Honor y Gloria a Baltazar Ojeda Negretti (aka Elías)

Alcides la Rosa  (aka Tumuzza)  

El sábado 6 de septiembre (2014) nos reunimos con la Coordinadora Simón Bolívar (en el marco de la develación de una estatua en honor a Baltazar Ojeda Negretti, Comandante Elías) un grupo de sus familiares, amistades, camaradas y representación del pueblo revolucionario y chavista; entre los presentes se encontraban aquellos que asumieron responsabilidades históricas en la lucha armada en diferentes décadas de la 4ta. República.  

En el ambiente se percibían ideales revolucionarios aún en el marco de que algunas ideas revolucionarias hayan querido imponer la separación de aquellas realidades revolucionarias en etapas del proceso revolucionario de la lucha militante por la liberación de nuestra Patria, Venezuela, porque esa expresión de lealtad, solidaridad, compromiso e ideales imbatibles de actitudes liberadoras y revolucionaria han permanecido y están permanentemente presentes.

Cuando se propone que el proceso de esas etapas en revolución empezaría en aquel hecho histórico de febrero de 1989 podría significar el olvido de aquellos sacrificios personales y familiares que se desarrollarían durante los años arriba mencionados porque han significado y aún están presentes en las cotidianas luchas de nuestros camaradas quienes ofrendaron y están presentes con sus realidades personales en ese valeroso intento por mantener, permanentemente, viva la llama de la revolución permanente de la cual el propio Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, reconocería expresando sus intencionalidades, en algún momento de reflexión personal, incorporarse a la “lucha armada revolucionaria”. Curiosidades de la Historia Contemporánea de Venezuela.

En el marco de aquella “Ley de Pacificación” (Rafael Caldera Rodríguez) algunos de aquellos revolucionarios se verían en la imperiosa necesidad de emigrar  allende nuestras fronteras y entre aquellos emigrantes se encontraría Baltazar, Comandante Elías.

 El ser emigrante es una realidad, asumirlo es otra y mantenerse en los principios revolucionarios guía las cotidianidades de la “esperanza del retorno a la Patria” y mantener el proceso revolucionario de “cambios profundos”. Algunos de los emigrantes revolucionarios se adscribirían a aquellos procesos revolucionarios continental-americanos e internacionales pudiendo colaborar, en el marco de sus aspiraciones personales, en algún momento en aquellos procesos históricos, por ejemplo, de aquella revolución pacífica de Salvador Allende (Chile), en algunas realidades en el Perú (General Juan Velazco Alvarado), en Guatemala, El Salvador, Nicaragua.

Pero nuestra Patria no quedó en el “hombrillo de la revolución continental”. En nuestras realidades se expresaron aquellas dramáticas realidades en Cantaura, El Amparo, Yumare como en otras muchas realidades revolucionarias anónimas  cuando estudiantes, obreros y empleadas, campesinos y universitarios graduados  ofrendaron sus vidas en favor de este largo y tortuoso camino por la independencia total en el inevitable proceso histórico de liberación de nuestra Patria.

No minimizamos aquellas realidades en rebelión de los sucesos del Caracazo cuando el valiente pueblo revolucionario se expresaría contra las realidades socio-económicas venezolanas que imponían tanto la 4ta. República como aquellas políticas diseñadas y comandadas por el FMI y el Banco Mundial.

En aquellas realidades del Caracazo verían a Baltazar Ojeda Negretti (Comandante Elías) aportar sus voluntades revolucionarias recorriendo Caracas a lo largo de su maravilloso valle, de oeste a este, de norte a sur, explorando realidades en La Guaira, Guarenas y Guatire, penetrando las calles de Lídice, La Pastora, 23 de Enero, Catia, Caricuao en permanente angustia revolucionaria buscando y tratando de darle una dirección política a aquella valiente y corajuda protesta del pueblo urbano venezolano.

Las realidades de la Revolución venezolana aún contienen sus “lados oscuros” que deberían expresarse para que la actual y revolucionaria juventud pueda conocer y precisar los tiempos históricos que aún no conocen en todas sus dimensiones. El Comandante Elías junto a otros revolucionarios formarían parte de aquellos aguerridos fundadores del Partido Revolucionario Venezolano (PRV), partido revolucionario en el cual, posteriormente, militaría nuestro Comandante en Jefe, Chávez Frías.

 En aquel año de 1990 habría un conjunto de revolucionarios de aquellas décadas pasadas que se sumarían a conjugarse con el proceso revolucionario que estaba desarrollando Chávez Frías pero que no participarían en aquella rebelión histórica del “4 de febrero”. Aparentemente, la no participación podría haberse castrado por una aparente delación aunque, de ser cierto, se desconoce su veracidad pero aquello no sería un impedimento para que se sumaran a aquellas realidades que se expresarían durante aquel históricos 27 de noviembre  (1992).

Baltazar Ojeda Negretti en el marco de aquellas realidades de 1994, en el marco de una operación militar ofrendaría su propia realidad en vida por la consecución de este proceso revolucionario venezolano. ¿Deberían los bolivarianos, los chavistas, los revolucionarios olvidar a Baltazar Ojeda Negretti? En nuestra consideración, en osada actitud, nos permitimos exponer que desconocer las realidades vividas cuales representaron para el proceso revolucionario venezolano de Ojeda Negretti sería como tratar de desconocer parte de nuestra Historia Contemporánea de Venezuela no solo por la persona de Baltazar sino por todos y todas aquellos revolucionarios que han ofrendado sus vidas y las de sus familiares por querer alcanzar el bienestar de toda la sociedad venezolana mas en estas precisas realidades globales cuando se ciernen sobre nuestra Patria, Venezuela, todas las fuerzas políticas e ideológicas de las derechas nacionales e internacionales en la búsqueda de volver a Miraflores.

 En el marco de nuestras actuales realidades revolucionarias el pueblo venezolano mantiene en el inconsciente la herencia de los “Revolucionarios caídos en combate” que se manifiesta en conciencia revolucionaria cuando esas derechas “pasan la raya roja” como sucedería cuando el pueblo venezolano a nivel nacional salió  a las calles a exigir el regreso de nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías durante aquel “Abril glorioso”.

Baltazar Ojeda Negretti, Elías, fue un ciudadano revolucionario de valores, sin contradicciones en su fuero interno a pesar de las contrariedades que se expusieron en sus caminares acá y allende, verdadero amigo, desprendido, capaz de ofrecer su propia vida por un  o una compañera como podrían expresarlo aquellos quienes lo acompañaron en sus diferentes realidades.

Es de valor exponerlo cuando el propio Comandante Fidel Castro reconocería en la persona de Baltazar Ojeda Negretti como uno de  los comandantes de aquellos años tumultuosos revolucionarios con capacidad de liderazgo. Podemos decir que en Baltazar Ojeda Negretti se expresaba la realidad del hombre nuevo al cual se refería Ernesto Guevara, el Che.  En el marco de esas realidades, el pueblo venezolano no se permitirá olvidar al Elías militante, aquel  cuadro revolucionario siempre comprometido por la causa revolucionaria, ella fuera en Venezuela, en Chile, Perú, Nicaragua, El Salvador, Vietnam, en Palestina inclusive en sus relaciones personales con aquellos afro-americanos que se adscribirían a los Black Panthers (EEUU de América).

Siempre de alguna manera ayudaba y apoyaba y trabajaba con los movimientos revolucionarios del mundo y de eso damos fe quienes lo conocimos y de una u otra manera estuvimos a su lado compartiendo durante esos largos años de lucha. Por eso es que su pueblo, la gente que compartió con él, la gente que siempre lo querrá, estuvo a su lado y le rindió ese humilde y merecido homenaje, en un acto muy sentido y hermoso en un honor, que su pueblo sabe que muy bien, se lo merece, con la develación de un busto en la Cañada del 23 de Enero, barrio popular, combativo, emblemático, con el que el Camarada Baltazar Ojeda Negretti, Comandante Elías, compartió, lucho y amó.

Hablar del Comandante Elías es, en definitiva, referirnos a la auténtica lucha revolucionaria de todos los días, de toda la vida. Es hablar de las y los tantos combatientes presentes y caídos en esa larga, estoica y valiente lucha revolucionaria por la liberación de nuestra Patria, Venezuela.



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Miguel Ángel Del Pozo


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