No todos y
todas en la oposición juegan limpio entre ellos, no hay confianza mutua
y cuando alguien se entera de una jugada en la cual no fue incluido
sale más veloz que rápido a la palestra a gritar a los cuatro vientos
los intríngulis de dicha jugada y pretendiendo adjudicarse los méritos
del caso y darse el tuopé de estar en la pomá.
Por eso es
que mentes perversas en el seno de la oposición partidista –
empresarial, tanto en la fracción parlamentaria opositora, así entre
ellos mismos, se pasan facturas además que en este conjunto de contrarrevolucionarios
y contrarrevolucionarias no manejan el mismo nivel de valiosa información
y no impera el mismo relación de confianza, entre ellos mismo reina
la desconfianza, los que están en planes conspirativos no les sueltan
prenda a los que no están, desde luego no hay los mismos intereses
grupales. Por eso es que los y las jóvenes, los germinales y potenciales
líderes de la oposición se sienten incómodos con los históricos
a quienes le acuñan la responsabilidad por sus veleidades y corruptelas
de que haya ocurrido en Venezuela el “Fenómeno Chávez”.
Además, los
intereses de la oligarquía pitiyanki no son los mismos a los intereses
de los activistas políticos que están presentes en su fracción parlamentaria
en la Asamblea Nacional. Ya algunos extremistas se están fastidiando
puesto que fueron allí a darle una patada a la mesa pero hasta ahora
no han podido.
Para desconcierto
de sus propia membresía y también para algunos diputados y diputadas
quienes no entendieron la jugada opositora de ciertos “líderes”
de alentar por justificativo constitucional que el Vice Presidente Elías
Jaua asumiera la primera magistratura, además de medición de fuerza,
genera suspicacia que una vez Jaua investido de Presidente e instalado
en Miraflores vale preguntarse qué planes tendrían ellos, no es descabellado,
ni fabulado pero sería podría ser, verdad, asaltar Miraflores con
grupos comandos provenientes de los distintos recintos carcelarios de
la zona metropolitana de la capital.
Es posible
que toda la oposición cometa errores pero lo cometerán serán quienes
desde su propio seno se dejen utilizar por otros y otras que astutos
y astutas y jugando a cuadro cerrado con el Imperio si tienen y con
qué, conexiones con los hilos ocultos de la contrarrevolución y con
los órganos de inteligencia del imperialismo mundial porque su origen
de clase y los intereses que defienden tienen garantizados más allá
de los cinco minutos de gloria que pudiera obtener quien desde una posición
de resentimiento o por desclasado tenga o juegue a ser contrario al
proceso de cambio revolucionario en Venezuela.
Si el gobierno,
o mejor el Estado, no deja por sentado su responsabilidad en la administración
de justicia con principios morales, éticos, con instrumentos jurídicos
cónsonos e idóneos donde se señalara inequívocamente al capitalismo
y a sus defensores y defensoras como causante de las anomalías estructurales
sociales y que por supuesto tenemos que acelerar el paso para construir
una sociedad justa y amante de la paz, con mayores niveles de seguridad
social, mayor felicidad y mayor estabilidad política dichas variables
que se han venido instrumentando con ciertas rémora pero con acierto
y beneplácito de la población.
La oposición
en su conjunto por el contrario, no presenta ningún plan, programa
o proyecto, sin escrúpulo, carroñera como siempre, utilizará a sus
propios e inocentes activistas estimulándole a marcar pauta en la historia
y en ese delirio oposicionista alentar de que a Chávez hay que sacarlo
como sea, hasta pactando con el diablo, evidenciándose así, que no
vienen con reglas clara al juego y rejuego de la política; pues bien,
la oligarquía pitiyanki y el imperialismo mundial liderado por EE.UU.
vienen por todo.
Los medios
de comunicación de la oligarquía con la espectacularización de la
política se quitan las chancletas y se lanzan a la calle, desgreñados
y virulentos, perniciosos y jactanciosos de haber conseguido un hecho
-y cuidado si no son los propiciantes de belicosos acontecimientos-
para exacerbar pasiones omitiendo razones y estimular suicidas por ellos
y por los intereses mezquinos de la oligarquía y del imperio mundial
quienes si se auto adjudicaran el curso de los acontecimientos y la
direccionalidad que tomen.
No se sabe
a la fecha si será William Ojeda o Miguel Ángel Rodríguez o
algún representante empresarial en la Asamblea Nacional quienes se
peleen entre sí para anunciar bien temprano en la mañana como lo hizo
con la satisfacción del deber cumplido el arrastrado, el descarado
de Napoleón Bravo: -Buenos días, tenemos nuevo Presidente!