Tres o cuatro días después de ser electo por voto popular el
presidente Salvador Allende, el propietario del diario El Mercurio
--Agustín Edwards-- se reunió con el entonces embajador estadounidense
Edward Korry en casa de un empleado de la empresa mediática para plantear
que no soportaría al nuevo gobierno. El embajador le dijo que no creía
en la posibilidad de un golpe militar y que la CIA tenía poco margen
de acción en la coyuntura. Edwards le comunicó entonces que se
iría inmediatamente de Chile porque Allende lo "aplastaría",
así que viajó a Estados Unidos a reunirse con su amigo Donald
Kendall, presidente de Pepsi Cola, quien lo acogió en su mansión
y le designó vicepresidente mundial de esa empresa.
El 14 de septiembre de 1970 Kendall, financista del Partido Republicano, se
reunió con el presidente estadounidense y al día siguiente, en
la Casa Blanca, Nixon convocó al fiscal general, John Mitchell, a Henry
Kissinger, a Kendall y a Edwards, quien expuso los terribles sufrimientos de
sus congéneres monopolistas de empresas y de tierras ante el triunfo
de la Unidad Popular. El sensible Nixon sufrió impresión tal que
ordenó una inmediata reunión de Richard Helms, director de la
CIA, con Edwards y Kendall, quienes argumentaron para que la Agencia ayudara
a cerrar el paso a Allende. Esa misma noche, el 15 de septiembre, Nixon se reunió
con Helms, Mitchell y Kissinger, estableció que su gobierno jamás
aceptaría al de Allende y dio "luz verde" al jefe de la CIA
para actuar por todos los medios contra el presidente chileno. Comienza entonces
el desarrollo del Plan Centauro en sus posteriores fases o tracks,
pues en verdad databa de 1962.
Nixon ordenó a sus colaboradores que hicieran chillar la economía
(make the economy scream) del país señalado como objetivo
de sus planes y Henry Kissinger dejó sentado que el gobierno de los Estados
Unidos no toleraría que un país como Chile pudiera escapar de
su control por la irresponsabilidad de un pueblo, o dicho de otra
manera, que los votos no representan la legitimidad de un gobierno si ésta
no es aprobada por el imperio.
La embajada de los Estados Unidos en Chile es reforzada con especialistas que
en lenguaje de la CIA son denominados the coup team, vale decir,
el equipo del golpe. Entre ellos estaban: Nathaniel P. DAVIS, quien coordinó
desde Caracas en 1960 la invasión a Cuba. En 1968 estuvo en Guatemala;
Dean Roesch HINTON, Subdirector del Consejo de Política Económica
y coordinador del bloqueo invisible a Chile; Daniel ARZAC, jr.,
Especialista en Análisis quien llega como Agregado Político; James
E. ANDERSON, estuvo en República Dominicana cuando ésta fue invadida
por los Estados Unidos. Llega como Funcionario Consular; John B. TIPTON, estuvo
en Bolivia y luego se convierte en especialista en relaciones obrero-patronales
en Guatemala. Llega como Funcionario Político; Raymond Alfred WARREN,
participa en golpe en Guatemala y llega a Chile como Funcionario Político;
Arnold M. ISAACS, Especialista Científico, Funcionario Político
encargado de infiltrar a la izquierda en Chile; Frederick W. LATRASH, activo
en golpes en Guatemala, era Funcionario Político en Akkra, República
de Ghana, cuando fue derrocado Nkrumah, y Keith W. WHEELOCK, residente en el
Congo luego de asesinado Patrice Lumumba. Llega a Chile como Funcionario Político
y es encargado del contacto con Patria y Libertad.
Comienza entonces un trasiego de dólares que hasta ahora podemos detallar
así:
28-01-1971 | US$ 1.240.000,00 | Compra de radios y periódicos para la oposición. |
22-03-1971 | US$ 185.000,00 | Para el Partido Demócrata Cristiano. |
10 a 26-05-71 | US$ 322.000,00 | Para periódico del Partido Demócrata Cristiano. |
09-09-1971 | US$ 700.000,00 | Para el diario El Mercurio. |
05-11-1971 | US$ 815.000,00 | Para los partidos de la oposición. |
15-12-1971 | US$ 160.000,00 | Para financiar campaña de los partidos de oposición. |
11-04-1972 | US$ 965.000,00 | Para el diario El Mercurio. |
24-04-1972 | US$ 50.000,00 | Para dividir a la Unidad Popular. |
16-06-1972 | US$ 46.000,00 | Para elecciones parlamentarias de oposición. |
21-09-1972 | US$ 29.000,00 | Para organización empresarial. |
26-10-1972 | US$ 1.427.000,00 | Para elecciones legislativas. |
12-02-1973 | US$ 200.000,00 | Para la oposición. |
21-08-1973 | US$ 1.000.000,00 | Para la oposición. |
15-10-1973 | US$ 34.000,00 | Para estación de radio y viajes de apoyo a la Junta. |
Los partidos de oposición, es decir, la golposición
estaba representada en los Partidos Demócrata Cristiano y Nacional, estrechamente
unidos a los grupos terroristas Rolando Matus y Patria y Libertad.
Y dicho sea de paso que en las elecciones parlamentarias, sindicales y estudiantiles
la Unidad Popular obtuvo triunfos sucesivos y cada vez con más votos
que en las anteriores, vale decir que hubo una continua relegitimación
de mandatos la cual incluyó aumento de representación en las Cámaras
de 57 a 63 diputados y dos bancas más en el Senado, minucias que nada
importaban para el señor Kissinger ni para su gobierno.
Tan contundente fue la demostración que los dirigentes de la fascista
Patria y Libertad, en especial Roberto Thieme, decían luego
de las elecciones de marzo de 1973:
Allende debe ser derrocado hoy y no mañana. Si es que en 1976 se realizan elecciones el marxismo conseguirá el 80 por ciento de los votos.
Ese mismo personaje dijo en agosto de 1973 que para derrocar a Allende no los
asustaba ni la guerra civil. Y a ese objetivo dirigieron todos sus esfuerzos.
Para la estrategia de propaganda en busca del derrocamiento del presidente
chileno (quien por cierto era de hablar pausado y de tono bajo, ergo no usaba
lenguaje violento) se conforma un equipo en el cual participan Fernando
LÉNIZ, quien fue Gerente General de El Mercurio y Presidente
del Directorio de la empresa relacionada; Paul L. GOLD y Dennis ALLRED, del
staff de medios de comunicaciones y operaciones sicológicas de la Estación
CIA en Santiago; Claude VILLARREAL, Agregado de Prensa de la embajada de Estados
Unidos en Chile; Enno HOBBING, funcionario de la CIA, y Alvaro PUGA, periodista
de El Mercurio, quienes coordinan tanto los materiales a publicar
como la distribución de los dólares, muchos de ellos ingresados
a las arcas del periódico en forma de pagos por publicidad.
"El Mercurio" se convierte en uno de los principales voceros de los
facciosos y en artículo del 29 de junio de 1973 se podía leer:
"El deber categórico de la gente es poner fin al saqueo y al desorden, estimulados y amparados por el gobierno enloquecido que nos aplasta (...) Para llevar a cabo esta empresa política salvadora no hay que recurrir a los partidos, a la mascarada electoral, a la propaganda mentirosa y envenenada y entregar a un corto número de militares escogidos la tarea de poner fin a la anarquía política".
Artículos y editoriales abiertamente sediciosos como el citado --sus
efectos multiplicados por diarios de provincia-- eran pensados y escritos por
el equipo que a tal fin funcionaba en la embajada estadounidense como una ofiCInA
de Tra[ns]ición cualquiera, teatro de titiriteros cuyos hilos son manejados
desde remotas ciudades.
El plan de calle para los golpistas era mantener la zozobra permanente desde
los medios de difusión, organizar y desarrollar huelgas, llamar a movilizaciones
para pedir la renuncia al presidente, esconder las mercancías y elevar
los precios para jugar al desabastecimiento (quizá en otro trabajo podamos
hablar de la Operación SACO de los fascistas de Patria y
Libertad), realizar atentados, reducir la capacidad de unidades productivas
mediante despido de obreros o sencillamente cerrándolas.
Como ejemplo referimos la huelga de transporte previa al golpe del 11 de septiembre cuya duración fue de cuarenta y siete días. ¿Quién pagó los salarios durante ese lapso? Y para despejar dudas citamos la declaración que diera el vocero de la Confederación de Empresarios de camiones, Juan Salas, cuando miles de chilenos y de otras nacionalidades eran torturados y asesinados: Nuestra huelga ha sido coronada con la satisfacción de ver a la patria liberada.
En cuanto a "El Mercurio" (¿o Miercurio?), baste
decir que Fernando Léniz fue Ministro de Finanzas de la dictadura militar.
Y como reconocimiento al trabajo de terrorismo mediático en pro del fascismo
el columnista de ese diario, Alvaro Bardón, casualmente Presidente del
Banco del Estado, facilitó un generoso acuerdo para el pago de la deuda
de la empresa, un poco más de ocho mil millones de pesos.
Qué productiv@s en sangre, muerte y dólares son algun@s televisoras, diarios, partidos, mafias sindicaleras, empresas, grupos armados a su servicio y ofiCInAs de Tra[ns]ición.