Tiempos de gritar

En la historia hay tiempos de gritar, son vientos de agotamiento de una etapa que presagian el salto a nuevas circunstancias, gritos de parto que anuncian la llegada de lo nuevo, que profetizan mundos. Cuando Bolívar grita “trescientos años de calma no bastan”, ganaba una batalla espiritual equivalente a Carabobo, conmocionaba el alma colectiva, la impulsaba a nuevos escenarios, abandonaba lo agotado. “Si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca” es un grito que hincha de coraje a un pueblo sumiso y lo lanza a la lucha por un nuevo mundo. Zamora, con el grito “tierra y hombres libres, horror a la oligarquía”, trajo de nuevo al ejército Libertador.

Fabricio, su carta de renuncia al congreso, fue un rugido que cuestionó a la socialdemocracia y a la oligarquía, rescató la dignidad de un pueblo y consiguió que el pacto de punto fijo, la cuarta república, no fuese unanimidad vergonzosa; preservó el decoro de este pueblo y, sin duda, la gesta que desató fue alimento esencial para el espíritu del 4 de Febrero.

Vivimos tiempos de gritar, similares al 4 de Febrero, cuando se pensaba que la ignominia era unánime, que ya no había esperanzas, sólo resignación. Hoy el gobierno arrió las banderas del Socialismo, del Chavismo; la entrega al capital es desvergonzada, no se necesita estudio para entender que cambian la permanencia en el poder por la soberanía de la Patria. Ya están aquí los capitales buitres y los muestran con cínico orgullo; las caras sórdidas, sarcásticas, de los que entregan el territorio en las zonas especiales, o que venden participaciones en la faja como quien vende carne de una vaca, son señales de los nuevos tiempos y los nuevos gobernantes: ¡mercachifles!, nunca patriotas.

Son tiempos de gritar, de decir al mundo que no es unánime la aprobación de la venta de la Patria, que no es unánime la traición al legado. Que la dirección de este país no se la disputan dos maneras de entregarlo. Que aún hay patriotas auténticos, que el ejemplo del Comandante Chávez está entre nosotros, que él vive en nuestra vocación socialista, y nuestro compromiso de seguir su lucha, contra la oligarquía reaccionaria y contra los falsificadores.

La nación se postra frente a las acciones de un gobierno penetrado por los buitres y una oposición que no tiene proyecto diferente, que sólo espera su oportunidad de participar en el festín, que avarienta de oportunismo fuerza al gobierno a reeditar el pacto de punto fijo, o lo amenaza con una dictadura. Todos son escarceos dentro del mismo capitalismo, todos se confabulan para atacar al Socialismo, perseguir a los socialistas.

Los desposeídos, huérfanos de sus líderes naturales, permanecen paralizados entre la lealtad al pasado y la incomprensión de la nueva alianza que nos gobierna (traidores, capital nacional e internacional), se baten desesperados entre el desconcierto, la guerra de todos contra todos, la cacería del sustento diario y la despolitización feroz. Intentar transformar al Comandante en paladín del capitalismo, en avalador de la entrega de su "Patria querida", presenciar cómo la Revolución devora a sus mejores hijos, confunde a la masa desposeída, la llena de rencor hacia la traición, abjura de la política, se convierte en combustible para el fascismo.

Los tiempos esperan por el grito que defienda a la Patria, es una obligación de los hombres con decoro, el clarín de la Patria llama, la humanidad llama, ya es hora de la luz, como decía Martí:

“Quien esconde por miedo su opinión, y como un crimen la oculta en el fondo de su pecho, y con su ocultación favorece a los tiranos, es tan cobarde como el que en lo recio del combate vuelve grupas y abandona la lanza al enemigo”.

 “En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que le roban a los pueblos sus libertades, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero va dignidad humana. Esos hombres son sagrados”.

¡VIVE CHÁVEZ EN EL CORAJE DE SUS MEJORES HIJOS!

¡ES LA HORA DE LOS HOMBRES SAGRADOS!



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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