Amuay y el simulacro electoral

La situación política en torno a la tragedia de Amuay tiende a complicarse. No sabemos si lo ocurrido en la refinería es el evento catastrófico preparado por la derecha que estábamos esperando. Pero lo cierto es que la contrarrevolución está tratando de que, si no lo es, se convierta en eso. Lo que queremos decir es que el evento de Amuay ha detonado una  recia ofensiva de la derecha que no habrá de detenerse de acá al 7 de octubre. Una ofensiva que pretende perturbar el escenario electoral con fines que van desde restarle votos a Chávez hasta enrarecer el ambiente dentro del plan de cantar fraude y generar violencia.

      En ese sentido, la derecha afina sus estrategias para confluir en una sola: prolongar el terrorismo político y mediático montado en torno al hecho y, de ser posible, hacerlo coincidir con algún otro hecho catastrófico o espectacular más cercano a las elecciones, como por ejemplo un gran apagón nacional o un “ataque de las FARC” que provoque muchos muertos en las filas de nuestra Fuerza Armada.

      ¿Qué hacer ante esta feroz ofensiva contrarrevolucionaria? Se está dando una respuesta mediática, es verdad, mientras el Presidente, de cuerpo presente, vuelve a demostrar su sentido de responsabilidad y su amor por el pueblo ¿Es esto suficiente? El problema, ahora mismo, parece estribar en que la derecha ha tomado la iniciativa y estamos actuando reactivamente. Tenemos que trascender esta etapa, lanzar una gran contraofensiva y retomar la iniciativa en el escenario nacional y particularmente en el electoral.

¿Qué hacer, entonces? La respuesta no es fácil. El intelectual estadounidense James Petras, en una entrevista publicada en Aporrea.org, calificó lo ocurrido en Amuay como un “grave sabotaje”, y afirmó que no es un simple incendio aparatoso, sino todo un acto de terrorismo de los enemigos del Presidente Hugo Chávez, con el fin de sabotear el proceso electoral y sacarlo del poder, y añadió que “Lógicamente esto no es un juego y está orquestado desde Estados Unidos con los reaccionarios venezolanos”. 
 Según Petras, el Presidente Chávez debe tomar medidas enérgicas rápidas como la implantación del Estado de Emergencia o de excepción o algo de la misma naturaleza si no quiere que se aborte la Revolución Bolivariana bajo el pretexto y el libertinaje que a los enemigos concede el proceso electoral y afirmó que la disyuntiva es: o la Revolución o el Proceso Electoral.

  No estamos de acuerdo con el camarada Petras. En primer lugar, no hay duda de que la derecha estaría feliz de que Chávez tomara alguna medida extrema de Estado, como la declaración del Estado de Emergencia. Esto enrarecería definitivamente el escenario electoral y favorecería los planes de desestabilización. Ante el mundo, aparecería como una medida desesperada que reforzaría la matriz de que el Gobierno prepara un fraude. Se equivoca de plano este respetado camarada.

      Igualmente yerra Petras cuando plantea la disyuntiva de “Revolución o el proceso electoral”. No es una disyuntiva, no son términos contradictorios. Por supuesto que no puede la Revolución abandonar de golpe y porrazo el evento electoral. Esa batalla sencillamente hay de darla y ganarla, mientras se enfrenta la ofensiva contrarrevolucionaria.

      Pero hay algo en que sí estamos de acuerdo con Petras: que estamos en una situación de emergencia. Es verdad, la ofensiva de la derecha no es un juego y está orquestada desde Estados Unidos, y contiene elementos ensayados de la Guerra de Cuarta Generación. Como dijo el presidente de “Periodistas por la Verdad”, Marco Hernández, “esta estrategia perversa apenas está comenzando. Podemos prever su arreciamiento en los próximos días, a medida que se acerque la fecha crucial del 7 de octubre”.

  Estamos respondiendo desde nuestros medios y desde el Estado, pero llegó la hora de movilizar en profundidad al movimiento popular. Es una de esas tareas prioritarias que solo puede asumir, como factor agitador y movilizador, la dirigencia del PSUV, con la colaboración de los aliados y la acción del Gran Polo Patriótico. Necesitamos al pueblo movilizado en la calle, no solo para los actos electorales, sino en activa defensa de PDVSA, de la Fuerza Armada, de Chávez y de la Revolución.

  En ese sentido, se nos presenta una gran oportunidad inmediata de dar un golpe noble a la ofensiva burguesa: el simulacro electoral del próximo domingo 2 de octubre. Hacer de ese evento algo inolvidable, impactante, exitoso es un punto de honor para el partido y los revolucionarios. Lograr que un gran número de venezolanos acuda a respaldar el simulacro no solo reforzaría la moral del pueblo y su dignidad, acorazándolo contra la ofensiva de la derecha, sino que además enviaría un mensaje al mundo sobre la fortaleza de la democracia participativa venezolana y sería un testimonio de la capacidad de nuestro pueblo para encarar las dificultades con entereza, serenidad y conciencia. Todos deberíamos trabajar de aquí al domingo con ahínco para obtener una resonante victoria en el simulacro electoral. He ahí una gran tarea revolucionaria que proponemos a todos los camaradas.   

francia41@gmail.com



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Néstor Francia


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