El maleficio de ser escuálido

                Antiguamente la comunidad venezolana estaba conformada por sectores sociales, culturales, políticos y económicos heterogéneos, relacionados entre sí por lo funcional y por un muy especial lazo de convivencia que por lo general regulaba las estridencias de los sectores inconformes. Aun en momentos en los cuales organismos gubernamentales, maltrataran e incluso asesinaran opositores políticos, sectores importantes de carácter religioso, económicos, e incluso políticos de centro y qué decir de las grandes masas de habitantes no activistas, se hacían la vista gorda esperando “mejores tiempos”. Las épocas iban pasando, buenas y malas, por causas del destino, de los dioses, de los “grandes poderes”…

                La familia y su entorno de amistades, contaba con algo de cada sector: el poeta comunista, el político de derecha, el rico o el que se hacía… el honesto, el pobre… y nada de esto pasaba por encima del respeto familiar y la consideración con los amigos. No había que hablar de la dictadura del proletariado cuando estaba el hermano comunista, ni de los abusos de la inquisición si estaba el primo que estudiaba en el seminario; tampoco había que volver a sacar el tema de las propiedades del abuelo, “mal distribuidas”, por supuesto, cuando estaba el tío que se había “encargado” del asunto, ni de corrupción cuando aparecía el que trabajaba en el ministerio y se iba enriqueciendo apresurada y ostentosamente. Se hablaba de política con altura filosófica o se conspiraba si era necesario, pero aparte de las consideradas “acciones políticas de oposición o las consecuentes acciones de represión” el más extremo antagonismo era debatido con ¡respeto personal!

                 Ahora esta comunidad está congestionada por un intrincado tramado de tensiones, en medio de un muy deteriorado lazo de convivencia que exaspera la estridencia de los sectores que pareciera que tienen por obligación manifestar constantemente su inconformidad. Hoy no se maltrata ni asesina por oposición al gobierno, pero si se ha hecho para fomentar un golpe de estado o simplemente para “drenar la arrechera”; además se sabotea la economía, se roban divisas, se comercia con usura extrema, se acaparan y esconden bienes de primera necesidad, se anarquiza el tránsito y la convivencia ciudadana… todo por un “anticomunismo religioso” trasvasado de la Revolución Bolchevique que muy poco tiene que ver con el Socialismo Bolivariano y que ni lo ha estudiado ni lo entiende la mayoría del pueblo opositor; entonces sectores importantes de carácter religioso, económicos, e incluso políticos de centro y de derecha vociferan, amenazan, maldicen… exigiendo “libertad de crimen y abuso” para la oposición, y aun cuando se preguntan si es lícito que “el pueblo elija sus gobernantes”, les cuesta reconocerse como fascistas, a pesar de lo coincidente de sus posiciones y actitudes con las del propio Hitler y las del actual neofascismo europeo.

                Ahora el escuálido no tiene derecho a cultivar libremente sus amistades, el cariño familiar, la convivencia vecinal… no! Ahora cuando cualquiera puede reencontrarse por Facebook con antiguas amistades, se tiene que presentar en este “compartiendo” un mensaje que sabe falso, difamatorio, grotesco, insultante… que podría ofender a aquella persona que querías tanto!!! Pero es que ahora que la comunicación se hace tan expedita y que un abuelo puede saber de su nieta, prácticamente a diario… ella está obligada a mostrarse como un pequeño monstruo que le grita ¡HIJO DE P…! a su abuelo y a los que como él, les parece que este gobierno puede terminar arreglando las cosas. El mejor momento para saber de aquellos primos, tan amigos de la infancia, se ve “condimentado” con el desprecio que ellos deben mostrar hacia este terruño donde nacimos, la rabia que tienen contra esta nacionalidad a la que pertenecemos, la comparación denigrante que tienen que suscribir, de nuestra modesta nacionalidad con la “desarrollada” civilización del abuso internacional, la destrucción de pueblos indefensos, el avasallamiento y la guerra!!! La oportunidad para compartir y socializar le obliga al escuálido a despotricar de “los cubanos”, “los bolivianos” o “los nicaragüenses” aun cuando ofenda a familiares o seres queridos de esas nacionalidades… El escuálido tiene que suscribir de vez en cuando algún mensaje por una sonrisa, por el amor, por la naturaleza o paradójicamente por la humanidad… para no secarse… porque en cotidiano, como acción de fe, tiene la obligación de estar permanentemente gritando a los cuatro vientos ¡QUE ESTE MUNDO ES UNA M…..!



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José Claudio Laya Mimó

Profesor Universitario

 joseclaudiolaya@hotmail.com

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