Si, Chávez no aparece ese 4 de Febrero de 1992 con el movimiento Bolivariano y luego gana la Presidencia de la Republica en Diciembre de 1998, la Patria de Bolívar iba en camino de ser desmembrada territorialmente e hipotecada económicamente para satisfacer los grandes intereses imperiales en complicidad con los adecos, copeyanos y burgueses apatridas. Íbamos en camino de una guerra civil dada la descomposición social y política que nos había llevado los políticos de la cuarta republica y su Pacto de Punto Fijo. Todo iba ser privatizado la salud, la educación, las empresas básicas, Pdvsa y hasta incluso el agua, La Fuerzas Armadas de entonces iban a ser disuelta para reducirlas a simples policías.
Hace diez años, Venezuela y Cuba eran voces solitarias en el escenario internacional. Los primeros viajes de Chávez fueron para reconstruir y consolidar la OPEP como factor de paz, que tenía un precio de menos de 7 dólares el barril y su sentencia de muerte en la IV República. Luego se busca retomar la dirección de las empresas claves de la economía, comenzando por PDVSA, pasando por impulsar la seguridad y soberanía alimentaría, la salud, la educación, se fortalece la red de infraestructuras de comunicación colectiva: metro, trolebús, ferrocarril, metrocable, el puente sobre el Orinoco, entre otras.
Esta revolución bolivariana pacífica pero no desalmada ha puesto a su Fuerza Armada Bolivariana en contacto directo con su pueblo, con su realidad, ha pasado a jugar un rol importante en el desarrollo del país. Ya tenemos varias lecciones anteriores, donde la Fuerza Armada fue lanzada contra su pueblo, una fue el 27 de febrero del 89, enfrentada salvajemente contra su pueblo, cuando éste se sacudía del paquete neoliberal impuesto por el FMI y Carlos Andrés Pérez. Ahora transitan un camino distinto en la seguridad de la nación, en la seguridad alimentaría y en otros servicios fundamentales, al lado de su pueblo y el bolivarianismo revolucionario.
El Presidente Chávez enfrentó al alto clero reaccionario, rompiendo la costra más dura del Pacto de Punto Fijo. Enfrentó a Fedecámaras, con la Ley de Hidrocarburos, la Ley de Tierras, la Ley de Pesca, entre otras de las habilitantes. Enfrentó la cúpula del Alto Mando Militar y de la vieja PDVSA. Enfrentó al Departamento de Estado, al FMI, al BM. Difícilmente un poder revolucionario, desafía tantas fuerzas de la contrarrevolución al mismo tiempo.
Después del golpe del 11 de abril, que disuelve todos los poderes, el pueblo desciende desde los cerros cabalgando .como diría Chávez "sobre el alma de mil centauros, invisibles y presentes, tremolando el pabellón nacional hecho tierra y cielo de patria noble y generosa para atrapar de nuevo su esperanza arrebatada por los fantasmas del fascismo”. Quitaron con odio el cuadro de Bolívar del Salón Ayacucho, Este antibolivarianismo sabe disfrazarse muy bien en el seno del pueblo y académicamente, en forma oportunista se ampara en el llamado enfoque crítico del “Culto a Bolívar”, en una especie de “purismo histórico”, de la crítica historiográfica. Al reivindicar en apariencia el ideario bolivariano, arremete también contra el bolivarianismo revolucionario cuando se convierte en herramienta histórica.
La derecha siempre busca satanizar la personalidad, el carisma y el programa de gobierno de Hugo Chávez y del proyecto bolivariano. Esto para escapar de su agenda oculta manejada desde los grandes centros del poder mundial. Sin embargo, si algo los delata es que apoyan todas las medidas neoliberales y hambreadoras del FMI contra los pueblos, Así como avalaron el golpe en Honduras y en Paraguay, en Ecuador y en Bolivia, como lo hicieron el 11 de abril aquí en Venezuela, los mismos del viejo Pacto de Punto Fijo y sus derivados, que ahora quieren el poder político nacional.
Dada la coyuntura electoral, todo lo que huela a que la revolución bolivariana se consolida, les resulta inconveniente. Estados Unidos ya olfatea, a regañadientes, que debe prepararse para la reelección de Chávez, aunque nunca se resignará al intervencionismo y la desestabilización. La idea permanente de esta oposición es jugar al caos y a la destrucción del país. Estemos o no en campaña electoral. Pero en campaña se torna más agresiva y antivenezolana.
Tenemos un cuadro perfectamente definido entre dos candidatos presidenciales, un proyecto nacional y continental bolivariano y un proyecto imperialista de usurpación y recolonización con el retorno al Pacto de Punto Fijo y a las recetas de Fedecámaras y al chantaje del Fondo Monetario Internacional.
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