Los hombres ocupan un lugar en la historia si se han sembrado en la
militancia de las ideas llenas de utopías, en la constancia por adelantar
proyectos que otros no asumen, por creer que son imposibles de lograr y,
finalmente, por mantener la coherencia del pensar y el decir en la
obra.
La desaparición física del Comandante Prada, quien perteneció al
histórico movimiento revolucionario PRV-FALN, cierra una página llena de
historia en estas tierras de utopías y petróleo, sueños y oportunidades.
No obstante, hoy nos topamos en los pasillos de nuestra universidad con
muchos hombres que no fueron capaces de sobrevivir a sus convicciones
ideológicas revolucionarias porque el infantilismo de su izquierdismo,
a decir de Lenin, los liquidó políticamente al dar el salto atrás para
caer en la alfombra de la talanquera del oportunismo y del goce de la
poltrona del intelectualismo que evocaba las mesas de los bulevares de
la ciudad de las luces o de la "dolce vita" de Sabana Grande.
Muchos de esos conversos que ayer acompañaron y conocieron al Flaco Prada,
hoy militan en la contradicción del viraje hacia la derecha; se
resguardan en el silencio del converso frente a la solapada risa burlona
de sus antiguos verdugos quienes se estrenan como sus nuevos compañeros de
militancia, es decir, de quienes ayer fueron los persecutores,
torturadores y asesinos de sus camaradas.
El Comandante Prada muere como lo hacen los viejos árboles de roble: de
píe, erguido sin dobleces y altivos por su fina y valiosa madera. Murió
cuando el péndulo del tiempo dejó de oscilar y la plomada se detuvo en
la perpendicular de la rectitud del revolucionario.
Muere Francisco Prada Barazarte, el Comandante Arauca, un trujillano
nacido en la tierra de Skuke, en el río Castán, en los páramos de Niquitao
o en los llanos de Monay, no importa dónde haya sido, lo que ahora se dirá
mañana es que Trujillo será la "tierra de sabios, santos y guerrilleros."
Honor y Gloria al Comandante Prada, el Flaco Prada.
