La Revolución no puede ser apéndice del Neoliberalismo

Los objetivos que la situación actual de Venezuela pone en primer plano, tienen que ver con la posibilidad de revelar a los trabajadores, al pueblo,  a la ciudadanía el conflicto entre sus intereses y los de la burguesía.

Esta posibilidad está apareciendo en los documentos de Marea Socialista, las declaraciones de Julio Escalona, en los artículos de Valderrama, Aponte y otros analistas; mientras que de parte del gobierno, parece que se está eliminando esta posibilidad, al atenuar las contradicciones sociales. Revisemos los despachos noticiosos.

Marea Socialista:

Al final del análisis minucioso y detallado de los niveles colosales de corrupción en la renta petrolera y desfalco al Estado, Marea Socialista expone:

“La molestia, lindante con desilusión, que generó el anunció del “Sacudón” que no sucedió,  es directamente proporcional a las expectativas generadas esperando el anuncio. Si se hubiera mostrado que se atacaba a fondo al menos uno de los problemas fundamentales que está sufriendo nuestro pueblo, como lo es, la carestía, el desabastecimiento o la corrupción descarada, se hubiera revitalizado la fuerza del proceso. Pero si las felicitaciones provienen de Fedecamaras y de la banca internacional, nuestro pueblo entiende que es una mala noticia.

En esta circunstancia, la Auditoría Pública se convierte también en un arma política para defender las conquistas del Proceso Revolucionario. Es necesario saber que hay de verdad y que no, de lo que cree nuestro pueblo. Es necesario investigar y castigar a los responsables del desfalco, sean quienes sean. Si el gobierno quiere recuperar la confianza del pueblo que lo llevó a Miraflores, cumpliendo su juramento con Chávez, es necesario que paguen los responsables de esta estafa descomunal. Sin embargo, como siempre sucede, demorando un poco más o un poco menos, para bien de muchos y para mal de algunos, la verdad finalmente se abrirá paso y saldrá a relucir.”

Por su parte, Julio Escalona manifiesta:

El Estado y la sociedad siguen siendo capitalistas. La corrupción, la burocratización, la ineficiencia y los errores, plantean un ajuste económico. Pero hay que evitar el desencanto. Son imprescindibles expropiación y cárcel para los corruptos, burócratas y empresarios, pues la entrega de$ 60.000 millones al sector privado no puede seguir siendo delito sin delincuentes.

El incremento del impuesto sobre la renta a los ricos, transferencia de ingreso real a los pobres, que significa servicios de salud, educación, transporte de calidad; garantizar la revolución de la vida cotidiana que elimine el caos urbano, la inseguridad...Son medidas que revitalizan el bloque social popular, que incluye a la clase media. La política social como dádiva debe erradicarse.

El eje de los cambios es la revolución del modelo petrolero. No se puede seguir financiando un patrón de consumo y producción transnacional. Dice Luis Britto: “¿Es imperativo favorecer  con tal subsidio a firmas vendedoras de licor y agua azucarada?”; “¿Es indispensable una importación masiva de celulares, a pesar  de que en Venezuela hay más celulares que habitantes?”  O seguir financiando un patrón de producción fundado en corrupción e ineficiencia de empresarios prósperos (corruptos) y empresas quebradas: “Llama la atención que Siderúrgica del Orinoco, reciba $ 4.731.508.369, cuando más bien debería estar produciéndolos.” “Subsidiar transnacionales y accionistas extranjeros no son nuestras primeras necesidades.”

La transferencia de renta petrolera mediante créditos al sector privado debe cumplir requisitos: compromiso de fiel cumplimiento medido en volúmenes y lapsos de producción, compromisos sociales y ambientales; sostenibilidad de la inversión para que el fracaso, generalmente vinculado a corrupción e ineficiencia no sea premiado con nuevos créditos.

Toby Valderrama y Aponte señalan:

“La Revolución chavista, después del asesinato del Comandante, entró en una turbulencia, en una profundización del extravío teórico. Dando tumbos, con el timón impactado, se deslizó rauda a la restauración capitalista, contradijo su discurso, su historia con el ejercicio del gobierno, se hablaba de Socialismo y se estimulaba al capitalismo, justificando ese absurdo con argumentos pueriles, propios de escolares que no han hecho la tarea. Luego de 18 meses es hora de analizar el rumbo”.

El Presidente Maduro, en las últimas horas ha expuesto lo siguiente:

"El que quiera producir y trabajar venga, encontrarán una mano para trabajar en financiamiento y apoyo. Perfeccionar la actividad productiva del país para que el Gobierno Nacional se convierta en un motor articulador de la producción, el crecimiento y la diversificación de la economía".

"Tengo confianza y optimismo en los pasos que estamos dando, y siento los mismo en la mirada y palabra de todos los empresarios con los que conversamos y en los informes que me transmiten los ministros", expresó el presidente Nicolás Maduro.

Examinemos estas cuestiones.

Al gobierno le disgusta la tendencia pesimista que pronostica la derrota del socialismo y la  dispersión ideológica del pueblo como producto del abandono del proyecto socialista formulado por Chávez; dado que tales planteamientos revelan la existencia de tendencias en el seno del movimiento Chavista (La socialista y la social demócrata), en una de las cuales aparece señalado el Presidente (Socialdemócrata).

De acuerdo a algunos analistas, el criticismo como tendencia es perjudicial al partido, pues cuenta con posibilidades próximas de dividir el PSUV y producir efectos electorales negativos; para otros, esta tendencia no tiene posibilidades ni de tomar el poder y la dirección del PSUV.

El presidente Maduro refleja tácticamente mucha confianza en sí mismo, pues no tiene miedo en alianzas que podrían ser temporales. Gracias a esta alianza con los empresarios, espera lograr triunfos económicos y productivos. Talvez se pretenda dividir a la burguesía y espera que las condiciones pactadas ¿Cuáles? Se cumplan. Si se puede comparar el acuerdo de apoyo financiero a los empresarios con una alianza política que no garantiza apoyo electoral al Psuv, pero posibilita enfrentar de mejor manera la crisis económica actual.

Yo, veo que las expresiones del presidente Maduro son postulados teóricos y reivindicaciones políticas, que resultan como respuesta a los continuos sabotajes económicos y a las críticas sobre las calamidades económicas que atraviesan los venezolanos. Y más que una alianza temporal estas medidas se perfilan como duraderas.

Por otra parte, en las condiciones que se están llevando a cabo las críticas y las acciones gubernamentales, no se ve otra cosa más que una ruptura. Más lo particular del caso se manifiesta en que los críticos, a la vez dicen apoyar al Presidente Maduro, entonces; la ruptura tiene solamente un significado literal.

Yo veo que tanto el presidente como los críticos mencionados en los párrafos apostillados, han logrado, de distintas maneras, una enorme difusión de ideas sobre el socialismo. Unos de manera empirista y otros más cercanos a la teoría marxista. Esto expresa que en la revolución, tanto Maduro como los socialistas críticos son aliados naturales, siempre que ambos, no prediquen la teoría de la amortiguación de las contradicciones sociales y proclamen que es un absurdo la revolución social y la dictadura de los trabajadores y reduzcan la lucha a pequeñas y graduales reformas. Sino combaten la propensión al economicismo, ambos estarían convirtiendo la revolución en apéndice del neoliberalismo.

 

 



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Memo Fernández


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