Dentro de la gran concentración resalta una joven y bella funcionaria de la nueva Policía Nacional, quien en un cálido ejemplo no dudo en estar al lado de un pueblo que daría su vida por el primer mandatario.
Esta fresca y lozana muchacha uniformada expresaba su alegría unida a la de cientos de voces, brazos en alto y expresiones, sin dudar, todos provienen de las entrañas de nuestros barrios, identificándose con la inmensa mayoría del verdadero pueblo.
Así, deben ser los fervorosos funcionarios policiales quienes deben estar al lado de la lealtad de las mayorías y no expectantes ni aislados de una inmensa realidad que les convoca en todos los confines del país.
Deben dar ejemplo y quienes acaben desde adentro de sus instituciones con tanto funcionario malhechor que usan a diario las armas de la república para cometer delitos, fechorías y asesinatos.
A esa joven Policía que vi tras las cámaras de televisión le pido al igual que a muchos que su alegría se imponga ante el maltrato de cientos de funcionarios que aún se dedican a atropellar y quienes no han entendido que la revolución es alegría y es estar al lado del pueblo para entenderlo y esto es mejor que llegar a reprimirle.
Desde la sonrisa de aquella sueño porque se acabe la policía de lentes oscuros que sólo observa con rabia y pedantería. Donde nuevos funcionarios desborden desde sus unidades una quimera de compromisos y definitivamente se separen de aquellos otros jóvenes que igual fomentan en delito.
Que se acabe definitivamente con el delito en las autopistas donde participan policías y termine la venta de armas a delincuentes que después tendrán que asesinar.