Nunca podrá resaltarse lo suficiente, la importancia que tiene para el ser humano la educación en su comportamiento durante toda su vida.
Todo ser viviente, entre ellos nosotros, cumple con un ciclo vital, que se inicia con la concepción y luego con el desarrollo del organismo. Para crecer y desarrollarse cualquier organismo precisa consumir una serie de elementos, los cuales son aportados por los alimentos.
Nos referiremos aquí al ser humano, quien como sabemos es un mamífero, vertebrado, que crece y se desarrolla en el útero materno durante cuarenta semanas aproximadamente y al nacer depende esencialmente de la leche materna, durante sus primeros meses de vida extrauterina.
Por tanto, la educación debe resaltar sobremanera la gran importancia de la alimentación de la mujer embarazada y de ésta luego del parto, durante la etapa de lactancia, además la extraordinaria necesidad del control médico de la mujer embarazada, desde el mismo momento en que se sospeche el embarazo y hasta que éste finalice. Igualmente el control del recién nacido por el pediatra (control de niño sano), donde es establecido además un régimen apropiado de alimentación, vacunación, control adecuado del crecimiento y desarrollo del niño (éste debería efectuarse en las instituciones educativas para lograr un mejor control de dicho importante proceso).
Es preciso que desde la educación inicial se creen hábitos alimenticios adecuados, indicándole a la madre si es el caso o a la persona encargada de preparar los alimentos del niño, cuál debe ser la alimentación más adecuada para el niño, su forma de preparación, los horarios y sobre todo los alimentos y productos que deben ser evitados para no crear la costumbre de su ingestión por parte del niño de mayor edad y luego como adolescente y adulto, porque los hábitos alimenticios se crean desde la infancia.
Loa alimentos y productos que deben ser evitados son entre otros: dulces y en especial las bebidas gaseosas (refrescos), alimentos procesados (por su alto contenido en sodio y otras sustancias preservantes), los muy ricos en grasas y harinas, sobre todo la combinación de éstos dos componentes (harinas fritas = empanadas, pastelitos, etc.)
Deben preferirse los alimentos naturales, ricos en proteínas y fibras naturales como: carnes de diferentes tipos, vegetales verdes, hortalizas, frutas, quesos y otros productos lácteos, leguminosas (granos = caraotas, frijoles, lentejas, garbanzos), cereales y sus harinas, en especial los producidos en Venezuela (maíz, arroz).
El pan y las pastas que son tan consumidos en el país, deben ser sustituidos progresivamente en el paladar del venezolano por productos de maíz (arepas, hallaquitas, cachapas) y por el arroz, por el simple hecho de ser el trigo un cereal de origen no tropical y por tanto tiene que ser totalmente importado y es una simple fuente de almidones, que pueden ser suplidos por otros vegetales contentivos del mismo, como son: papas, yuca, ocumo, apio, además de los cereales ya nombrados.
Algo en lo cual debe insistirse en la educación de nuestros niños es en el aumento del consumo de vegetales, de todo tipo, sobre todo los de colores verde y amarillo, por su alto contenido en carotenoides, precursores de la vitamina A, de suma importancia para mantener indemnes la piel y mucosas, además de servir para mejorar la visión nocturna. Conviene combinar las carnes con los vegetales, pues a través de su combinación se rinden las primeras (carnes de res, cerdo, pollo y pescado), aumentando la absorción de nutrientes, sobre todo vitaminas.
Otro aspecto de inmensa importancia y que ha sido eliminado de los estudios en nuestro país, es la enseñanza del arte culinario.
Es un error restringir la educación de la materia cocina, a solamente el sexo femenino y peor aún eliminarlo totalmente.
Deberíamos partir del siguiente principio: “Para vivir tenemos que comer y para comer debemos preparar los alimentos”. Por otra parte, éste principio se aplica por igual a hombres y a mujeres, ya que no sólo se alimentan exclusivamente las mujeres.
En nuestra sociedad que es eminentemente machista, muchas labores que no tienen por qué obedecer a un criterio sexual o de género se han dejado exclusivamente a la mujer, éste es el caso de la preparación de los alimentos (la cocina).
El hombre no pierde su virilidad por realizar labores del hogar y en ocasiones, sobre todo cuando aún permanece soltero y se aleja del domicilio de sus padres (por estudios o trabajo), tiene obligatoriamente que realizar dichos trabajos y particularmente la alimentación se efectúa generalmente tres veces al día.
El niño desde la educación inicial, puede comenzar a instruirse en la preparación de sus propios alimentos, iniciando, por supuesto, con labores muy sencillas, acordes con su edad y aumentando la complejidad de éstas a medida que avanzan en el grado de instrucción, destreza y edad.
Es conveniente recordar, que los grandes cocineros o “chefs de cuisine”, son del sexo masculino en su inmensa mayoría, lo cual demuestra que la cocina no está reservada exclusivamente a la mujer. Igualmente, una buena comida, además de depender indudablemente de la calidad de los ingredientes, precisa de una adecuada preparación y sobre todo una mejor presentación, lo cual podemos aprender mediante la educación formal.
Las comidas más sencillas y comunes, es preciso saber prepararlas, porque una arepa, un huevo frito o cocido, tajadas de plátano maduro o verde (tostones), si no se saben preparar, pueden ser tan difíciles como el plato más complejo o elaborado, puesto que lo que desconocemos siempre nos producirá grandes problemas y trabajos.
En las escuelas bolivarianas, donde se les suministra alimentación a los estudiantes, es el sitio propicio para implementar un programa educativo teórico-práctico, principiando por la educación de los docentes y del personal de la cocina, quienes a su vez transmitirán sus conocimientos a los alumnos, también de manera teórico-práctica.
Para finalizar,
es preciso resaltar la importancia de la ingestión de líquidos, principalmente
en la forma de agua potable, así como también en forma de frutas
y sus jugos. Deben evitarse por perjudiciales, la ingestión de bebidas
gaseosas (refrescos), azúcar y dulces, por ser cariogénicos (productores
de caries dentales), alimentos con alto contenido en grasas y sal (procesados
industrialmente), aquellos que combinan harinas y grasas (frituras),
los contentivos de colorantes y sabores artificiales, porque todos ellos
provocan o contribuyen a producir problemas de salud, como son: Diabetes
mellitus, Hipertensión arterial, Cardiopatías y hasta Cáncer en diversos
órganos.
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