Según han teorizado los expertos, fueron los Caribes los primeros en adentrarse en alta mar para curiosear más allá de su tierra nativa y poblar islas de las Antillas menores y mayores. http://www.historiacultural.com/2012/08/cultura-de-los-caribes.html. En secuencia histórica, blancos criollos y blancos peninsulares tomaron durante la colonia navíos a vela para atravesar el Atlántico y llegar a los predios de la Corona. Allá arribaban con productos de nuestra madre naturaleza a cambio de colonialismo. Acudían a la corona a resolver asuntos de comercio, eclesiásticos, haciendo "loby" o antesala por la compra de algún título nobiliario o de una mayor jerarquía dentro de la iglesia. Luego viajarán los libertadores. Miranda, Luis López Mendez, Simón Rodríguez, Sucre, Andrés Bello, Juan Germán Roscio y el propio Bolívar. "…cabalgó con la antorcha de la libertad la distancia lineal de 6500 kilómetros, esa distancia es aproximadamente media vuelta a la tierra. Recorrió 10 veces más que Aníbal, 3 veces más que Napoleón, y el doble de Alejandro Magno. http://www.notiactual.com/la-bbc-reconoce-a-simon-bolivar-como-el-heroe-mas-importante-del-siglo-19/ ." Los venezolanos de aquél entonces, como Chávez lo hizo dos siglos después, viajaron por el mundo en defensa de su nación y como sembradores de libertades."
El tiempo no se detiene y a finales del siglo XIX y comienzos del XX, el destino y propósito de nuestros viajeros cambió; Francia era ahora el nuevo destino. Guzmán Blanco propulsor de la francomanía en Venezuela abrió el camino para que intelectuales, políticos y artistas de la talla de Arturo Michelena, Martín Tovar y Tovar, Cristóbal Rojas, Armando Reverón, Augusto Brant, Reynaldo Hahn, saborearan las mieles de la vida liberal y "belle époque" de París. La mayoría regresó a su patria a crear escuelas al mejor estilo de la transculturalidad neo colonial. En aquellos años se decía en Caracas "'Amo a París hasta en su verrugas'… "(sic) http://carmen-michelena.blogspot.com/2011/05/la-influencia-francesa-en-la-caracas-de.html ; En la plaza Bolívar de Capacho edo. Táchira aún se puede admirar las esculturas de una pareja de campesinos de la campiña francesa, traídos por Cipriano Castro.
Un cambio abrupto se produce durante el resto del siglo XX. Terminada la II Guerra, Estados Unidos se imponía como el nuevo poder mundial, cumpliéndose cabalmente las profecías de Bolívar. Es así como a partir de la segunda mitad de siglo este nuevo imperio da la bienvenida a torrentes de nuevos viajeros venezolanos incluyendo estudiantes, empresarios, banqueros, comerciantes, mujeres y hombres del negocio petrolero, narcomulas y hasta terroristas, pero sobre todo en número importante, turistas "ta’barato" o mayameros que corrían a colocarse las orejas de Mikey y tomarse foto frente al castillo de cartón del parque Walt Disney, acto que constituía el orgasmo mayor de nuestros alienados. Casi todos, incluidas las quinceañeras, retornaban al país con cuanta chatarra podían traerse, desde motorhomes (convertidos luego en desechos) hasta barbies y súper muñecos, ollas rena-ware, carros deportivos, armas de todos los calibres, máquinas de hacer nieve, línea blanca de todo tipo y teléfonos última generación. ¡Cuánto dinero se llevaron estos arrogantes imbéciles!
Llegado el siglo XXI estos viajes toman otra característica. Los hijos de la primera generación de mayameros se echan a la mar pero en lujosos cruceros, el resto en vuelos de 4 o 20 horas, de ser posible en primera clase hasta alcanzar la soñada libertad de comerse un perro caliente en Orlando o en la Torre de Piza o tomarse una foto al frente del Hotel Burj Al Arab en Dubai porque entrar, imposible! Se trata ahora de la generación "me iría desmasiado"… "no importa si siendo profesional me toca lavar platos o los baños de algún Mall con tal de no vivir en esta dictadura." Las campañas de CNN, Globovisión, Venevisión y otros babosos engañabobos sí que lograron su objetivo: No existe rincón en el mundo donde no aparezca como Droopy, un representante de la llamada diáspora venezolana que con lágrimas y suspiros añora la arepita de reina pepeada y el pabellón criollo. Ahora si se saben y completico el Alma Llanera pero no dan su brazo a torcer…muchos afirman con cinismo de la peor calaña ser perseguidos del régimen, no obstante haber viajado cómodamente con dólares de CADIVI. Un grupo menor lo hace a Bogotá o Costa Rica a aprender cómo hacerse terrorista…solo que, al parecer, ya se les acabó el pan de piquito, y por supuesto, y para finalizar, no podemos olvidar a los miles y miles de viajeros raspatarjeta, contrabandistas y empresarios de maletín que junto a los mayameros generación II, han hecho posible que 20.000 millones de dólares se hayan ido del país por siempre.
En un pensamiento de Bolívar de tremenda actualidad encontramos la clave: "la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones". Para gloria y fortuna de Venezuela, existe otro tipo de viajero que la gran prensa se empeña en invisibilizar. Los que por diversas razones residen en el exterior pero que aman su tierra nativa y la defienden con amor patrio, como la juventud pujante que no se deja envenenar, aquella a la que el Presidente Chávez llamó Generación de Oro. Estos son los viajeros que muestran por doquier la grandeza de los hijos de Bolívar, los que siempre retornan con galardones nunca antes soñados en deporte, ciencias o artes. Muchos otros se forman en el exterior para retornar a construir satélites, plantas hidroeléctricas, contribuir con desarrollo industrial y al avance de la ciencias médicas, ingenieriles o del agro, con la gratitud inmensa y el orgullo inconmensurable de haber nacido en esta tierra de libertadores. Los venezolanos honestos somos la gran mayoría, nuestro país vive un momento estelar de su historia, unámonos todos en la siembra de la misma conciencia patria que impulsó a Bolívar a convertirse en Libertador de cinco repúblicas.
