Ante la locura: ¡paz!

¿Protestas? ¿Calle? ¿La Salida? Vuelve la oposición nacional -con sus alianzas internacionales- a su defensa de lo indefendible, a jugar las mismas cartas indeleblemente marcadas con el sello de la derrota. Una vez más llaman a sus partidarios a salir a las calles y a exigir salidas inmediatas del gobierno que estén a la vez “apegadas a la Constitución”, par acción-idea incompatible y fuera de cualquier legalidad y lógica.

En su procura de pescar en rio revuelto, la derecha vuelve a las andadas de exponer a sus militantes como carne de cañon de una movida desestabilizadora en la que tienen mucho brío para arengar pero ninguno para asumir. Y nuevamente, algunos estudiantes universitarios se prestan para este peligroso juego en el que, dejándose arastrar hacia protestas que muy lejos de exigir reivindicaciones estudiantiles o peticiones legítimamente surgidas del seno universitario, apenas juegan un papel utilitario en la ejecución de una orden emanada del sector opositor que hoy se muestra más apartado de la razón y la ley. Valdría la pena que cada uno de quienes creen que es válido atender ese llamado evalúen que nada tienen por ganar y mucho pueden perder cuando juegan sus esperanzas e hasta su integridad a una causa perdida.

Para comprender en su justa proporción a esta convocatoria al desorden en las calles, es necesario considerarla como una nueva etapa confrontacional que continúa a la estrategia de guerra económica en ejecución y que se inscribe en su mismo objetivo: sembrar desestabilización y luego culpar al Gobierno Nacional.

Aunque esta estrategia opositora está condenada como las anteriores a caer por su propio peso, ha sido seguida por un sector que aún estando conformado por pocos, han contado con algunos medios de comunicación nacionales e internacionales y particularmente con las redes sociales informáticas como cajas de resonancia, lo que ha llevado a un importante sector de la derecha a marcar distancia, en lo que pudiera interpretarse como un deslinde de prácticas ajenas a la ley, pero que también pudiera ser que conocen algún plan en el que no quieren verse relacionados.

Mientras, la Revolución Bolivariana sigue insistiendo en lograr la paz, propuesta diametralmente opuesta a la de la enloquecida oposición que propone hundir el propio barco en el cual navega para intentar hacer daño al capitán. Los cuerdos, que somos más, sabemos cuál es el camino a seguir.



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Oliver Reina

Gerundiando: Haciendo, revolucionando, sintiendo, leyendo, escribiendo, escuchando, acompañando, conversando, CREANDO. Ah, y pichón de y que fotógrafo

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