Mucha gente tiene la tendencia a vincular los conceptos de “liberalismo” , “democracia” y “capitalismo”, como si fueran un trío de hermanos siameses. La democracia aparece entonces como un sistema que sólo puede florecer en regímenes liberales que defienden el modelo capitalista. Esta asociación de los tres conceptos parece una cuestión de sentido común….
No lo es. Es un matrimonio de conveniencia, siempre inestable.
El capitalismo surge de la transformación de la sociedad feudal, en el marco de regímenes políticos muy autoritarios. Luego coexistió a lo largo de su desarrollo con monarquías absolutistas y parlamentarias, con repúblicas liberales y con el fascismo, con democracias y con dictaduras genocidas.
En América Latina conocemos muy bien de qué manera el capitalismo floreció en medio de dictaduras terribles, regímenes que paradojalmente no amenazaban (en la opinión empresarial) ni la “seguridad jurídica” ni el “clima de negocios”.
De la misma manera, es un error asociar las Repúblicas liberales con la democracia. Los regímenes liberales del siglo XIX fueron profundamente oligárquicos, sistemas donde la mayoría no votaba, y el poder quedaba en manos de una minoría aristocrática que era la única que podía ejercer libremente sus derechos políticos. El “Régimen Oligárquico” argentino (1880-1916) tiene su correlato no sólo en regímenes latinoamericanos contemporáneos (como el “Porfiriato” mexicano) sino en las propias estructuras políticas europea y norteamericana de la época, que compartían una escasa participación electoral de los ciudadanos.
La democracia como gobierno de la mayoría con participación plena de toda la población, nació como idea durante la fase jacobina de la Revolución Francesa, pero no fue una realidad hasta bien entrado el siglo XX. Estas primeras democracias reales, donde los sectores populares comenzaron a participar masivamente, fueron rechazadas y estigmatizadas por los sectores dominantes acostumbrados a las Repúblicas aristocráticas. Estos sectores acusaban a las democracias de ser demagógicas, populistas, autoritarias e incluso fascistas.
Los sectores aristocráticos que sostenían las Repúblicas liberales no se limitaron a criticar a las primeras democracias, sino que actuaron contra ellas de manera bastante violenta. El siglo XX fue en América Latina la ominosa era de los golpes de estado y las represiones contra fuerzas políticas populares. Los argentinos conocemos de sobra las proscripciones y persecuciones de que fueron objeto radicales y peronistas (1) cuando surgieron como fuerzas “plebeyas” que cuestionaban diversos aspectos de la República “patricia”. Es importante señalar que en este aspecto Argentina no fue una excepción a la regla, ya que similares destinos les tocaron a dirigentes como Jorge Eliécer Gaitán en Colombia, Augusto César Sandino en Nicaragua, Raúl Haya de la Torre en Perú o Getulio Vargas y Joao Goulart en Brasil.
El fenómeno no fue exclusivo de América Latina, sino que afectó también a los Estados Unidos. La experiencia de Franklin Delano Roosevelt, que en política interna tenía muchos rasgos “populistas” llevó a la Corte Suprema de Estados Unidos a limitar las reelecciones de los presidentes (2). Mientras que en la década del 60, los dos grandes “democratizadores” norteamericanos, John Fitzgerald Kennedy y Martin Luther King, fueron asesinados.
El fin de esta etapa de golpes, violencia y represiones no llegó hasta que los sectores dominantes hallaron en el neoliberalismo una herramienta para ganar las elecciones de forma limpia y luego imponer sus concepciones aristocráticas.
El fin del siglo XX, con la emergencia de la figura de Hugo Chávez, la debacle del modelo neoliberal argentino en 2001, y la aparición de otros líderes y fuerzas políticas democratizadoras (el MAS de Evo Morales, el FpV de los Kirchner, el PT de Lula, entre otros) volvió a despertar las iras de los sectores liberales. Estando los golpes de estado “demodé”, sólo les queda recurrir a los llamados “golpes suaves” –que de suaves tienen poco(3)- combinando golpes de mercado con la movilización desde los cuarteles mediáticos de integrantes descontentos de las clases medias acomodadas. Tambores y clarines fueron reemplazados por sartenes y cacerolas.
La movilización “indignada” y frecuentemente violenta de las clases medias acomodadas no debe ser minimizada. El fascismo y el nazismo fueron un emergente del temor y la pauperización de la clase media. Inflación -descontrolada o no-, inseguridad y supuestos rasgos autoritarios son los argumentos esgrimidos por estos sectores para manifestarse y reclamar la remoción de las autoridades democráticamente elegidas.
Cuando esto no alcanza, se redobla la apuesta en favor de la violencia. Se pugna por lograr que las autoridades repriman para poder ostentar algún muerto. Y aparecen de la nada francotiradores expertos que, como pasó en Paraguay y en Venezuela, cobran en sangre sus servicios.
Algunos hablan alegremente de guerras civiles, como si una guerra civil fuera un chiste(4), confiando en que la destrucción que generaría semejante caos les permita construir su República aristocrática ideal.
La periodista canadiense Naomi Klein señala en su libro “ La Doctrina del Shock “ que un rasgo específico del neoliberalismo es la predilección por el caos. Ellos generan o aprovechan cualquier shock económico social, ya que las personas o sociedades sometidas a un profundo shock ven tambalearse sus identidades: las convicciones se relajan, los ideales se postergan, los límites se difuman, y se aceptan medidas “provisorias” que poco antes se hubieran rechazado con vigor (6).
¿Hubieran aceptado los norteamericanos todas las restricciones a sus derechos civiles que han sufrido en este siglo de no haberse producido el 11-S ?... Seguramente no… pero fue el shock de esos atentados a las "Torres Gemelas" lo que los llevó a validar “provisoriamente” decisiones que el tiempo trasnformará en definitivas.
En su lucha en contra de las democracias, en contra de los sistemas donde la mayoría participa y decide, han lanzado los sectores aristocráticos de nuestras sociedades versiones locales de la “estrategia del shock” de la mencionada periodista canadiense. Por eso hablan de “guerras civiles” sin despeinarse, sin importarles toda la destrucción que ellas generarían. Por eso hablan de llamar a “libertadores” externos. Estos "Libertadores" han estado practicando, con el resultado de naciones reducidas a escombros, naciones que incluso ya no parecen viables como Estados -como Afghanistán, Irak (7) o Libia (8)-. Países que han quedado sin infraestructura, sin servicios básicos, y sometidos a la violencia interna permanente.
Estos “luchadores por la Libertad” actúan de esa manera. Son arquitectos que primero demuelen el edifico viejo, antes de construir el nuevo. Son gestadores del caos, porque sólo sobre la “tabla rasa” del shock pueden construir algo. Sólo así pueden lograr que los pueblos archiven convicciones e ideales (8).
Aquellos latinoamericanos que están dispuestos a cualquier cosa con tal de desprenderse de sus gobiernos democráticos, que no le temen a una guerra civil o a llamar a las tropas que “huelen a azufre”, deberían investigar un poco cómo han quedado tras similares campañas “libertadoras” países como Afghanistan, Irak, Libia o Siria (9).
Nos quieren traer ese tipo de “libertad” a estas tierras. No hay que dejarlos.
NOTAS:
(1): Ver al respecto el contenido del decreto 4161 de la dictadura militar de 1955-58 http://www.elhistoriador.com.
(2): Ver al respecto Sergio Galateo: "Roosevelt, la crisis del '30 y el New Deal" http://adriancorbella.
(3): Thierry Meyssan ha teorizado acerca de los llamados "golpes suaves". Ver al respecto por ejemplo http://guillermojavier-
(4): Ver la interesante nota de Bestalia Ibarra en Aporrea "¿Solución a través de la guerra civil o intervención extranjera?" http://linkis.com/www.aporrea.
(5): Ver por ejemplo de Dante Augusto Palma "Nuevo objetivo: el Shock" http://veintitres.infonews.
(6): Ver al respecto de Federico Bernal "El negado holocausto iraquí" http://www.infonews.com/2013/
(7): Sobre la patética situación a la que ha quedado reducido el otrora poderoso estado libio, ver por ejemplo "Tribu Zentran le declara la guerra al gobierno títere de Libia" http://www.redaccionpopular.
(8): Obsérvese por ejemplo de que calaña son los "libertadores" de Ucrania
(9): Hay una interesante nota Eduardo J Vior "Ajustes de cuentas en Siria" http://sur.infonews.com/notas/ ajustes-de-cuentas-en-siria y varias de Thierry Meyssan http://nos-comunicamos.com.ar/ content/donde-se-han-metido- revolucionarios-sirios y http://www.redaccionpopular. com/articulo/siria-ha-cambiado
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