Ha muerto el arqueólogo Pedro Pablo Linares y con su sensible partida la comunidad de las ciencias sociales en Venezuela tiene una notable pérdida.
Pedro Pablo, hombre dedicado a la loable labor por la comprensión del pasado histórico, no sólo abordó temas referidos a las comunidades más lejanas en el tiempo de nuestra historia, sino que tocó en profundidad problemas de su tiempo que implicaron fijar posición ante diversos temas, como por ejemplo realizar una arqueología sobre los asesinatos políticos cometidos en Venezuela durante la llamada Cuarta República.
Este compañero conjuntamente con José María Cruxen, Adrián Lucena, Juan José Salazar, Mario Sanoja, Félix Gil, Iraida Vargas, entre otros, se podría decir que emprendieron una nueva etapa de las ciencias antropológicas y arqueológicas en el país.
Su prolífera actividad intelectual tiene en su haber una cantidad de obras de carácter histórico social, siendo una de las más recientes la obra La lucha armada en Venezuela, de la cual el periodista José Vicente Rangel dice lo siguiente: "un día el arqueólogo y revolucionario probado Pedro Pablo Linares, investigador del proyecto Construcción de la memoria histórica de los años 60, me comentó que manejaba suficiente información sobre la muerte del teniente Nicolás Hurtado Barrios y había la posibilidad de determinar si un cadáver hallado en las montañas de Portuguesa, en el sitio denominado el ‘plan de los muertos’, fuera del oficial desaparecido. Al respecto, el informe de Linares abunda en detalles, profundizando con rigor profesional".
Linares fue un hombre extraño, polémico y defensor de sus ideas hasta el límite de la irracionalidad, siempre se catalogó a sí mismo como un marxista, utilizando la polémica como método y conducta de vida. Fue alumno de J. M. Cruxent (uno de los mejores arqueólogos venezolanos), por lo que en El Tocuyo donde fue cronista fundó el museo J. M. Cruxent. Igualmente, fue colaborador del museo Lisandro Alvarado de la misma ciudad y del museo Taimataima del estado Falcón, también mantuvo estrecha relación con Sobeida la muñequera de Píritu del estado Portuguesa, donde también nació el Pueblo de Chabasquén.
A este investigador se le atribuye la tesis sobre el nombre del "Tamunangue" o "Sones de Negro" como lo dice su investigación. Fue defensor de las causas y derechos de los pueblos indígenas de Venezuela, su seudónimo en sus tiempos de clandestinidad fue Wayú, con el cual lo identificaban cariñosamente sus camaradas de lucha. Pedro Linares fue un hombre polémico y de ideas firmes que con su partida deja un profundo vacío en la comunidad científica venezolana.
¡Honor y gloria al camarada Pedro Pablo Linares defensor de la Revolución Bolivariana!
