las “ordenes de Caracas”.
Pero el sueño de Evaristo es corto desde el frio banco de una plaza y después de un par de horas despierta. Las cosas están un poco claras, suspira después de un susto y da gracias a la providencia que la ministra Hanson es del Ministerio de Educación y no de la Defensa, pues sus desatinadas congruencias nos hubiesen metido en serios líos.
Evaristo
recoge los deshilachados periódicos que acompañaron su sueño y al
partir conversa en su soledad, “en esta revolución unos andan contra
los otros, creo que el objetivo es Chávez”.
venezuela01@gmail,com
Para: www.aporrea.org
02 de marzo de 2011