Gallardía y la MUD

Finalmente, aparecieron los históricos opositores de los partidos de la IV República, en las discusiones por la Paz, convocados por el Presidente Nicolás Maduro.

El obrero, nuestro Presidente Constitucional, aguantó estóicamente, exabruptos, mentiras, caribeo y, hasta pataletas, de los representantes de los partidos de la derecha.

Incluso, un exasperado, con desasociego, obligó a todos los presentes en el acto y por televisión, a que lo escucháramos, queriéndose lucir contra el Vicepresidente Jorge Arreaza, de manera muy maleducada, porque según el desespero adeco, habían pasado quince años sin hablar en Miraflores. Este pedante hizo gala de insultar o carajear con desaguisados, al Diputado Presidente de la Asamblea Nacional, Capitán Diosdado Cabello. En fin, ese ciudadano de la tolda betancouriana, luego de padecer a la ultraderecha en la Coordinadora Dedocrática y en la Mesa de la Ultraderecha a la trilogía del mal, al fin, sintió que lo pasaron de Triple A, a grandes ligas.

Pero, toda esa derecha de la democracia representativa, desaprovechó la oportunidad para deslindar de los actos de terrorismo y del golpismo, porque lo que está de fondo es: el derrocamiento del Presidente Nicolás Maduro, que como testimonio, están las pintas en paredes de la ciudad de Mérida, la ciudad de San Cristóbal, Altamira y El Cafetal, que decían: "la salida ya", "rebelión", "Maduro vete ya", "hasta que caiga Maduro", consignas que todos los representantes de la derecha anhelan.

Ahí estuvieron presentes los jefes de los partidos, como UNT, PJ y AD, que durante los últimos catorce años formaron contingentes de jóvenes estudiantes en tácticas bélicas y golpistas en países como: Chile, México, españa y EEUU. Ellos, en catorce años solo han dedicado su tiempo a construir guarimbas metales, a tumbas a Chávez y a Maduro. Ellos solo lamentan las mieses del poder. Y de la Paz, les preocupa tanto, como me importa el tinte que usa Madonna.

Ahí estuvieron los carcamales del fracaso de la IV República, para espetarle a una mayoría bolivariana, socialista y chavista, que hemos fracasado.

Lo que pasa es que ellos no están enterados de que, a partir del Comandante Hugo Chávez y, ahora, con Nicolás Maduro: desapareció la pobreza extrema y la hambruna, PDVSA dejó de ser de una élite, la educación se masificó y universalizó, se están cambiando ranchos por viviendas dignas, se nos dio una Constitución Nacional adecuada a estos tiempos, se protege al trabajador con la nueva LOTTT, los ancianos ahora cobran pensiones dignas y no son reprimidos con ballenas, la GNB tiene sentido humano y está amparada en el Pueblo, sobre todo, se le está transfiriendo todo al Poder Popular, a partir de la Comuna y los Consejos Comunales.

En fin, como expuso el Diputado José Pinto, el Tupamaro de los Colectivos, "se trabajó por una nueva sociedad", la que hoy estamos empezando a vivir, que esa derecha amnésica, ciega y sorda, no ha percibido.

Por estas razones, esa derecha no habla de paz, ni la siente. Se desgastaron en drenar sus tensiones y pulsiones contra Nicolás Maduro y nuestro gobierno bolivariano, socialista y chavista. Les importa un rábano los asesinados en sus celestinadas guarimbas y las falsas protestas estudiantiles, desde universidades controladas por los impunes rectores de la AVERU, cómplices históricos de esa derecha.

Mientras tanto, ellos insisten en que "en Venezuela no hay justicia, ni instituciones". Pero ocultan, que son ellos quienes no quieren esta institucionalidad y modo de hacer "justicia con paz", que nos hemos dado, razón por la cual, esa derecha sentada allí, quiere liquidar al gobierno, como lo hicieron el pasado 11-A del 2002.

Ellos quieren un diálogo con las calles prendidas y sin escucharnos a nosotros, que somos la mayoría. Es decir, anarquía y caos hasta que les entreguemos el gobierno y nuestras vidas.

Eso fue, nada gallardo de estos señores de la MUD. Del lado de la revolución se les escuchó con atención, respeto y tolerancia, es decir, con gallardía. Ellos deben entender que se les invitó a construir un espacio de diálogo y paz.


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Luis Alexander Pino Araque


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