Desde los tiempos en que la especie humana tuvo la necesidad de organizarse a fin de regular sus relaciones interpersonales para poder vivir en sociedad o para poder soportarnos unos con otros, estas formas de organización social siempre han sido desfavorables para la parte más numerosa de la sociedad; siempre los que tienen la capacidad de organizar la cosa, la han acomodado a su conveniencia. Así conocemos por la historia de los sistemas esclavista y feudal donde pasaron las cosas que todos sabemos y muchos no les gusta recordar, hasta llegar muertes y explotaciones bárbaras por medio al sistema capitalista, que impera a nivel mundial desde hace más de dos siglos y todos sabemos cómo son las cosas en este sistema.
Cuando en algún lado del mundo un grupo de personas han intentado cambiar la cosa para que la mayoría de los que formamos la población ganemos una, entonces por razones explicables y que aquí no alcanzaría a explicar suficientemente un grupo interesado y con poder suficiente devuelve la cosa al estadio donde se encontraba antes de haber osado cambiarla; con muchos de los que ofrecieron cambiarla, ahora encamburados junto con los que antes disfrutaban solos del cambur. Así paso en Rusia, Europa del Este, Vietnam, Argelia, China, Cuba, etc. Donde los que desalojaron del poder a los que explotaban al pobre, terminaron haciendo lo propio y más.
Pero en nuestro caso esto como que pasa con mayor frecuencia y así vemos como un Bolívar Burgués junto a esa sociedad burguesa de su tiempo declararon una sarta de buenas intenciones para “independizarnos” de la terrible España de ese tiempo y así acabar con las relaciones de explotación que este imperio imponía a los más débiles y ya tu vez que paso, los levantados en nombre del pueblo venezolano terminaron explotando a los más débiles de ese tiempo y Bolívar junto con Sucre y otros muchos que quisieron que la cosa se hicieran como se declaró en la sarta de buenas intenciones que escribió la sociedad burguesa, ya sabemos como terminaron; y el pueblo, ¿Cuál pueblo?. Y los Páez, los Montilla, los mantuanos; ricos y poderosos.
Esto se ha repetido varias veces en esta tierra de gracia y así los estudios históricos los reseñan, siendo los más relevantes después del referido; la revolución Zamorana, a quien le paso lo mismo que a Bolívar por meterse con el poder burgués estatuido y los que tenían la obligación moral y ética de hacer valer su legado también se encamburaron junto a los que ya lo estaban. ¿Y el pueblo?, ¿Cuál Pueblo mijo?
Así llegamos a través de nuestra historia, entre golpes y revoluciones parafraseando a Jesús Sanoja Hernández; aunque en el fondo de revolución tuvieron muy poco, al proceso “democrático” llamado cuarta república, donde una supuesta unión cívico-militar que identificaba en su mayoría a los intereses de la sociedad burguesa de ese tiempo declararon también una sarta de buenas intenciones para enrumbar al país hacia el sendero del progreso e implementar una democracia que garantizara los derechos de los más pendejos o sea el Juan Bimba. Algunos adelantados de ese tiempo lucharon por que la cosa se hiciera como se había declarado, entre otros Fabricio Ojeda quien lo hizo praxis al ver que la cosa no se haría como estaba previsto y renuncia de por medio al poder constituido, se fue a la montaña a buscar el cambio por otra vía, pero a este hijo del pueblo tampoco la sociedad burguesa le perdonó la osadía de retarla y sabemos quién y como lo mataron cobardemente. Otra vez los que llegaron al poder en nombre del pueblo se convirtieron en sus verdugos y junto a los que ya estaban encamburados también es encamburaron; que sabroso debe ser el cambur, ¿y el pueblo?, ¿Cuál pueblo muchacho?
Todos los procesos políticos anteriores ocurrieron en el marco de o con prevalencia de factores de la sociedad burguesa venezolana aunque siempre hubo factores de izquierda que dejaron su impronta ideológica pero sin ser factores mayoritarios que pudieran tener correlación de fuerzas a su favor, la mas de las veces por ser factores irreverentes que mantenían posiciones radicales contra el status quo, debieron estar peleando en la clandestinidad la mas de las veces por lo menos hasta finales del año sesenta cuando los residuos de esa lucha (no todos), decidieron encamburarse con la cuarta república.
Cuarenta años más tarde llega por fin al poder un grupo que enarbolando las banderas del nacionalismo y la lucha contra la corrupción y luego las banderas del socialismo, nos convenció sobre la necesidad de sacar del poder a los burgueses, proyecto que se logró a través de los votos y sin derramar una gota de sangre. Este grupo de militares retirados y civiles de izquierda en su mayoría capitalizaron el descontento de una sociedad hartada de las personas y grupos que dominaban las realidades sociales, políticas y económicas del país desde antes de la independencia y a los que antes me referí y como éstos en su tiempo también ofrecieron su declaración o sarta de buenas intenciones para con los más pendejos y que ahora sí, en socialismo el pueblo tendría el poder.
Quince años después, la contundente realidad social, política y económica, sobre todo económica nos despierta del sueño bolivariano, del sueño del socialismo del siglo XXI, otra vez el pueblo pierde la pelea, otra vez los políticos se salen con la suya, otra vez los burgueses de siempre logran convencer a los que antes eran como nosotros y ahora están o detentan el poder político; dado por nosotros, de que el cambur es sabroso y que para compartirlo deben traicionar a quienes allí los pusieron. Pasa lo mismo que en los países arriba referidos, un capitalismo de estado en contubernio con los capitalistas burgueses de siempre en contra de los más pendejos y el socialismo que solo se hace empoderando al pueblo verdaderamente, sobre todo a la clase trabajadora, bien gracias. Saben los políticos actuales de ambos bandos que al hacer esto se acaban las castas, el poder y los privilegios de ambos lados.
Por eso pregunto ¿Qué será de la vida del socialismo?, ¿Cuál socialismo hijo er diablo?. Chito.
