La Guerra Económica o el terrorismo de Globovisión

Como se le llame, no es responsabilidad de Milton Fridman, es parte del PLAN que se ejecuta desde 1999 contra la Revolución Bolivariana.
 
En los años 50 la CIA  desarrolló y aplicó, contra individuos y pueblos enteros, mecanismos diseñados  para generar crisis en medio de las cuales imponer medidas impopulares;  luego de varios experimentos elaboró un manual para doblegar la moral de prisioneros y reducir, mentalmente, adultos a un estado infantil; las técnicas empleadas generan una especie de parálisis psicológica en los individuos, volviéndolos sugestionables; con su empleo en pueblos enteros, han venido generando guerras civiles y golpes de estado, aprovechando que en esas situaciones nuestra mente es más vulnerable, pues del mismo modo que los prisioneros en una sala de interrogatorios se vuelven infantiles, los pueblos también.
 
El  famoso premio Nobel en economía, el judío   Milton Fridman,  padre de la globalización, convencido que el mundo gira alrededor del mercado y el capital, perfeccionó esos mecanismos, desarrollando: La Yuxtaposición, el Uso Incorrecto de la Lógica, entre otras y las puso a disposición de la CIA quien las aplica en Venezuela, a través de  Globovisión, su brazo ejecutor, apéndice de  una de las  10 grandes transnacionales que en el mundo deciden:
 
-  que vemos
-  que escuchamos,
-  que leemos
-  y como nos entretenemos los pueblos; anulando toda posibilidad de recreación; conjuntamente con otras técnicas tales como:
·         el sobre dimensionamiento de los problemas sociales,
·        el silencio informativo,
·         la tergiversación,
·        la minimización de las capacidades del pueblo venezolano; decidiendo que es noticia y cartelizando su actividad; con el único fin de afectar la psiquis del pueblo, con un resultado impactante por lo continuo y permanente del método; ello con el único fin de perpetuar el libre mercado.
 
Los mecanismos empleados por la CIA, a través de Globovisión, no habrían tenido resultados tan contundentes en Venezuela, si el Estado Venezolano, hubiese:
1. Activado oportunamente los mecanismos administrativos y judiciales establecidos en protección del pueblo venezolano, cosa que  no hizo ni la Defensoría del Pueblo ni la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel)
2. Promovido, el desarrollo articulado de una sólida red  de radios y televisoras comunitarias a nivel nacional, donde se integren todas las formas de participación popular para definir una plataforma comunicacional al servicio de las comunidades, que sirva para contrarrestar la manipulación y fortalecer la construcción de ciudadanía, impulsando la democracia revolucionaria y la puesta en práctica del derecho a la libre expresión y a la información, manteniendo la veracidad como principio rector.
3. Impulsado la conformación  de sólidas agrupaciones de ciudadanos y ciudadanas interesados en los medios y en la educación para la percepción crítica de los mensajes, como los Comités de Usuarios, recursos que involucran a la sociedad con las empresas e instituciones de comunicación y que han sido desarrollados con experiencias de gran interés en otros países de América Latina, con lo cual se fortalecerían las capacidades de la sociedad activa para interactuar con los medios y dejar de ser espectadores pasivos de ellos.

Las empresas mediáticas privadas, son negocio. Es ingenuo pretender que el interés mercantil quede desplazado de los propósitos de sus propietarios y operadores. Sin embargo, el pueblo tiene derecho a que, sin dejar, necesariamente, de tener como meta la rentabilidad económica, los medios de comunicación sean instrumentos de servicio social y de educación ciudadana, mediante los cuales, en cumplimiento del artículo 108 constitucional que les impone la obligación de contribuir con la formación Ciudadana, el Estado pueda desarrollar campañas de educación integral, a través de las cuales impulsar en cada individuo la práctica de valores y principios de convivencia humana. Por ello es obligado concluir que Milton Fridman no es el responsable de la Guerra  Económica o Terrorismo de Globovisión, el responsable es el Estado Venezolano, cuyas Instituciones dirigidas, en muchos casos, por hombres y  mujeres sin compromiso con la Patria, con la Constitución Bolivariana, con el Proceso Revolucionario, con la Institucionalidad; que adolecen de valores y principios de convivencia humana, en los últimos 13 años, tampoco han estado a la altura  de las obligaciones que por delegación les ha conferido el pueblo venezolano, permitiendo la manipulación de la mente de un importante sector de la población, violentando la garantía consagrada en el artículo 46 constitucional.



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Minnori Martínez


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