En estos días no sale el sol, sino tu rostro/Y en el silencio sordo del tiempo, gritan tus ojos/¡Ay!, de estos días terribles/¡Ay!, del nombre que lleven/¡Ay!, de cuantos se marchen/ ¡Ay!, de cuantos se queden/¡Ay!, de todas las cosas/ Que hinchan este segundo/¡Ay!, de estos días terribles/Asesinos del mundo esta es parte de una canción de Silvio Rodríguez (En estos días, se llama) que no he dejado de tararear, en estos días, por varias razones. Se las mencionaré sin orden prioritario, pero ustedes sabrán cuál es la más importante.
Una razón es que ando medio inútil, una metida de pata absurda, sorpresiva y con consecuencias de inmovilidad me tiene fuera de juego. Pero solo físicamente, huelga decirlo. Ese cuento se los debo. Pero les puedo adelantar que ese día en el que metí la pata reconocí en todo su esplendor eso que llaman sabiduría popular.
En estos días en los que el adversario usa sus manitas de ratita para limpiarse los dientitos después de engullirse una presa con sonrisa de satisfacción, siento que esa sonrisa tiene mucho de desvergüenza y esa desvergüenza sirve para muchas cosas.
En estos días varios compatriotas (son compatriotas aunque algunas hasta hagan canciones que se llaman Expatria) cual ratitas, usan su talento para hacerle coro a quienes quieren vender la Patria, a quienes quieren ver en esta Patria, esta Patria que tenemos, a los marines norteamericanos rescatando no sé qué, luchando por no sé cuál libertad. Pura desvergüenza.
En estos días escuché la voz del Presidente Chávez en un montaje perverso. En un ejercicio de abstracción imaginé a Chávez vivo. Y soñé como cuando murió mi hermano Pedro, que en mis sueños siempre volvía, como ahora vuelve mi papá y me dice: Estaba de viaje, ¿de dónde sacaste que estoy muerto? Quiero soñar despierta con eso. Con Pedro, papá, Chávez. Pero ese sueño es sueño desde que están sembrados. No es sueño por un maldito montaje.
En estos días de guerra económica, en estos días en los que la gente compara un rollo de papel tualé con la grandeza de tener Patria, en estos días en los que veo al pueblo resistir, en estos días en los que otra mujer recién premiada (que una vez escribió unas lindas postales) pone en boca de Chávez palabras de Bush en estos días he sentido el significado de la palabra desvergüenza.
En estos días, en los que los desvergonzados que se burlan de Venezuela porque tenemos Patria, quiero decirles lo siguiente, dos puntos, cursivas, negritas y en dorado si Ciudad CCS me lo permite: no me importa que no haya papel tualé; si no hay usaré agua. No me importa si no hay harina de maíz, aceite, margarina, todo eso engorda. No me importa. Me meteré a vegetariana, haré todas las recetas de Malú Rengifo. ¿Y saben por qué no me importa? Porque tenemos Patria. Tenemos Patria y eso, a ustedes las y los desvergonzados, sí les importa. En estos días, jódanse. ¡Ganaremos! Sigamos