Leopoldo Castillo, ahora chillón mayor de Globovisión, es muy conocido en El Salvador. Sólo que allí únicamente saben su alias: Matacuras. Fue uno de los organizadores del asesinato de monseñor Arnulfo Romero y de una docena de sacerdotes jesuitas.
La oposición perdió totalmente la brújula. Timoteo Zambrano, en nombre de la Coordinadota Democrática, dijo el sábado que recurrirían al terrorismo si les tocaba un solo medio de comunicación. Amenazó con volar oleoductos, conducciones de agua y electricidad. Por cierto que Zambrano tiene una carrera nada gratificante. Se inició en AD como jaleti principal de Carlos Esthory, cuando éste era secretario general en Caracas. Zambrano le iba hasta a comprar café y le servía de chofer. Luego le jalaba, mejor dicho, se columpiaba, de Ixora Rojas, pese que ella evidentemente no tiene los adminículos de los que Zambrano acostumbra colgarse. Más tarde su jaladera fue con Lewis Pérez quien, a su vez, había hecho toda su carrera jalándole a Piñerúa y a Gonzalo Barrios. Quién iba a decir que un consumado usuario del cordón de oro terminaría de terrorista.
"Los muertos que vos mataste gozan de buena salud" Qué clase de embustero es Juan Fernández, capo de la Gentuza del petróleo. El Nazional del domingo abre su primera portada festejando la muerte de Alirio Carrasquero, trabajador de El Palito. Ni Fernández ni el diario de Miguel Henrique ocultaban su alegría por esta muerte, que resultó falsa. Carrasquero está vivo, en perfecto estado y absolutamente sano. El accidente donde "murió" jamás existió. Fue otro macabro invento de Fernández. Quién estuvo a punto de morir, de dolor, fue la madre de Carrasquero cuando le informaron de la "muerte" de su hijo.
Una cosa muy recomendable, especialmente para los opositores, es hacer una sencilla prueba: cuando en televisión pasen la cadena de Los Tres Chiflados, quítenle el audio y observen sólo la imagen. Transmiten derrota, desencanto, frustración. Sin sonido es aún más evidente que se saben vencidos y tratan de infundir falsas esperanzas a la gente, con cosas tan absurdas como el referéndum.
¿Se acuerdan de qué cosas dijeron Los Tres Chiflados acerca de Chávez cuando éste anunció que no acatarían una decisión manifiestamente ilegal de un tribunal municipal de Maracaibo? Hasta dictador y tirano llamaron al Presidente. Esa misma gentuza dijo, menos de una semana después, que ellos no acataban el fin de la huelga decidido por el Tribunal Supremo. Y ahora, cuando saben que ese mismo máximo tribunal (no un tribunalcito municipal) declarará la evidente inconstitucionalidad del referendo, ya dicen que no aceptarán ese fallo ¿Quién viola el Estado de derecho?
El general Medina Gómez, "presidente" del Territorio liberado de Altamira, envidia ahora la jugada del también divisionario Carlos Alfonzo Martínez. A quien quiere oírle y sin recatarse en bajar la voz, Medina asegura que "esos coños de la Guardia son aún más traidores que los políticos". La razón es que acusa a su colega de la GN de haberse dejado apresar intencionalmente, para poder salir como un héroe de la trampajaula de Altamira antes de que Leopoldo López los saque de allí, pues ya les ha amenazado dos veces de que no seguirá pagando las suites del Four Seasons. Para más inri, Medina confesó que Chávez tenía razón cuando dijo que los puntofijistas se acostumbraron a considerar a los militares como condones: se usan y se botan.
Juan Fernández, el capo de Gentuza del petróleo, tiene un largo prontuario político. Estuvo bajo las órdenes de Alejandro Peña Esclusa en Tradición, Familia y Propiedad, la secta terrorista de origen brasileño que tantos muchachos secuestró en Venezuela. De su permanencia en las casas de esa tenebrosa organización les vienen a ambos su peculiares aficiones.
La marcha de hoy a Los Próceres daba vergüenza ajena. Cerca del mediodía, frente a Pdvsa-Chuao, no llegaban al centenar los "heroicos" manifestantes. El pobre Enrique Naime -gran manejador del dinero copeyano y testaferro de sujetos ahora tan enfrentados como Eduardo Fernández y Dónald Ramírez- se desgañitaba por todos los canales de televisión pidiendo a la gente que acudiera a la marcha y asegurando que la seguridad estaba garantizada. Por cierto, la manifestación fue tan escuálida en todos los sentidos que Globovisión y el resto de los canales no mostraron ni una sola toma general. Ni siquiera cuando iban por calles angostas se atrevían a mostrar la marcha en su conjunto.