Es Huérfana de Hombres Justos Venezuela

Comparto la visión de Ramón Rodríguez Chacín; más allá de lo electoral, el objetivo del PSUV es la Revolución; sin embargo, la equívoca interpretación que nuestros líderes le han dado al valor primero y principal de una Revolución Social, que es la JUSTICIA, ha conducido al fracaso a toda revolución de nuestra América Meridional. Los americanos meridionales hemos ganado guerras desde Haití contra La Francia y contra otros imperios, para perder luego el objetivo: nuestra independencia.

Cada pérdida de la autodeterminación de la América Latino Caribeña ha tenido el mismo origen: la incapacidad para ser justos en nuestros líderes de más elevada nobleza y desprendimiento personal. Nuestros mejores hombres han transmitido una enseñanza equivocada, en cuanto a  lo que significa ser hombre o mujer justa, en la medida que, cuando esa condición obliga al líder a ser severo contra el nuestro o contra algún extraño que haya hecho daño a nuestra sociedad, más temprano que tarde incurre en la condescendencia y libera al culpable del castigo que haya merecido.

En cada etapa de nuestra Historia republicana nuestro líder ha cometido el mismo error, que se ha constituido en nuestro error histórico. Esa condescendencia hizo de ellos hombres buenos, pero injustos. El valor de la Justicia no trata de ser bueno, mucho menos malo, trata de ser justo. La práctica de una interpretación equivocada de justicia ha hecho de latinoamericanos y caribeños esclavos, sometidos a la dominación de otras naciones. Ese error histórico ha fomentado también una clase lacaya, del imperio de turno, que actúa bajo absoluta impunidad, con indiferencia por el daño que nos hace como nación y sociedad, bajo la certeza de que no será perseguida por sus culpas. Aún incluso bajo nuestra Revolución sólo paga culpa el de origen y condición humilde.

Quienes integramos el PSUV y otras organizaciones de la Revolución Bolivariana no podemos admitir que persista ese error siglo tras siglo. No permitamos que ningún intelectual, por meritorio que éste sea, nos persuada de una equivocada interpretación de la Justicia que le caracteriza en cada momento y circunstancia cuando se trata del deber de nuestro líder, de actuar con la severidad propia de hombre justo y el coraje de quien aspira paz; no paz bajo temor al adversario, paz sí, construida sobre la Justicia, de severidad para el traidor y coraje frente al adversario. Ningún Derecho humano puede ser antepuesto al valor supremo, más universal y eterno que es La Justicia.



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Rafael Flores

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

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