¿Qué harán ustedes cuando yo me muera?

Pude dormir muy poco y desperté con el desagradable sabor de ésta amarga victoria, retumba en mi cabeza la pregunta de mi chiquitico lindo ¿tenemos patria Lali? Cuando hace 2 días me lo preguntó le dije convencida que SI, pero ahora no estoy tan segura, esto no se ha terminado ¿conteo manual? Si un millón de “patriotas” se rindió ante los espejitos que les ofrecieron, quién nos dice que no habrán otros que también lo hagan cuando estén contando los votos… al menos nuestros indígenas desconocían la diferencia entre el valor del oro y el de los espejitos.

¿Qué harán ustedes cuando yo me muera? Preguntó Chávez. No tengo desconfianza alguna en la institución electoral, es peor aún, tengo desconfianza en la gente; por eso estoy convencida que nuestro eterno comandante no se dirigía sólo a su equipo, nos dejó la duda en el aire y es hora que nos preguntemos ¿qué haremos? Estamos a punto de perder la patria ¿¡QUÉ HAREMOS CARAJO!? Ya vimos que no es suficiente dejar en manos de otros nuestro destino, perdimos a nuestro gigante, es necesario que nosotros nos convirtamos en gigantes, pero esto debe dejar de ser una consigna, tenemos que creernos gigantes, sabernos gigantes y sobre todo comenzar a actuar como los gigantes que somos.

Reflexiono. Primer paso: salir de la depresión, escalar el profundo y oscuro hueco del que no hemos salido desde el terrible 05 de Marzo pasado y ahora con el peso en la espalda de la traición y deslealtad ¡pero ya!. Segundo paso: Ejecutar, informarnos, participar, hacer todo lo necesario para defender nuestro país, defender la patria, aún no se cómo pero lo voy a averiguar muy pronto. Tercer paso: No desmayar, seguir en la lucha, mantener la patria todos los días.

Hace poco me contaron cómo perdimos la Gobernación de Miranda. Hasta las 4:00 p.m. ganaba nuestro candidato y la maquinaria de la derecha comenzó a ir casa por casa a sacar a la gente y a llevarla a los centros de votación y por una diferencia mínima ganaron y aunque parezca inaudito, tropezamos con la misma piedra. Se nos dijo “no caigamos en triunfalismo” y hasta los mismos que nos lo dijeron fueron triunfalistas, nuestro comandante no desmayó nunca, nunca aflojó la cuerda, incluso con las anchas brechas electorales a las que nos tenía acostumbrados, sigamos su ejemplo entonces.

Es triste, desde muy temprano sabíamos que nuestra gente no estaba saliendo y nos extrañamos y nos llenamos de explicaciones, pero ¿qué hicimos?... qué lástima, la gran mayoría sólo nos sentamos a esperar. Ya no puede ser así, está claro que debemos hacer más de lo que a diario hacemos, invito a mis camaradas a que en adelante nos levantemos todos los días y realmente SALGAMOS A HACER PATRIA.


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