A partir de 1999, se fractura el consenso de Washington, mejor conocido como Pacto de Punto Fijo. Ese quiebre incomodó a los empresarios, banqueros, terratenientes, militares asesinos y corruptos formados en la Escuela de las Américas, y dueños de medios de comunicación.
En realidad la conspiración había comenzado desde el momento mismo que el líder de la insurrección armada, Teniente Coronel Hugo Chávez accede a participar en las elecciones presidenciales de diciembre de 1998. Miles de improperios y falacias exponían los medios contra el entonces candidato. Sostenían que Chávez tenía vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), añadían además, que pretendía montar una dictadura en Venezuela.
Toda esa maquinaria propagandística de descalificación no surtió efecto en el pueblo rebelde que vio nacer al negro Miguel, José Leonardo Chirinos, Juan José Rondón, Nogales Méndez, Fabricio Ojeda, Luis Alberto Hernández, Belinda Álvarez, entre otros. Pese a su empeño de impedir el triunfo de Chávez mediante la estrategia de Goebbels, y de respaldar al candidato de la burguesía, Salas Romer, su derrota fue inevitable. Ese pueblo heroico arrojó una cifra de 56:7 % de respaldo al proyecto alternativo bolivariano.
Con el triunfo del presidente Chávez, queda en evidencia el agotamiento del sistema político tradicional y la fragilidad de un poder cada día se desinfla más, el poder de los medios. La mentira mediática fue barrida por los electores. La conducta electoral moldeada por ellos durante la cuarta Reública, quedó fracturada.
Sin embargo, no todo quedó allí, todos los factores de poder al observar la reestructuración del Estado y la eliminación de privilegios, el desplazamiento de la burguesía del manejo de las finanzas del Estado, el cobro de impuestos a las empresas privadas y a los medios de comunicación, fueron algunas de las razones que motivaron a llevar adelante el fallido golpe de estado.
Dentro de ese contexto, los medios jugaron un papel de suma importancia. Se podría decir que los medios se convirtieron en el centro de la conspiración. El 11 de abril, el periodista Napoleón Bravo, anunciaba en vivo y en directo desde el canal de la colina (VENEVISIÓN), que la caída del presidente Chávez no sólo se debía a la participación de esa planta televisiva y RCTV, sino que había que agradecer también Globovisión, Televen y otros medios audiovisuales.
Andrés Izarra, quien desempeñó una gestión fatal al frente del MinCI, se refirió al poder de los medios de la siguiente manera “El poder de los medios es hoy tan grande, que ya no son utilizados como complemento preparatorio del Golpe de Estado militar clásico, sino que se sienten capaces de dar un “golpe mediático” (Izarra; A; Encuentro Latinoamericano Vs Terrorismo Mediático; 2008, P.17)
Para mostrar con mayor contundencia la participación directa de los medios privados en el golpe; en la sedición y en la violencia, nos remitiremos sólo a dos casos de perversión, manipulación y tergiversación de los hechos.
Uno de ellos, es mundialmente conocido por obtener una premiación del rey de España. El periodista venezolano Luis Fernández, quien en fechas posteriores al 11 de abril de 2002, reconoció que él y Venevisión manipularon videos para distorsionar la verdad de lo ocurrido y reflejar, fraudulentamente, que adeptos al proceso revolucionario habían disparado contra otros venezolanos que marchaban contra el palacio de Miraflores. Tras la pregunta de si, sabiéndose la verdad, su conciencia no le hacía algún reclamo. Su respuesta dictó “…no es asunto de conciencia, yo soy un profesional”.( Méndez, A, Los Medios y los Mitos, P.5)
Por su parte, el canal Globovisión manipuló imágenes, hizo arreglos computarizados y preparó la escena en la que hace aparecer un individuo al lado del Alcalde Freddy Bernal tratando de identificarlo como el asesino de varias personas en la Plaza Altamira. El director del canal para ese entonces, Federico Ravell, entrevistados unos meses después, contestó al respecto “en realidad lo importante del hecho es que el mensaje funcionó, hoy eso es historia…”(Idem.p.5).
La conspiración continúa
Pese a las constantes agresiones de diversos medios de comunicación privados, el gobierno ha sido respetuoso de la libertad de expresión. De hecho, después del golpe de Estado, el terrorismo mediático ha continuado inyectando su veneno y odio en sus pantallas, radios, impresos y noticieros digitales. De forma abierta inducen al magnicidio y al golpe de Estado.
Innumerables ejemplos ilustran tal afirmación, no nos alcanzaría la vida para recopirlalos. La elocuencia de los ejemplos a mencionar a continuación, es motivo para un guión, de una película de terror.
El 28 de julio de 2008; el diario Tal Cual, publica de forma subliminal en las páginas 4 y 5 una composición bien montada que aducen al magnicidio del jefe de estado. Una pistola mágnum 45 (p.5) apuntando a la cabeza del presidente Chávez (p.4), destacando “ultimátum” “El crimen si paga”; como queriendo decir que matar a Chávez es un buen negocio. Además en la portada colocan un dibujo con la figura del presidente semejante a un monigote, degradado a la jerarquía de sargento.
El periódico El Nacional que alguna vez fue sinónimo de lucha, honestidad y ejemplo, por el contrario hoy es sinónimo de conspiración, pitiyanquismo y agravio. En la sección de obituarios, presentan de forma diminuta la imagen del primer mandatario nacional. Cabría preguntarse, sostiene el coordinador, investigador y denunciante de estos hechos, Néstor Perlaza, ¿Qué hace el presidente Chávez, en esa sección donde se publican avisos de difuntos? (Perlaza, N; Observatorio Popular de Medios, 2008).
Durante el mes de septiembre de 2008, se develó un nuevo plan golpista y magnicida donde militares de la Fuerza Aérea, mencionaron en una comunicación telefónica, sus conexiones con los directivos y accionistas de El Nacional y Globovisión, Miguel Enrique Otero y Federico Ravell.
El 13 de octubre de ese mismo año, el periodista y editor del diario El Nuevo País, Rafael Poleo, señaló en el programa Aló Ciudadano, que modera “El mata cura” Leopoldo Castillo, que el presidente Chávez debía morir de la misma forma como murió Mussolini “por eso yo digo, con preocupación, que Hugo va a terminar como Mussolini, colgado con la cabeza pa bajo…cuídate Hugo, no termines como tu homólogo Benito Mussolini, colgado con la cabeza pa bajo”.
Estas afirmaciones de Rafael Poleo, son una invitación abierta, clara y fragrante al magnicidio del presidente. Demuestran la arrogancia y prepotencia de los dueños de los medios privados, los cuales se burlan constantemente del gobierno, de las instituciones del Estado y de la ciudadanía. El estado de impunidad reinante en Venezuela ha llegado a tales extremos, que para la oposición recalcitrante, faltarle el respeto al propio presidente se ha convertido en un lugar común.
Por si fuera poco, Patricia Poleo, estuvo involucrada en los planes golpistas, tan es así que anunció con 12 horas de anticipación, en una llamada en directo a la Televisión Española, que Chávez sería sustituido por el empresario golpista Pedro Carmona Estanga. (Allard, Guy, Encuentro Latinoamericano Vs Terrorismo Mediático, 2008, p.166).
Castigo a los periodistas críticos
Durante la democracia representativa (1958-1998), difícilmente se irrespetaba la investidura presidencial y quienes osaban hacerlo, eran puestos tras las rejas en los calabozos de los organismos represivos de entonces (DIGEPOL ó DISIP). En la época de Campins, un periodista escribió un artículo muy sui generis para referirse al socialcristiano, denominándolo “El Cochino”. El periodista, cuyo nombre no recuerdo en este momento, fue privado de su libertad.
En la gestión de Jaime Lusinchi ocurrió algo similar con un columnista quien escribió sobre El Barraganato para referirse a Blanca Ibáñez, amante del catador de Miraflores, corrió la misma suerte. En época del asesino y pro-colombiano Carlos Andrés Pérez, el director de la revista Zeta, Rafael Poleo, fue sacado semidesnudo de su casa, detenido y expulsado del país.
En las postrimerías del siglo XX, en 1996, Rafael Caldera mandó por tres días al filósofo, historiador y astrólogo, José Bernardo Gómez, profesor de la UCV, a ver las estrellas y la vía láctea en los predios de la DISIP.
Este mismo presidente, en sus tiempos mozos, envió a la cárcel a su propio sobrino, por escribir un artículo relacionado con el estamento militar. Se trataba de Richard Izarra, estudiante de Comunicación Social de la UCV, quien redactaba para la revista de izquierda Reventón, para ese tiempo, lo castrense era tema tabú. Se le siguió juicio militar, fue detenido por el Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA), y trasladado al cuartel San Carlos.
Acá se puede percibir la ausencia de solidaridad de los medios privados y de instituciones internacionales. Reporteros sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) jamás se pronunciaron contra los atropellos cometidos por gobierno alguno. Estas instituciones internacionales están al servicio de los intereses de la CIA y del imperialismo. Actúan concatenados con los medios locales de cada uno de los países lacayos, para silenciar y revertir a la prensa crítica y contestaría.
Han participado en el derrocamiento de gobiernos democráticos en toda la región, como ha ocurrido en Guatemala, Argentina, Chile, Panamá, Granada, Haití, Perú, Bolivia, República Dominicana, Venezuela, Honduras y más recientemente, Paraguay. Este tema será objeto de otro análisis en un artículo posterior que estaremos enviando a Aporrea, donde disertaremos en torno a los medios privados y su conexión con las grandes corporaciones transnacionales de la comunicación.
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