Ellos nunca cambiarán

La revolución bolivariana ha enfrentado los más infalibles planes, elaborados y dirigidos desde el departamento de estado de los Estados Unidos y todos han sido derrotados. Sin embargo estos ataques no cesan: hoy dentro de la coyuntura de la enfermedad del Comandante Presidente se ha reactivado uno de los tentáculos del golpe suave: la escasez de productos de primera necesidad.

La burguesía venezolana es quien controla aun los medios de producción, además de su distribución y comercialización, así como la entrega de licencias y dólares para la importación de los rubros necesarios para cubrir las necesidades de la población.

El gobierno bolivariano le ha otorgado la confianza a los empresarios de este país para que sean ellos los encargados de cubrir la demanda alimenticia de la sociedad venezolana, lo que les ha permitido sabotear el proceso revolucionario, al tratar de provocar estado de conmoción en los ciudadanos a través del acaparamiento y la escasez.

Para nadie es un secreto que Empresas Polar nunca ha estado a favor de la revolución y siempre han conspirado en contra del proceso; pero no solo Empresas Polar, casi todos los empresarios unidos a Fedecámaras lo han hecho, escudándose bajo el discurso de la libre empresa, la calidad y la eficiencia del sector privado, donde han tenido como principal escudo de defensa a los medios de comunicación privados. La canalla mediática se ha convertido en defensora a ultranza de éstos, permitiendo la promoción de muchos de sus productos y justificando en muchos de los casos sus errores y estrategias de saboteo con el discurso de que en Venezuela no existe producción y a esto se debe la escasez.

En los últimos días todos hemos visto la cantidad de productos de primera necesidad que las autoridades han encontrado en galpones de estos desalmados burgueses, a pesar de que Nicolás Maduro se había reunido con ellos para dialogar y acordar la regularización del abastecimiento. Tal vez nuestro vicepresidente olvida que con la oligarquía no se puede dialogar: ellos siempre estarán preparando planes para oprimir y esclavizar al pueblo. Su naturaleza es así. Ellos nunca cambiarán.

¡Cómo se puede permitir que en una de las plantas de Empresas Pepsi Cola, se encontraran más de 8 mil toneladas, mejor dicho más 8 millones de kilos de azúcar! Mientras tanto el pueblo está siendo robado por los especuladores, en muchos de los casos por la economía informal, quienes elevaron los precios a más del cien por ciento de su costo de venta y la única sanción fue decomisar el producto y detener a los encargados de la planta. Hoy se debe ser más radical en la aplicación de la ley. Todos sabemos que los que se encontraban en la planta son simples empleados quienes venden su alma por un sueldo, pero los verdaderos delincuentes siguen libres y lo decomisado lo recuperan en dos o tres operaciones ilegales de las que ellos acostumbran a realizar.

El estado debe hacer valer su autoridad con estos empresarios. No se puede pactar. Ellos son apátridas. Definitivamente Empresas Polar debe ser expropiada sin temores y sin titubeos. Muchos funcionarios y asesores del gobierno han argumentado que expropiarla daría pie a una arremetida por parte del imperio contra nuestra nación, con la excusa de que no existe una democracia. ¡Por favor! Para que los gringos invadan una nación no necesitan argumentos válidos: recordemos los casos de Libia y Siria. Si no los tienen, los fabrican.

Dentro de la transición al socialismo, el estado debe tomar el control del aparato productivo, para de manera simultánea entregárselo al pueblo que es quien debe asumir el control, de lo contrario, no podremos avanzar hacia la profundización del proceso revolucionario: solo estaríamos alcanzando simples reformas, que se perderían al producirse un desgaste en la lucha de los revolucionarios.

El estado debe acelerar los procesos de cambio y esto se logra tomando el control de este sector tan estratégico para nuestro país. Sin temor, sin guabineos, el pueblo aclama estos actos de injusticia, ¡hasta cuándo se juega con el hambre de una sociedad gloriosa como la nuestra!

Por otro lado el sector comercio también juega al sabotaje: aumentan descaradamente todos los artículos incluyendo los regulados. Y no existe forma de cómo frenarlos, al Indepavis le quedó grande esta misión. Encontramos la especulación desde la bodega más pequeña, hasta los centros de abastecimiento más grandes, lo que ha provocado una inflación ficticia debido a las acciones inhumanas de estos elementos a quienes no les importan sus semejantes: solo vender y vender, sin ningún tipo de escrúpulos.

Muchos de los comerciantes de este país se han enriquecido, a través del cambio de los bonos de alimentación que se otorgan a los trabajadores que gozan de un empleo estable. En muchos de los casos estos bonos no son aceptados en algunos comercios, lo que obliga a cambiarlos por dinero en efectivo descontándoles porcentajes de hasta treinta por ciento y en caso de que los acepten no entregan vuelto. Entonces, ¿a qué se juega con la entrega de estos bonos? Pareciese que existen intereses de que se otorguen en esta forma y así seguir colapsando el presupuesto de nuestras familias. Estos comerciantes se sienten protegidos por sus hermanos mayores que son los empresarios maléficos de este país, quienes a pesar de haberse enriquecido enormemente, juegan al fracaso de esta revolución. Nuestro pueblo se encuentra a merced de estos vampiros que día a día extraen todo lo que pueden, para así seguir disfrutando de la gran vida a costa del hambre de la mayoría.

Para seguir avanzando dentro de este proceso, se deben redefinir los modos de producción y los sistemas de distribución y acceso de cada uno de los productos de primera necesidad, pero para ello, se debe a comenzar el proceso de expropiación de empresas agroindustriales, pero con la claridad de depurar el potencial humano que allí se encuentra. Se debe formar una fuerza productiva que tenga presente el bienestar de sus hermanos.

El gobierno no debe dialogar con empresarios. Debe exigirles el cumplimento de la Ley y si estos no acatan los lineamientos, pues que se expropien. ¿Qué nos importa lo que piensen los imperialistas? Acá fuimos llamados a hacer una Revolución y esto se logra alcanzando la justicia y la libertad. Así que arreciemos la marcha. ¿Cuánto más vamos a esperar? Aceptemos de una vez que la empresa capitalista nunca estará a favor de una emancipación, esto es contrario a sus intereses que son la acumulación de riquezas. Así que olvidémonos que Empresas Polar llegará algún día a ser una empresa de producción social, ellos nunca cambiarán, así que venga la expropiación y que siga la revolución.

Por Chávez, por la Patria y por el Pueblo




orangelcultura@gmail.com




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