El gobierno toma medidas policiales contra el golpe, detiene a algunos actores materiales, también a Ledezma. Son acciones acertadas pero insuficientes y aisladas, no van al centro del problema. Deja a la fiera herida pero incólume, fuerte. Veamos.
Tratemos de hurgar en las razones profundas del golpe, cuáles circunstancias nos adentran en territorio de golpe, es desde allí que debemos erradicarlo. El primer paso fue el asesinato del líder, de esta manera consiguieron desestabilizar la gobernabilidad, fracturar la hegemonía. Se abrió una pugna feroz por la dirección del país, diferentes ideologías emergieron en la grieta del asesinato, sin Chávez todo se podía cuestionar, revisar.
La corriente socialdemócrata, que se hizo hegemónica, se guió por el viejo plan de "alianza con el capitalismo para elevar las fuerzas productivas". De esta manera anulaban la marcha al Socialismo y curaban sus culpas manteniendo la falsa imagen de desarrollismo del país. Fue así que se dieron las reuniones en Miraflores con los jerarcas cisneros y mendoza, éstos pasaron 52 puntos para la economía aceptados por el gobierno, y el plan comenzó a correr. Los resultados fueron, en pocas palabras, una terrible disminución del apoyo al gobierno, la pérdida de la espiritualidad socialista que nos dejó Chávez. Quedar sin razones sagradas por la cuales luchar, sin perfil propio, le costó caro al gobierno y a la Revolución.
En esta situación, la disputa por el poder se agudiza, las diversas corrientes construyen sus proyectos de toma del poder, nada les es extraño, van desde las elecciones parlamentarias, pedir la renuncia, hasta el golpe cruento.
En lo económico, la alianza con los capitalistas no pasó de las reuniones cordiales; en la práctica, como era de esperar, los capitalistas protegieron más sus intereses que los de la sociedad, se guiaron por su precepto principal: "no hacemos nada sin buscar el lucro personal". Esta ética impregnó a toda la sociedad, el que menos se metió a "bachaco", y los llamados a construir una sociedad de hermanos abrió paso a una conducta egoísta de lucrar por encima de todo. El gobierno se dio cuenta que había una "guerra económica", pero aún no cae en cuenta que la guerra económica es la naturaleza del capitalismo, su esencia.
En lo político no han podido hacer la alianza que corresponda con la alianza económica, nadie quiere correr con el gasto político de amarrarse a un gobierno que luce débil en su ambigüedad.
De esta manera llegamos a estos días de golpe. El gobierno actúa policialmente, muy bien, pero no actúa en el fondo que da origen a la situación de golpe. Sigue insistiendo en la alianza con los capitalistas que no le ha dado resultados ni políticos ni económicos. Minutos después de detenido Ledezma, un capo del golpe, el gobierno declara:
"Hacer una alianza con los empresarios patriotas que quieran trabajar por el país, vamos hacer una reunión muy pronto con todos esos empresarios, uno por uno por lista y vamos a invitar a los dirigentes de los trabajadores de todas las industrias de los servicios, de la industria alimentaria, de higiene y limpieza, por sectores".
Vuelve al origen de la situación de golpe, pero con un poco de pudor va a invitar a la reunión a los dirigentes obreros. Es algo así como dirigir acelerando y, simultáneamente, frenando. Sigue la ambigüedad, y siguen vivitas las condiciones golpistas.