La tecnocracia inducida en Venezuela por el neoliberalismo, fue derrumbada en estos veinte años de participación política. Nuestro pueblo acompañó de manera constante al Comandante Chávez y luego al presidente Nicolás Maduro, en diversos procesos electorales que marcaron el rumbo de la Revolución, así el mito de la despolitizar de la sociedad puesto en boga por los neoliberales, fue pulverizado por el pueblo Bolivariano y su Revolución.
Las últimas elecciones y sus resultados, han demostrado que el pueblo venezolano ha adquirido un alto nivel de interés por la política, contrario a los objetivos buscados por los neoliberales.
Todos los estudios de opinión comprueban esta tesis, de igual manera, las informaciones estadísticas colocan al Presidente Nicolás Maduro como el líder más importante de la nación luego de la desaparición física del Comandante Chávez. Esto es un buen signo, pero a la vez se deja ver una tendencia preocupante para una revolución que reivindica la participación popular, el repunte de prácticas caudillistas, y en ello hay que poner cuidado, porque son contrarias a los principios propios del nuevo Estado de derecho y de justicia, es decir, dichas prácticas están reñidas con la democracia protagónica y de justicia expuesta en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Otra característica de la Venezuela de estos tiempos, es la carencia de un líder visible en el seno de la oposición, aunado a ello, las últimas manifestaciones de este sector de la población, las llamadas “guarimbas” desarrolladas por Leopoldo López y secundadas por María Corina Machado, sólo tuvieron la aceptación de un reducido y minúsculo sector de las clases medias acomodadas, en tanto que, recibieron el rechazo contundente de más del 80% del pueblo. Mientras, Enrique Capriles busca desmarcarse, pero ellos tres, junto a la llamada “Mesa de la Unidad”, representan un cuadro dantesco que sólo apuesta a intervenciones y saboteos económicos, llevándolos al aislamiento y pérdida de confianza en el seno de los sectores opositores que no creen en los liderazgos que ellos representan ya que no proponen nada, únicamente oposición.
Los problemas que más generan preocupación a los venezolanos y al gobierno, es el problema económico, en opinión de algunos analistas el gobierno debe anunciar una nueva etapa del gobierno y de Revolución, preservando los grandes avances que en materia social se ha tenido en estos años. Más que un "sacudon" del Estado y su pesada carga burocrática, el presidente Maduro y su gobierno deben hacer grandes esfuerzos en recomponer la economía, "lanzando un discurso esperanzador", ya que esos mismos estudios revelan que de diez venezolanos ocho piensan que el país va por mal camino, debido a ello es importante reivindicar lo esperanzador del discurso de Chávez. La nueva etapa tiene que ver con la revolución de la economía, el Socialismo como propuesta a la decadencia económica del capitalismo global y con el impulso de la Comuna como espacio social y territorial en el cual puedan surgir las nuevas condiciones de vida y organización del pueblo, esto debe corresponderse con la famosa frase de nuestro Comandante de “vivir viviendo”.
Evidentemente, son muchos los retos que se le plantean a la Revolución, parafraseando al Comandante Chávez, en este momento es necesario comprender más que nunca que "hacer una revolución no es nada fácil… Es un millón de veces más difícil hacer la Revolución que ir a Mérida corriendo".
