La inflación ya es insoportable

Sí, damas y caballeros; ya no se puede ocultar la realidad: La inflación es insoportable…en los Estados Unidos de América; esa es la verdad objetiva, numérica, oficial.

Y antes de que salten los “sesudos analistas”, “académicos”, PhDs, hechiceros y alquimistas a vociferar: “Éste está loco, si todo el Mundo sabe que en el paraíso de los EUA casi no hay inflación; y es en Venezuela donde hay la inflación más alta del Planeta”; debemos desmontar el primer dogma falaz que atacaremos en este escrito.

La inflación es simplemente la expresión de la capacidad de los actores económicos para fijar a su mejor conveniencia los precios de bienes y servicios y, en ausencia de factores de control, elevarán dichos precios tanto como les sea económicamente favorable; o como bien expresó Juan F. Noyola: “la inflación no es sino un aspecto particular de un fenómeno mucho más general de la lucha de clases”.

En términos concretos, la formación de los precios de bienes y servicios es tan sólo la expresión monetaria de relaciones sociales de producción, en las cuales los distintos actores económicos, antagónicos o no, imponen hasta dónde pueden su respectiva capacidad frente a la del resto, para maximizar su ganancia, conforme al tamaño e influencia de los medios de producción que poseen, con el único límite de que actores económicos o políticos contrarios los contrarresten; conforme el respectivo Estado, como factor regulador, se incline hacia distintos sectores según sean los intereses a los cuales obedezca.

En el contexto generalizado de los mercados, el factor Trabajo, la mano de obra, pasa a ser también una mercancía y, por lo tanto está igualmente sujeta a que los actores económicos le fijen un precio, el cual, de manera similar a los bienes y servicios, dependerá de la correlación de fuerzas actuantes en el mercado. Ese precio es llamado genéricamente “salario”.

Así las cosas, la inflación puede tomar dos vertientes; una, la promocionada y oficializada, el alza de precios de bienes y servicios que mide indirectamente el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en cada país; y otra forma, insidiosa, intencionalmente ocultada, que consiste en disminuir el precio del factor Trabajo, disminuir los salarios.

Y eso es precisamente lo que ocurre en los EUA. Muy recientemente fue publicado un nuevo informe del Instituto de Políticas Económicas, con sede en los EUA, donde una vez más se evidencia esa realidad: la inflación encubierta por la depauperación acelerada de los salarios.

En efecto, según el estudio en los últimos 35 años hasta hoy, los salarios del 80% de los trabajadores y trabajadoras en los EUA, a pesar de la creciente productividad de toda la economía (que revela una mayor acumulación de plusvalía), se han estancado o disminuido desde 1979, y esa situación de los salarios se extiende incluso a aquellos que tienen un título universitario.

Por otra parte, el desempleo en EUA en la última década se ha duplicado hasta rozar el 10% total, y según la Administración de la Seguridad Social (USA SSA, por sus siglas en inglés) casi el 40% (61 millones de asalariados) percibe a la fecha menos del Nivel Oficial Promedio Nacional de Pobreza; mayormente porque creciente número de personas sólo tiene empleos temporarios por pocas horas diarias.

En el mismo lapso de 35 años, la inflación en los EUA, aunque “técnicamente” baja, ha acumulado un crecimiento del IPC de 232,7%. El resultado global es que los ingresos medios de los hogares estadounidenses han disminuido en términos reales en 40% en los últimos 30 años.

Tal disminución del poder adquisitivo real de los asalariados en EUA, aun en un entorno “técnicamente” de escasa inflación, revela cual debe ser la verdadera lectura del fenómeno inflacionario, no sólo en su exacta determinación numérica, sino en su valoración: lo esencial no es el alza del IPC, sino cuál es el impacto sobre el poder adquisitivo real de los asalariados; ya que los propietarios de los medios de producción suelen cabalgar la inflación, porque pueden fijar los precios.

A la luz de lo anterior, al examinar el caso venezolano, se puede constatar que el IPC desde febrero de 1999 a la fecha registra un incremento acumulado de 2.848 % que, dicho sea de paso, es seis (6) veces menor que el incremento acumulado del mismo lapso (15 años y 4 meses) anterior a febrero de 1999.

Sin embargo, y he aquí lo que se intenta ocultar y con lo que se manipula incluso desde presuntas posiciones de “izquierda” es que, con base en el cierre del año 1997, el Salario Mínimo Legal registra a la fecha un incremento de 45 %, cuarenta y cinco por ciento; por encima del incremento del IPC en el mismo lapso; mientras que el Ingreso Mínimo Legal (que incorpora la Ayuda de Alimentación) registra un incremento de 91% por encima del incremento acumulado del IPC.

Cabe señalar que antes de 1999, más del 65% de los asalariados y asalariadas devengaban Salario Mínimo o menos; mientras que a la fecha, las estimaciones más recientes, a la fecha, señalan que al menos el 80% de la masa trabajadora devenga por encima del Salario Mínimo, sin incluir el extra de la Ayuda de Alimentación, y los Salarios en general están a la fecha al menos un 9% por encima del IPC, con base al cierre del año 1997.

Asimismo, el desempleo en Venezuela disminuyó en más de la mitad, desde más del 15% a menos del 7%; al igual que disminuyó a la mitad la Pobreza Crítica estructural, es decir, la medida por Necesidades Básicas Insatisfechas. Hay que aclarar que el aumento leve coyuntural a diciembre de 2013 en la Pobreza Medida por Ingresos, ya fue corregido por los incrementos salariales acumulados desde el mismo cierre del año 2013 a la fecha.

A lo anterior, se debe añadir lo que NO hay en los EUA, y que aquí tanto la Derecha abierta, como la quintacolumnista plantea eliminar: las Misiones de Alimentación, la atención médica gratuita, la educación gratuita para todos los niveles, incluso el Universitario; subsidios en la electricidad, gas y transporte, etc.

Por razones de espacio, sólo referiremos algunos puntos de comparación con los EUA, donde oficialmente 47 millones de personas no comen los suficiente ni en cantidad ni calidad; donde 54 millones de personas no tienen acceso a ningún tipo de asistencia médica; donde al menos 16 millones de personas no tienen ningún hogar: no es que vivan en un sitio inadecuado o ubicado en un sitio precario, no, es que sobreviven, y mueren, literalmente en la calle; donde 61 millones de personas devengan por debajo del Salario Mínimo, y donde denunció la parlamentaria demócrata Frederica Wilson que cada día más personas están comiendo Perrarina.

Acá en Venezuela también muchas personas tuvieron que comer sólo Perrarina (cuando eso era barata, la mitad del “pellejo”; porque ahora los sifrinos dicen que eso es mentira porque es muy cara) en la década previa al año 1999. En Venezuela, sólo en el quinquenio entre 1992 y 1996, dos paquetazos del FMI de por medio similares al que ahora de nuevo están vendiendo muchos de lado y lado, provocaron una inflación acumulada de 995%, mientras que los Salarios apenas crecieron en 67%, es decir, una caída real del poder adquisitivo de 93%. Ahora, el 98% de la población venezolana come por lo menos tres veces al día, la ingesta de calorías diarias es el 99% del nivel ideal y la ingesta de proteínas de calidad se ha más que duplicado en los últimos 15 años.

Cabe acá un comentario específico: El Nivel Oficial de Pobreza establecido por la Alcaldía de New York para dicha ciudad, más alto que el nivel oficial promedio nacional, para una familia estadística típica de dos adultos y dos niños o adolescentes; es de US$ 32.800 anuales. Y estamos hablando de un nivel MÏNIMO de verdad, de mera sobrevivencia, con carencias y que tiene que acudir a las instituciones de caridad.

Según los “sesudos analistas” Caracas es una de las “ciudades más caras del Mundo”, por encima de New York; pero apartando esa falaz afirmación, si convertimos esos ingresos anuales de US$ 32.800 al tipo de cambio del SICAD II, para no hablar del mercado ilegal, tendríamos un equivalente de Bs. 1.640.000 (un millón, seiscientos cuarenta mil) anuales para una familia equivalente en Caracas, lo que evidentemente demuestra que ese precio está sobreestimado y más aún lo está el mercado ilegal.

Ahora, vamos a desmontar otro dogma, muy relacionado con el anterior; y que recientemente uno de los “sesudos analistas” repitió en la TV, y su muy conocido entrevistador, por aparecer como “razonable” le aceptó sin chistar, y tal vez ese es el drama: el dogma, por definición, se asume como verdad sin discusión, detalle o comprobación: "la Tierra es plana, inmóvil y es el centro del Universo", y quedaba a la minoría osada invocar tratados y experimentos antiguos, o diseñar observaciones y análisis propios para demostrar la verdad; pero eran silenciados y hasta quemados en la hoguera.

Quien se escuda en el dogma o simplemente lo repite tiene "el mandado hecho" como dicen en mi pueblo; repite el dogma y ya, eso "basta". Si eso es entre los "especialistas" y "sesudos analistas", ¿qué se puede exigir a comunicadores sociales y público en general? Vemos hasta a economistas de izquierda, sinceros y comprometidos en cuanto a la Economía Política, que al entrar en el terreno de lo operativo recitan a pie juntillas los mismos dogmas de siempre, porque fue lo que aprendieron de la "Academia". Peor aún es cuando se añade el papel de propagandista político o política contra gobiernos progresistas.

Bien, repetía el “sesudo analista” que el dinero que estaba emitiendo el BCV era el causante de la inflación; mentira que no resiste la mínima comprobación numérica, a lo que pasaremos, a riesgo de que un apreciado y muy calificado camarada economista me diga que es una “nota técnica”; pero debemos entrar en algunos números. Por cierto, los que no son especialistas, incluso el ciudadano de a pié, como se dice, nos manifiestan entender con claridad nuestras explicaciones.

En primer lugar, como hemos dicho en otros escritos, en Venezuela, durante los 15 años previos al año 1999, el Índice de Monetización, medido como la relación entre Liquidez Monetaria y el Producto Interno Bruto PIB (que mide el tamaño de una economía) cayó en más del 60%, pero fue el lapso en que en Venezuela se presentó la inflación acumulada más elevada de toda su historia en el país; que ya dijimos fue SEIS veces superior al valor acumulado de los últimos 15 años.

Yendo al detalle de lo que va del año 2104 hasta el mes de abril (mes hasta donde se dispones de todas cifras agregadas para comparar), se puede comprobar que la Liquidez Monetaria (M2), que es la totalidad de Efectivo y Medios de Pago representados en depósitos a la Vista o transferibles en poder del Público; aumentó en Bs. 129,9 millardos.

Sin embargo, aclarábamos en escrito previo titulado “Sobre el Tipo de Cambio de Equilibrio y los Activos en Divisas de la República , cuya lectura recomendamos (ver: http://www.aporrea.org/actualidad/a190073.html ), que la mayor parte de dicha liquidez es tan sólo dinero quirografario, generado por los bancos comerciales mediante Expansión Secundaria, sea como créditos directos o mediante adquisición de emisiones de obligaciones públicas y privadas y que pocos saben y menos dicen que la mayoría del dinero es creado por los bancos comerciales públicos y privados mediante emisión de deuda, los créditos que conceden.

Por cierto, es bueno precisar adicionalmente que los bancos crean nuevo dinero, mucho más que los bancos centrales, por medio de los créditos que conceden; pero NO crean el dinero para el pago de los intereses que cobran sobre dichos créditos; lo cual va forzando la generación de nuevo dinero base por parte de los bancos centrales; y dado que el “interés” no es más que otro precio, el precio del uso del dinero visto como mercancía; se nota que también ese precio, el del dinero, forma parte del alza general del IPC que, a su vez, es la que impulsa el crecimiento posterior de la Liquidez Monetaria.

En efecto, desde enero hasta el cierre de abril de 2014 los bancos públicos y privados (distintos del BCV) crearon Liquidez Monetaria adicional por un total de Bs. 145,9 millardos, mediante los dos mecanismos citados: créditos directos y créditos indirectos mediante la compra de títulos e emisores de títulos distintos del BCV.

Entonces, los bancos crearon Bs. 16 millardos más que el crecimiento de la Liquidez Monetaria en el lapso considerado; y la diferencia se explica porque la cuenta de la Tesorería Nacional en el BCV aumentó Bs. 10 millardos (y ese monto se resta de la Liquidez Monetaria) y el BCV adquirió a los bancos casi Bs. 6 millardos de los títulos que éstos a su vez adquirieron en el mismo lapso considerado, y el pequeño resto es por las Transacciones en Tránsito. El pequeño incremento de la Base Monetaria, que sí es el dinero generado por el BCV, apenas fue de Bs. 31,7 millardos, explicable por el saldo promedio de los intereses cobrados por los bancos por los créditos directos concedidos en el mismo lapso.

Por lo tanto, queda demostrado que la Liquidez Monetaria aumentó exclusivamente por el crédito bancario, y queda sólo analizar el por qué de este hecho; para lo cual no es superfluo recordar que los actores económicos acuden al crédito, se endeudan, en líneas generales, porque requieren de mayor cantidad de medios de pago.

Nótese que aunque algunos actores económicos obtengan mayores ingresos nominales con el alza del IPC, según sea su capacidad de aumentar sus precios, el resultado general, lo que se denomina el Agregado es de déficit, primero porque ese diferencial a favor de unos, significa un diferencial en contra de otros; y segundo, porque los actores económicos en tanto más favorecidos en el intercambio desigual, en mayor proporción tienden a concentrar y a atesorar ese diferencial a su favor, extrayendo sumas netas de la Liquidez Monetaria.

Dado que, según el catecismo de los “sesudos analistas” de variado pelaje, en 2014 ha habido disminución de los volúmenes de producción y de los volúmenes de la demanda agregada y que ha caído drásticamente la venta de divisas; es insoslayable concluir que en lo que va del año 2014 los actores económicos han acudido al crédito, al endeudamiento, para poder cumplir con pagos mayores motivados por el alza precedente de los precios; como demuestran las curvas históricas de relación entre el IPC y M2 desde hace más de 50 años en Venezuela.

Ya dijo Adam Smith que “La cantidad de dinero amonedado se regula en todos los países por el valor de las mercancías a cuya circulación sirve de mediador” y recalcó Karl Marx que “."La ley según la cual la cantidad de los medios de circulación depende de la suma de los precios de las mercancías que circulan y del ritmo medio del curso del dinero puede expresarse también diciendo que, dada la suma de valor de las mercancías y dado el ritmo medio de sus metamorfosis, la cantidad de dinero o de material dinero circulante depende de su propio valor. La ilusión de que son, por el contrario, los precios de las mercancías los que dependen de la masa de los medios de circulación y ésta, a su vez, de la masa del material dinero existente dentro de un país, es una ilusión alimentada en sus primitivos mantenedores por la absurda hipótesis de que las mercancías se lanzan al proceso circulatorio sin precio y el dinero sin valor y que luego, allí, una parte alícuota de la masa formada por las mercancías se cambia por una parte alícuota de la montaña de metal".



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José Gregorio Piña


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