Recientemente apareció a través de medios alternativos un excelente trabajo donde se describe con detalle el procedimiento aplicado para gestar el gran fraude mediático y leguleyérico operado por estos esbirros a través de ese mamotreto anti-democrático que es la ONU y de su servil Secretario General Ban Ki Moon (“Libia y la gran mentira: utilizar a organizaciones de derechos humanos para emprender guerras”, por Mahdi Darius Nazemroaya. Fuente: http://resistencialibia.info/?p=1145).
En el trabajo referido se anexa la lista de firmantes de la abyecta misiva que da inicio en la ONU al intervencionismo extranjero que culmina con los bombardeos “humanitarios” de la OTAN y la campaña terrorista adelantada por las hordas de mercenarios bajo la bandera monárquica del autodenominado Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia.Estos son los “venezolanos” y sus respectivas organizaciones imperiales que firman la mencionada misiva: Carlos E Tinoco, activista de la AC Consorcio Desarrollo y Justicia; Carlos E. Ponce, activista en Venezuela de la Latina American and Caribbean Network for Democracy; y Sammy Eppel, activista en Venezuela de la B’nai B’rith Human Rights Commission.
Esta acción retrata en cuerpo y alma la posición ideológica y política de la burguesía “venezolana”, parasitaria y dependiente. Una clase social presta a facilitar a sus amos imperiales el asesinato en masa de los pueblos, cualquiera que sea, que no estén en línea con los intereses imperiales.Llama la atención que por lo menos una de estas organizaciones (AC Consorcio Desarrollo y Justicia) tiene importantes vínculos con la OEA y la CIDH, constituyéndose en especie de “sustanciadora” de los “casos” que a cada rato se traman contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. De allí que el objetivo superior de estas pandillas organizadas es lograr la intervención armada imperial en el suelo patrio con el pretexto de la defensa de los derechos humanos.
Llama también la atención que algunas de estas organizaciones tienen entre sus frentes de trabajo al sector indígena. El Presidente hermano Evo Morales ha denunciado la participación de estas organizaciones en las acciones anti-gubernamentales de minoritarios grupos indígenas, acciones cuyos objetivos son manipulados a través de visiones ultra-radicales de la cuestión ecológica. Esa es precisamente una de las tareas de estas supuestas ONG: exacerbar las legítimas exigencias económicas, sociales, ecológicas y de cualquier género en función de crear estados de inestabilidad y desestabilización de gobiernos progresistas. Seleccionan entre sus víctimas a los sectores sociales políticamente menos avanzados. No sería extraño que tanto en el estado Zulia como en el estado Amazonas, sus respectivas gobernaciones en manos de la traidora oposición venezolana estén promoviendo estas actividades. El carácter fronterizo con Colombia de estas entidades le agrega al asunto una mayor peligrosidad. ¿Es acaso una casualidad, un “producto natural de la tiranía que se quiere derribar”, que el imperialismo siempre cuente a su favor con el activismo de grupos internos, supuestamente populares, encargados de hacer el trabajo de “legitimación” de la conspiración, del golpe de estado o la revuelta?Es menester pues que el Estado revolucionario y el pueblo revolucionario organizado asuman la defensa ante esta variante de la Guerra de Cuarta Generación. En primer lugar, hay que atacar las líneas de suministro de estas ONG. Tanto el financiamiento externo como el interno (a través de los entes regionales que controla la oposición) deben ser sometidos a una minuciosa contraloría social y del Estado. Entendemos que existe un marco legal para ello el cual hay que llevar a la práctica. Cortar estas líneas allí donde incumplan con la norma legal.
Es menester que los servicios de inteligencia le metan la lupa al “trabajo” que probablemente estas organizaciones llevan a cabo con nuestros hermanos indígenas (y con otros sectores sociales), amén de acentuar las políticas sociales que el gobierno revolucionario adelanta a favor de las comunidades indígenas y de los sectores sociales más desprotegidos.Se desprende aquí la importancia que tiene el Gran Polo Patriótico. Es necesario que los distintos sectores y grupos sociales organizados, objetivamente confrontados con el capitalismo, se reúnan en calidad de iguales para debatir su problemática y darle cause a alternativas revolucionarias de solución, dentro de la unidad en la diversidad. Tremenda iniciativa para frenar, entre otras bondades, la penetración que adelanta el imperialismo entre jóvenes, indígenas, sindicatos, gremios, mujeres, militares, grupos religiosos, pequeños comerciantes, deportistas, usuarios y usuarias de servicios, artistas, grupos de orientación sexual, etc. Ello supera con creces el objetivo táctico de ganar elecciones, sin restar la importancia que esto último tiene.
No nos hagamos ilusiones. La clase social burguesa es una clase profundamente traidora heredera del paecismo y del santanderismo pro-yanquis, asesinos de Libertadores. Lo hicieron con Colombia Bolivariana, con Cuba y con Libia. Y están prestos a hacerlo con Venezuela. Pero, NO PASARÁN.INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA, VIVIREMOS Y VENCEREMOS
Luis2000aponte@gmail.com