Con los articulistas que defienden a José Antonio Abreu hay que debatir…
A Pérez Pirela hay que responderle…
A Clodovaldo Hernández también hay que responderle….
Ahora bien, es necesario que involucremos en este asunto (ya que ellos no quieren asumir por cuenta propia sus responsabilidades) a unos cuantos personajes de la política venezolana que quieren “pasar agacha'os” en medio de la crisis que se ha desatado con el sistema de Abreu, crisis que no empieza ni termina con el mal llamado “Concierto por la Paz”. Lo que está en tela de juicio en este momento es toda la gestión cultural del gobierno.
Si dejamos que Farruco Sesto, Elías Jaua y Pedro Calzadilla sigan jugando al escondite, nuestros esfuerzos no van a llegar a donde deberían llegar, y no lograremos sacarle provecho a la presión que hemos venido ejerciendo.
Nuestro Ministerio del Poder Popular para la Cultura no tiene ni voz ni voto en lo que concierne al sistema de Abreu. Tampoco tiene ni voz ni voto en lo que concierne a las multimillonarias y enajenantes “ferias populares” que organizan las gobernaciones y las alcaldías de Venezuela. Pregunto: ¿realmente tenemos un Ministerio del Poder Popular para la Cultura?...
¿Qué es Pedro Calzadilla?... ¿Un ministro o el presidente de una junta de condominio?.... ¿Un alto funcionario del gobierno o el administrador de una agencia de festejos?... ¿Un político comprometido con las Culturas Populares y la Constitución o un legitimador silencioso del eurocentrismo y la farándula?...
En cuanto a Farruco Sesto:
Comenzando el año 2009, Héctor Soto (Ministro del Poder Popular para la Cultura en aquel entonces) le envió unos lineamientos a los gabinetes de cultura de todos los estados... Fortalecer el circuito de la Red de Orquestas de José Antonio Abreu era una de las instrucciones que iba incluida en los mencionados lineamientos. De esta forma se le daba continuidad a una política que venía desarrollando el ministerio en los últimos tiempos.
La directriz del ministro no fue bien recibida por los sectores comprometidos con el arte popular. Pronto comenzaron a escucharse las críticas contra la caprichosa, injusta, sectaria e inconstitucional manera en que se estaban distribuyendo los recursos del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Un año más tarde, Héctor Soto fue sustituido en su cargo por la misma persona que lo había antecedido: Farruco Sesto. A los pocos días de haber sucedido esto se produjo una reunión en Miraflores en la que participaron el Presidente Chávez, José Antonio Abreu, Gustavo Dudamel y el propio Farruco.
Luego de esa reunión el Sistema de Abreu fue desincorporado del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y pasó a la Vicepresidencia de la República. Con esa hábil maniobra evasiva, el gobierno logró proteger política y económicamente a José Antonio Abreu. A los artistas populares se les dijo cínicamente que los recursos del Ministerio del Poder Popular para la Cultura habían quedado a salvo del mal llamado "maestro" y que ahora éste sería vigilado directamente por Chávez. Abreu se llevó "sus reales" para la Vicepresidencia y quedó fuera del alcance de la CONTRALORÍA SOCIAL.
En agosto del año 2010 apareció la siguiente información en un comunicado del Ministerio del Poder Popular para la Cultura:
"... el Ministro aclaró que el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela no está adscrito al MPPC, por lo tanto su presupuesto ni sus asignaciones dependen de este Despacho."
"El sistema de Abreu no está dentro del Ministerio de Cultura y nunca lo ha estado. Ha dependido de varios ministerios, pero ahora está adscrito a la Vicepresidencia de la República" -Fin de la cita-
Farruco declaró eso porque muchas personas seguían exigiéndole a él un pronunciamiento categórico en favor de las Culturas Populares y en contra de los groseros privilegios que rodeaban (y rodean) al sistema eurocentrista de José Antonio Abreu. El ministro Sesto optó por decir mentiras y por "lavarse las manos" aún cuando él había sido el "arquitecto" del infame plan que perjudicó a los artistas populares de Venezuela.
Las desvergonzadas explicaciones de Farruco no convencieron a nadie y las protestas continuaron. En el marco de esa situación, el ministro concibió una nueva artimaña para salvar por segunda vez a Abreu y para salvarse él. Fue así como nació el Sistema Nacional de las Culturas Populares.
El nuevo sistema captó a varios artistas valiosos y a algunos servidores públicos competentes. Estos artistas y estos servidores públicos fueron utilizados por Farruco como escudo protector y también como cortina de humo. El caso del sistema de Abreu y el caso de corrupción "Anda suelto el animal" dejaron de ser los "temas del momento" y le abrieron paso a una ola de optimismo vinculada al surgimiento del Sistema Nacional de las Culturas Populares.
Posteriormente Farruco negoció su salida del ministerio y nombró a su sucesor: Pedro Calzadilla. En manos del nuevo ministro (quien es una persona honesta) pasó lo que Farruco sabía que iba a pasar: las ilusiones que despertó el Sistema Nacional de las Culturas Populares se desvanecieron tal como ocurre con cualquier proyecto que ha sido diseñado para fracasar.
Farruco sigue controlando desde afuera la estructura burocrática del ministerio, situación que le permite continuar con sus abusos, pero desde la "clandestinidad".
Aquí pueden ver los documentos que sustentan todo lo que he planteado: http://laotracaradelsistema.
Y en cuanto a Elías Jaua, los invito a leer lo siguiente: http://www.vtv.gob.ve/