Manifiesto de guerra

El recluta Juan Pendejo...

Mientras el militarismo se divierte jugando a las guerras (la ECONÓMICA es la de moda) el pensionado común y corriente se siente reclutado en esta revuelta cuartelaría sufriendo del bombardeo de la artillería pesada de precios altos ejecutados gracias a la inflación. La arremetida contra su “salario diferido” es inclemente y solo comparable a los conocidos en la pantalla grande cuando se escenifican aquellos ataques de los aliados contra los Nazis.Imagínense que en estos días cuando se anuncio el lanzamiento de un pequeño salvavidas del diez por ciento de aumento (doscientos noventa y siete Bolívares “Fuertes”) el recluta-pensionado se sintió mas o menos protegido si era atacado de nuevo pero solo al pisar el abasto, pesar una papa mas o menos grande, oír la voz de la China en la caja cantando el numero once antes de embolsarla, basto y sobro, para darse cuenta que mas bien lo que le venia encima era un naufragio nada remediable con ese instrumento salarial y su aumento. Ahora no solo se sintió en una guerra económica contra el sino además acosado por una risa burlona que le recordaba el voto perdido por creer en esperanzas sin futuro.La guerra esta perdida podría rendirse y detener sus pasos pero impulsado por la necesidad se alista en el ejercito de hombres y mujeres de la Tercera Edad dispuestos al asalto al Poder indolente para conseguir la cesta ticket y el bono para las medicinas. ¡Ya basta! Sentencio.

En esta forma Juan Pendejo jura por su salud y futuro no descansar hasta lograr los objetivos necesarios para pasar mejor las décadas por venir organizando a sus colegas para una actividad de reclamo permanente ante la burocracia militar ajena al sentimiento de quienes dejaron en este Campo de Batalla Social sus mejores aprontes por hacer una patria mejor.Se sabe que el hombre cuartelario es lo mas ajeno a los ancianos quienes por experiencia y sabiduría es reacio a los planes de la Patria y la obediencia hacia el Poder irracional. Ya probo la píldora edulcorada en promesas.Tiene quince años esperando los tres meses de aguinaldo ofrecidos cada vez que la farsa electoral lo exige. No puede huir a la voz de su conciencia que le reitera que esta condición de Pendejo esta valorada por no haber sido corrupto cosa que lo envalentona hacia el reclamo por una mejor Distribución del Ingreso Nacional hoy bastante mal repartido cuando hasta millones de dólares salen hacia un bendito corredor de autos que no gana una lo cual es una prueba evidente en la necesidad de radicalizar la protesta desde este sector del país para pedir un mejor tratamiento . Lo peor de todo es que los burócratas ajenos a la existencia del hombre de la Tercera Edad lo discriminan al tratarlo como al resto de la población activa quienes son poseedores de un salario mínimo cuando esto implica vacaciones,aguinaldos,cesta ticket, viáticos, seguros,etc., es decir está lejos de ser un criterio de igualdad el aplicado para mantener al pensionado al mismo nivel y esto sin entrar a considerar a los militares o la alta burocracia que reciben sueldos afortunadamente suficientes pero muchas veces inmerecidos en comparación con otros sectores de trabajadores de la población.

La guerra en verdad existe pero contra los sectores mas humildes y siendo los burochorócratas los nuevos ricos nos parece (al pueblo) que nuestro Ejercito Libertador esta infiltrado por el enemigo y por eso el recluta Juan Pendejo se alza y buscará en una Campaña Admirable liberar a la Tercera Edad de las penurias de esta guerra de fin de mundo.



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Antonio Rivera Chávez


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