Pedagogía política

La Política Económica de la transición al socialismo del siglo XXI (I)

Tratar el tema de la transición implica estar  conscientes de que la misma significa la acción y efecto de pasar de un estado a otro distinto que por lo general requiere una cierta extensión en el tiempo y supone una especie de etapa no permanente entre dos estados. En el caso que nos ocupa, se habla de la transición de la política económica capitalista, a otra que aquí, en estas VI Jornadas, se denomina política económica del socialismo del siglo XXI.

Una característica común de las transiciones en los regímenes políticos y económicos, es la coexistencia de ambos  en los primeros momentos.

Así lo expresa el Presidente Chávez en la sección preliminar del Plan de la Patria 2013-2019,cuando escribe  textualmente:

No nos llamemos a engaño: la formación socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Este es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo.” Plan de la Patria, 2012).

Esa reflexión nos da a entender que Chávez quiso enviar  un mensaje claro y preciso a sus correligionarios y adversarios, y que el logro de la sociedad socialista no está a la vuelta de la esquina; que si en catorce años de su fulgurante mandato poco se había podido avanzar, el camino de la transición sería largo, duro, esforzado y lleno de avances y retrocesos. Es el inmenso reto que se tiene por delante.

Son muchos los compatriotas que opinan sobre el tema. El joven intelectual J. Biardeau afirma que

“…La convocatoria a construir el nuevo socialismo del siglo XXI ha replanteado los debates sobre caminos, tiempos y alianzas para forjar una sociedad no capitalista. Esta discusión se reactualiza cuando la mayor parte del progresismo se define como pos capitalista o pos neoliberal, pero omite cualquier referencia explícita, así sea tangencial, al socialismo como alternativa histórica” (Biardeau: 2007).

Biardeau hace alusión, de esa manera, a las reiteradas afirmaciones de muchos articulistas y analistas en el sentido de que los cambios que ha vivido la sociedad venezolana, el momento que estamos viviendo, está lejos de tener los elementos que caracterizan a un modelo socialista.

Otro intelectual que opina sobre el tema es Toby Valderrama, quien expresa:

“…Existen graves problemas en la Revolución Chavista, es tan inútil negarlos como intentar disfrazarlos. Lo apropiado es encararlos, estudiarlos, buscar sus causas. Las conductas débiles, que ensayan esconder las dificultades tras unos barrotes de tinta, unas declaraciones destempladas, tras una nube de cuñas, lo que obtienen es más debilidad, nos acercan más al abismo...” (Valderrama y Aponte: 2014)

Es obvio que debemos tomarle la palabra a Valderrama y a Aponte, encarar la situación, afrontarla, discutirla sin prejuicios, admitiendo los errores para, detectados los problemas más importantes, seleccionarlos, jerarquizarlos y asumir la responsabilidad de superarlos. Las citas anteriores, y como ellas muchas otras que se encuentran en diversidad de medios en los últimos meses, justifican plenamente la realización de las VI Jornadas de Producción y Recreación de Saberes-UBV-Eje Cacique Mara y, por supuesto, la discusión de temas como el que aquí tratamos:.

Es “voz del pueblo”  que existe una crisis de poder,  mientras la oposición oligarca está al acecho del gobierno, buscando estructurar alguna vía para asaltarlo, para tomarlo. En tanto, dentro del campo chavista-madurista se producen profundas contradicciones que se manifiestan en escritos, comunicados, cartas críticas,  cartas solidarias y descalificaciones que más tarde se repliegan,  lo grave es que no se discuten con la seriedad de los casos estas circunstancias y quedan allí, como en el vacío, en el comentario pronto, en el  correveydile, en el sarcasmo, en la ironía.

Por ello las bases se confunden y se cae en la diatriba personal, casos como el de J. Giordani, Héctor Navarro, ministros de toga y birrete en vida del presidente Chávez, ahora son defenestrados y tachados de traidores, sin una discusión, sin un tribunal disciplinario, que estudie el fondo de la cuestión. Y así, lenta, pausadamente, se va abonando el terreno propicio para salidas propias del fascismo.

Por supuesto que hay que defender, proteger, blindar al gobierno del Presidente Maduro, pero no esperando como momias inermes hasta que se produzca el zarpazo y luego salir  a la calle sin dirección, sin control, expuestos a una masacre, cuya experiencia ya se vivió en 2002.

En el foro mencionado, donde se discutió la Política Económica de transición al Socialismo del siglo XXI, se  debatió la necesidad de que el gobierno, confundido hoy en la vorágine de un capitalismo que tiene presencia en todos los resquicios de nuestra sociedad, reaccione oportuna y adecuadamente, ya, ahora, no cuando sea demasiado tarde. Aquí se discutieron –lamentable que se omitió en el III Congreso del PSUV- las posibles causas, los flancos débiles de esta Revolución Redentora de los más débiles, cómo corregirlas y, simultáneamente, vistas las fortalezas, se dio respuesta a la forma de encarar la insurgencia  y la retoma del camino cierto, aquél que señaló el Presidente Chávez y que están claramente expuestas en el Plan de la Patria 2013-2019.

En un debate donde se trató la temática de la transición al socialismo del siglo XXI, no se podía pasarse por alto la importancia del internacionalismo, de las circunstancias que rodean el despertar de América Latina en estos años azarosos, donde el imperialismo muestra sus garras diciendo que no están dispuestos a aceptar pasivamente la pérdida de su “patio trasero”: Es por eso que, ante los avances de la integración latinoamericana y caribeña, la aparición de la Alba-TCP, Petroamérica, Unasur y la Celac, el fortalecimiento y profundización de Mercosur, y el levantamiento de la BRICS, el  imperialismo responde con la Alianza del Pacífico, cónclave que, siguiendo sus viejas líneas de acción, reúne los países a cuyo frente están mandatarios de la derecha sumisa como lo fueron inicialmente Colombia, México y Perú y Chile, a los que se sumaron “tentativamente” Costa Rica, Panamá y Paraguay, hoy retirados por el triunfo de candidatos progresistas, con el avieso propósito de contrarrestar los avances independentistas y soberanos de los pueblos indoamericanos, a la vez que servir como “caballos de Troya” en los organismos de integración latinoamericana y caribeña.



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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