Leyes Habilitantes contra la guarimba enchufada, pero también foránea

“Hay leyes para tirar para el techo”, dijo un opositor, mientras escuchaba atentamente la alocución del presidente Nicolás Maduro Moros cuando anunciaba la firma de las nuevas leyes, en el marco de la Ley Habilitante; Siempre hubo leyes en Venezuela, “leyes para tirar para el techo” le respondí, solo que ahora las leyes benefician a la nación, a la gente y no a los grandes potentados y parásitos que siempre han vivido del Estado; es cierto que hay “leyes para tirar para el techo”, si para poner en su sitio a una cantidad de empresarios inescrupulosos que se aliaron con la idea de desbancar la nación y crear una sensación de ingobernabilidad que les permita crear una anarquía total y de esa manera construir un “camino”, para que, utilizando el descontento, tomar el poder por asalto.

Las leyes, Códigos y Decretos Con Rango, Valor y Fuerza De Ley, han sido un instrumento jurídico para limitar, en su capacidad de reacción, a las grandes mayorías, pero útiles para proteger, camuflagear y blindar, el cuadro delincuencial para los cuales fueron dirigidos estos instrumentos. Desde la llegada al poder en Venezuela, del Presidente Hugo Chávez, estas cosas cambiaron, las leyes han sido para proteger a los ciudadanos contra el abuso del poder económico, debemos recordar que este sendero lo marcó la creación de la novedosa y revolucionaria Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que cambió a nuestro país, de un Estado de Derecho, a un Estado de Derecho y de Justicia Social, que ordena la transformación de un estado paquidérmico, lleno de controles y alcabalas propicias para todo tipo de corruptelas, en un Estado moderno, dinámico y fortalecido al servicio de la gente; que no hemos llegado a un estado óptimo de acción, es verdad, que no hemos cubierto todas las expectativas creadas en su totalidad, es verdad, pero también es verdad que la “nobleza” de esta Revolución, ha dejado que en su seno se hayan anidado y entronizado los huevos de las serpientes y de los alacranes, que desde adentro minan el sendero luminoso de este gran proceso de transformación que heredó, como legado de la cuarta república, el amiguismo, la corrupción, el latrocinio etc., que ha estado operando y latente, a pesar de la lucha tenaz del Presidente Chávez, en su momento histórico y ahora del presidente Nicolás Maduro, por tratar de extirpar esa mala enfermedad incubada en los tuétanos del Estado, como una costra a la que hay que darle muy duro para poder arrancar.

Por eso las Leyes, por eso las misiones, por eso los Chavistas, por eso el cambio de pensamiento en la conciencia colectiva; sin lugar a dudas esa costra debe ser demolida, creo firmemente en la afirmación de Diosdado Cabello al señalar que un ejército de contrarrevolucionarios ocupa los principales puestos de conducción en los ministerios e Institutos autónomos, gente que no van a hacer revolución por qué no son revolucionarios, ni creen en el proceso de transformación ni en el socialismo, pero ostentan los mejores cargos, se benefician de todas las misiones sociales y hasta critican estas nuevas leyes, abiertamente, eso lo estamos viviendo, pero también enfrentando, por eso la profundización de la revolución es imperante, por eso la radicalización de la revolución tiene que ser mas a la izquierda, por eso debemos apoyar con toda nuestra fuerza las directrices emanadas del mando central de la revolución, fue el mandato de Hugo Chávez, fue su principal proclama, fue su sueño, y en ese sueño debemos vivir, no dormir, prepararnos para las grandes tareas, para las grandes luchas y las grandes victorias; por eso son necesarias todas las leyes habilitantes contra la Guarimba enchufada, pero también foránea, que cambien de una vez, este estado de cosas que ha propiciado la derecha enchufada, como la guerra económica, la Guarimba, la corrupción, el sicarito, el paramilitarismo y el asesinato selectivo de revolucionarios y revolucionarias. La gran transformación del estado pasa por lograr una nueva conciencia ciudadana donde brille la solidaridad, el amor, la equidad y sobre todo la unión y la paz, valores que solo en socialismo son posibles.



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Jesús Betancourt


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