Venezuela condujo el último golpe político que marca el final del imperio estadounidense y define de la manera más prístina y clara el inicio de una nueva época para la Humanidad, ubicándose con la mayor perspectiva de desarrollo político, económico, cultural y militar dentro de la nueva geometría del poder en el mundo.
En esta perspectiva existen condiciones propicias para que Venezuela y el conjunto de la Humanidad den un salto cualitativo que contribuya a la resistencia, defensa y conservación del planeta y de la vida en todas sus expresiones, especialmente la vida humana.
Con China se hizo una alianza estratégica que asegura el desarrollo del Plan de la Patria, se construye la mayor retaguardia internacional para el desarrollo del Socialismo, de un mundo de paz y ubica a América Latina y el Caribe con la mayor perspectiva de desarrollo humano sostenible y sustentable, por encima de EE.UU y Europa.
Este viraje definitivo de la política internacional venezolana, latinoamericana y caribeña nos aleja de los parámetros del desarrollismo impuesto por EE.UU y Europa como modelo capitalista, que impuso los indicadores de desarrollo económico por encima del desarrollo humano en equilibrio con la sostenibilidad del planeta, pero también nos aleja de la cultura avasalladora, colonialista, de guerra genocida y secular impuesta como método para asegurar la subyugación y dependencia de los países.
Este movimiento no es accidental, casual, improvisado, no es coyuntural, tampoco es contestatario: Obedece a una tendencia intrínseca permanente de los más pobres y explotados, del pueblo latinoamericano y caribeño, que añoraba el encuentro definitivo con sus orígenes y sus raíces ancestrales, indígenas, afro y la emancipación de EE.UU y Europa de la que sólo hemos heredado la cultura opresora, colonizadora, depredadora y criminal.
Con este giro se cristaliza ese sueño de ruptura definitiva con el laissez faire, laiseez passer, el capitalismo en todas sus expresiones y afianzamos la construcción de la nueva época, del Socialismo, de los valores de la nueva sociedad, del hombre nuevo y la mujer nueva.
Geoposicionamiento
La única vía que tiene el imperio para frenar este avance es conducirnos a una conflagración general y afirmamos esto porque Venezuela no está sola, porque así lo planificó el Comandante Chávez al diseñar la nueva geometría del poder, el nuevo mundo pluripolar y multipolar.
Hoy Venezuela es Celac, es Unasur, es China, es Rusia, es Argelia; Venezuela son todos los países del mundo que aspiran a la paz, la concordia, el desarrollo sus economías y potenciales en armonía con la naturaleza, el amor y la fraternidad, la solidaridad.
Dicho de otra manera, Venezuela representa y sintetiza el amor profetizado por Jesús el Cristo, es Guaicaipuro, Bolívar, Hidalgo y Morelos, Sandino, el Che, Camilo Torres, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Mandela, Marx, Lenin, Mao y tantos otros héroes y mártires que dieron su vida por los cambios estructurales y el Socialismo.
Este bloque construido por Chávez y consolidado hoy por Maduro ya está en el punto de no retorno y el imperio hará lo imposible por frenar este avance. Es por ello que es factible un escenario próximo de III Guerra Mundial, que bien podría tener como elemento detonante la posición geoestratégica que está perdiendo EE.UU en Ucrania o Venezuela por su posición de enclave petrolero y revolucionario del mundo.
En los acuerdos firmados con China apuntalamos la disipación de los problemas estructurales creados por el capitalismo dependiente y fondomonetarista, solucionamos el tema del desarrollo de las fuerzas productivas, de la producción, y del abastecimiento; avanzamos en la soberanía en las telecomunicaciones y la formación científico-técnica; el impulso de la explotación petrolífera y el desarrollo energético; incluso el desarrollo de la defensa estratégica de la nación y la formación política de los cuadros.
Golpe avisado
La derecha venezolana y sus secuaces están usando todos los medios para distorsionar los alcances reales estratégicos y tácticos de los acuerdos y está llamando a crear el caos, está creando confusión, de hecho es lo único que sabe crear pero siempre termina aislada y más dividida.
Los cuadros altos y medios de la revolución no pueden ser caja de resonancia de esos despropósitos. Justamente las decisiones tomadas ahora buscan solucionar, de una vez y para siempre, los problemas coyunturales derivados e impuestos por la guerra económica. El facilismo e inmediatismo en las soluciones no contribuye al desarrollo del Socialismo.
La combinación dinámica de la estrategia con una excelente táctica es lo que nos permite superar las visiones cortoplacistas, suicidas. No podemos incurrir en el error de atacar los problemas, es decir, poner arroz, azúcar, aceite, hojillas, y tantas otras cosas en los anaqueles, hay que ir a la erradicación de las causas estructurales y eso fue lo que hicimos en China en estos días, que necesariamente se reflejará, en menos de seis meses, en un proceso de normalización de la vida económica del país. A eso apuntaron los acuerdos.
Por estas decisiones es que afirmamos que Maduro es y tiene el talante de un estadista, y no de cualquier estadista, el de un revolucionario y socialista que combina magistralmente la estrategia con la táctica, que aplica sabiamente la dialéctica en la lucha de clases, maneja y conduce las coyunturas. Tiene una gran ventaja y es que cuenta con el respaldo monolítico de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana, con el pueblo pobre que aún es explotado por las hordas capitalistas que hoy andan desaforadas y ávidas de guerras y sangre.
Este pueblo no sólo es el mejor aliado de la Revolución, es el constructor del Socialismo del Siglo XXI. Esta clase popular ha sido tan atropella por la burguesía criolla y la derecha que tiene la virtud de vivir en esperanza en medio de las carencias, en el presente mirando el futuro, sin claudicar porque se siente y sabe que es gobierno, que es poder popular; porque experimentó la presencia de Bolívar y su espada libertaria, de la mayor suma de felicidad posible materializada con Chávez y no va a renunciar a ella.
El pueblo es Chávez y no va retroceder ahora que se están dando los mayores avances. Aguantará, resistirá, será creativo en medio de las penurias y saldrá victorioso.
Responsabilidad histórica
Nos corresponde a las fuerzas democráticas, revolucionarias y gente honesta ponernos a la altura de las circunstancias históricas para neutralizar todo movimiento que quiera frenar los avances de la Revolución venezolana, latinoamericana y caribeña; contrarrestemos los propósitos del fascismo, de la derecha y de la oposición tomándonos las plazas y calles, agitando las consignas de la Revolución; hagamos inteligencia social, creemos mecanismos de alertas tempranas, alarmas frente a eventos que quieran afectar la cotidianidad y la tranquilidad ciudadana.
La oposición no tiene propuesta política para el país, le está apostando a la guerra y quiere empañar la coyuntura electoral porque sabe que en este escenario va a perder. Esto obliga a los revolucionarios a no ceder a las provocaciones, mantener la moral alta y moralizar la fuerza, pero igualmente nos exige estar sintonizados, organizados, mantener activas todas las estructuras del Partido Socialista Unido de Venezuela, las organizaciones sociales del Gran Polo Patriótico, la Milicia Bolivariana y el Poder Popular, y entre todos masifiquemos la economía de resistencia, vayamos sustituyendo algunos rubros en la dieta, ajustemos los niveles de consumo y la cultura gastronómica.
La alianza con China nos augura el mayor triunfo de la Revolución en los últimos tiempos que será sellado con el triunfo electoral de final de año. Serán tiempos de paz, de bienestar y unidad latinoamericana.
Corriente Bolivariana Guevarista (CBG) de Venezuela
*Jesús Rafael Gamarra es coordinador de la CBG
@patriadiversa