No es nada fácil tener levantarse a media mañana e inmediatamente escribir sobre un asesino llamado Freddy Orta. Quien al final de la tarde del 25 de enero del 2010 fusilo a un muchacho no mayor a 15 años conocido cariñosamente como Calcibon, tenue joven que empezaría a ser recordado en las paredes de Mérida como Yorsiño Carrillo.
A Freddy Orta acaban de condenarlo a 15 años de prisión, esta ejemplar decisión la tomo el Juez 8° de Juicio Franklin Useche en la ciudad de Maracaibo. Fue la presión de sus padres y de unos aguerridos jóvenes de la juventud del Psuv quienes dieron la batalla día y noche para que Orta fuese castigado.
Seria necio tener que escribir que a Yorsiño lo enterraron con mucho dolor, cada día se lamentó y repudio como el salvaje Orta lo ajusticio con un rifle desde uno de los altos pisos de los conocidos edificios de Las Marías.
Yorsiño agonizo durante tres fatales y largas horas mientras un angustiado y apresurado equipo de médicos trataban de salvarle la vida, pero fracasaron, el daño del balazo fue muy mortal y a pesar de la corta edad de este valiente joven, falleció en un frio pabellón entre los dedos angustiados del equipo de galenos del Hospital Sor Juana Inés de La Cruz.
Pero lo mas grave, triste y desgarrador apenas empezaría por sucederle a la angustiada familia, a pesar que el asesino había confesado que se arrepentía de haberlo matado el acta se perdió del expediente manejado por los Fiscales del Ministerio Público asignados al caso.
Todos sabemos muy bien quien fue la “Señora Fiscal” quien manejo a su manera, encubrió y perdió importantísimas pruebas de este caso el cual tuvo que ser trasladado por la presión de los padres de Yorsiño y de un valeroso grupo de jóvenes revolucionarios hasta la ciudad de Maracaibo.
Pero la condena se logro, pocos años, pero Orta acaba de ser condenado y todo a pesar de las dilaciones en un principio de la Fiscalía, así como del CICPC. El Ministerio Público como siempre poniéndose del lado de los mafiosos, corruptos y asesinos de Mérida.
Pero seguimos según lo anunciado en las frías paredes merideñas, pidiendo justicia y combatiendo la impunidad. “Yorsiño Vive la lucha sigue. Paz a sus restos mi valiente e intrépido camarada”.
Miguel A. Jaimes N.
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