Marco Torres, poder popular y economía social

Al igual que en la Comuna de Paris, no basta con tomar el poder político, es necesario y suficiente tomar el poder económico, oportunidad que perdimos en la última década, en donde, a pesar de contar con recursos financieros e instrumentos normativos para transitar a la toma del poder económico a través del fomento de la economía social y el fortalecimiento del poder popular, no pudimos lograr el cometido estratégico de arrinconar al gran capital; lejos de esto, construimos un país más rentista y capitalista que en 1999, de allí que no resulta extraño que el flamante Ministro del Poder Popular, Economía, Finanzas y Banca Pública invite al Bank of América y a las empresas Trend Capital, Van Eck Global, Aberdeen, Stone Lion Capital, Investec y Mangart, para presentarles el nuevo esquema bancario. ¿Qué tal, con estos comuneros para pulverizar al estado burgués?

Hace un poco más de cuatro años estuve planteando que la gran tarea de la revolución consistía en politizar, ideologizar y organizar al pueblo, único antídoto contra las armas del gran capital; quizás si hubiésemos contado con un partido cercano a principios revolucionarios habríamos avanzado en esta dirección, tarea que solo cumplía el Comandante Chávez en su programa dominical. El gran capital se adelantó temprano al disparar a las neuronas del pueblo a través de la guerra de cuarta generación, eso explica la masificación del bachaqueo, donde los bachacos, hombres y mujeres pobres, pero sin conciencia, le sirven al gran capital surtiendo sus centros de acopios y eficientes cadenas de distribución para colocar el precio que les venga en gana a los artículos de primera necesidad, tanto los que van a Colombia, como el bachaqueo interno.

¿Avanzamos hacia la transición al socialismo?

Indiscutiblemente que si, principalmente en lo social y lo político, algunos pasos importantes en lo cultural, pero fracasamos y no hemos rectificado en lo económico; creando caldo de cultivo para facilitar el escenario de la guerra económica, en donde juegan su papel el gran capital a todos los niveles, local, regional, nacional e internacional.

¿Todo está perdido? ¿La victoria del PSUV y aliados en las elecciones a la Asamblea Nacional una victoria perfecta?

Para construir una percepción cercana a la realidad y diseñar los movimientos tácticos y estratégicos más asertivos en el futuro juego electoral, característico del estado burgués, es saludable alejarse del ultra pesimismo interesado de Diertrich y del triunfalismo pequeño burgués de algunos dirigentes del partido y/o gobierno. Diría el Comandante Daniel Ortega, "no hay grandes, ni pequeñas batallas, hay batallas para vencer".

Si a partir de mañana, sobre la base de las victorias en lo social, político y cultural; el Presidente de la República, todos los ministros, empresas del estado, diputados a la Asamblea Nacional, de los Consejos Legislativos Regionales, concejales, alcaldes, presidentes de empresas del estado, PSUV, el poder popular y las fuerzas armadas, en manga de camisa, con un Plan Estratégico, abandonan sus poltronas, y sin descanso se lanzan a la calle y conforman cuatro frentes de trabajo para garantizar la producción, contra la especulación, acaparamiento y bachaqueo en cada parroquia del país, volverá la esperanza. Solo una renovación de la esperanza podría romper la abstención al interior del Chavismo y atraer, tanto a la juventud como a los "ni ni" sectores que definirán la conducción del país en la Asamblea Nacional y neutralizarían el referéndum contra el presidente Maduro.

Acciones colectivas como estas podrían simultáneamente enfrentar la corrupción y el burocratismo, así como, neutralizar el acaparamiento, bachaqueo, la especulación y fomentar la producción nacional.



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Roger Lázaro


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