La bendita Mesa de la Unidad opositora cree que se la está comiendo con la creada guerra mediática bacteriológica que los irresponsables medios de comunicación pululan. Asustando a millones de venezolanos, todos son invitados a entrar en pánico a través de la divulgación de virus mortales, escandalosamente explotados por alocados comentaristas.
Inmediatamente logrado su despliegue publicitario, -opinan hasta los comentaristas deportivos- ahora se presentan como expertos analistas en salud pública, alertan con el terror atemorizando a poblaciones enteras. Situan dichas enfermedades en áreas o estados específicos.
Ahora es La Palometa Peluda, aun no terminamos con la AH1N1, pero también pasamos por brote de Mal de Chagas, Dengue y Cólera. Otro disipado opositor creyendo que no había perdido su tiempo, mostro unas fotos con plantas infectadas por la Sigatoga Negra las cuales arruinaban cientos de hectáreas de plátano en el Sur del Lago de Maracaibo, pero su magia se caía y se descubría que las fulanas fotos eran de unas plantaciones etíopes.
Esta estrategia va acompañada de esmerados programas donde inmisericordemente se ataca el sistema de salud de la región escogida. Allí la oposición encuentran de todo, ausencia de enfermeras, médicos, especialistas, falta de insumos, equipos dañados o falta de quien los maneje, baños descompuestos, techos rotos, humedad, que no hay una inyectadora o una aspirina, que las sillas de espera están picadas o que no existen, y que hasta el chofer de la ambulancia llego tarde.
Como lo señala Sigmund Bautman en su obra: Miedo Líquido. Todo es transformado por periodistas habladores del terror colectivo. Trajeados presentadores opositores, simuladores de ética, actores frente a pantallas, radios y periódicos que conforman conglomerados empresariales con inversiones extranjeras.
Seguro mañana será el invento que somos objeto de un ataque de piojos.
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