Burocratismo dentro de la Revolución es más destructivo que Imperialismo Yanqui

Escribo esta nota porque me encuentro en la larga espera de ser atendido por un burócrata. En este viejo edificio con pintura totalmente escarapelada otros han llegado antes que yo y en sus rostros se percibe el trajinar agotador de la clase obrera que madruga. La cola es larga y sigo esperando. El o la burócrata aun no llega.

No conozco al titular del despacho, pero suele suceder que quien aparezca mejor vestido es el jefe o la jefa. De pronto aparece quien se presume debe ser quien cuida o dirige esta "oficina socialista". No menos de cinco personas vienen caminado detrás de la funcionaria, con lentes oscuros, dice buenos días y pasa de largo, ya es casi mediodía.

La gente se hace la señal de la cruz, sospecho que sus oraciones se encaminan al milagro de ser atendidos con prontitud. Lo que debería ser el derecho humano del ciudadano a ser atendido por la administración pública se transforma en un dramático evento religioso. La secretaria arrastra los pies, se aproxima al pasillo con una libreta, han pasado dos horas más, y en un quejido de dolor obrero logra expeler: Jesús Silva, que pase Jesús Silva.

Paso a la oficina, ya he perdido noción del tiempo. He visto no menos de diez personas ser rebotados en la puerta hacia otras dependencias públicas, no se sabe a ciencia cierta qué servicios concretos presta esta entidad que pretende competir con otra que manejan los sifrinos de las camisas amarillas. No creo que podamos desalojarlos electoralmente con este tipo de prácticas que hacen arreciar al pueblo.

Se preguntan por qué no hay indentidad de clase, por qué diablos un obrero vota por un camisa amarilla si naturalmente debería votar por un camisa roja. La respuesta es evidente, en la praxis, la cuarta y la quinta son repúblicas que se confunden. Hubo y hay burócratas con aires de reyezuelos. Ayer y hoy, la burocracia retarda los servicios públicos, hay ineficacia, ineficiencia y trato discriminatorio. El pueblo ha avanzado pero el burocratismo es un submundo de asalariados presuntuosos que usufructúan privilegios retardatarios. Manzanas sanas son afectadas por las podridas. Y si te quejas de por qué no ha llegado la Directora o el Director, cualquiera te menta la madre.

Frente a mi veo la puerta del despacho, me dicen que la funcionaria acaba de salir de emergencia a reunión porque fue llamada por la jefatura máxima. El resultado de mi larga espera es totalmente incierto y tal vez no sea el mejor. Hoy suspendí dar clase en la universidad por atender este compromiso. Es probable que los radicales que pintan paredes, queman carros, aparecen en televisión semanalmente pero nunca suman veinte votos en elecciones de centros de estudiantes, digan que me estoy sumando al paro, que soy un chavista light. Así de reducido ven el mundo esos camaritas.

Mientras, voy finalizando esta nota. Evito llamar a la jefa de esta jefa, por no empezar con el pie izquierdo y quedar como "habla paja". Pero que triste, así seguiremos perdiendo votos. Seguiremos perdiendo pueblo. Todo es el vivo retrato de la grandiosa película cubana "La Muerte de un burócrata".

Así los yanquis no necesitan bombardearnos ni inocular más el cáncer. La burocracia destruirá la revolución o nosotros actuamos para destruirla a ella antes del holocausto criollo. Sé que la burócrata que hoy me dejó plantado nunca lee la página donde publico mis notas ni tampoco le interesan.


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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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