El empresario Vs la Inamovilidad



Desde la Federación Unitaria de Trabajadores Automotrices, Autopartistas y Conexos, FUTAAC, Federación que reúne un gran número de organizaciones sindicales vinculadas al sector automotriz y autopartistas, se ha venido denunciando de manera profusa, la realidad que hoy soportamos los trabajadores de este sector y los del resto de los demás sectores de la producción del país. Sabíamos que de no ser escuchados y atendidos por el gobierno y las instituciones competentes, los empresarios encontrarían los atajos legales para menoscabar la inamovilidad laboral, que para nuestro humilde entender, ya no le garantiza a la clase trabajadora la protección especial que le confiere la LOTTT en sus puestos de trabajo.

El año 2014, fue un año de gran actividad sindical para la FUTAAC, en las calles valencianas, en las de Cumaná y de la capital de la Republica, producto de las circunstancias amenazantes que ya se avizoraban en el horizonte, y que obligaron a impulsar movilizaciones de índole regional y nacional; ruedas de prensa; comunicados en prensa y concentraciones, todo con el único propósito de contener los centenares de despidos que han ocurrido y los que están por suceder. No obstante, a pesar de todo el esfuerzo realizado, las grandes centrales obreras y el gobierno, ignoraron y despreciaron los planteamientos de los trabajadores de este sector.

En la actualidad, en Carabobo y en Sucre se culpan a los sindicatos por los despidos que se ejecutan en estas entidades, sin detallar o ahondar en los mecanismos utilizados por los patronos para volver añicos la inamovilidad laboral. En primer lugar, el soporte de una crisis económica la han aprovechado eficazmente, y en virtud a esta situación, el trato preferencial de las inspectorías del trabajo con los patronos no se ha hecho esperar; en segundo lugar, el allanamiento de la inamovilidad laboral a través del artículo 46 del reglamento de la Ley del Trabajo derogada, y que aún no comprendemos porque el ejecutivo nacional no abolió este reglamento y su artículo 46, para darle claridad a la Ley laboral vigente; y por último, la exigencia de la aplicación del artículo 3 del propio decreto de inamovilidad en su último aparte, el cual reza:

"El presente decreto no excluye la posibilidad de convenios o acuerdos entre patronos o patronas por una parte, y trabajadores y trabajadoras, por la otra, para lograr la reducción de personal o la modificación de condiciones de trabajo mediante el procedimiento de negociación colectiva voluntaria establecido en el ordenamiento jurídico vigente".

Quién es el culpable? El ciego o quien le da el garrote? Sin embargo, sindicatos de la entidad han preferido no participar de este entrampamiento, pero al final, han sido coaccionados por las instituciones del Estado, a recurrir al arbitraje, que no deja de ser una figura legal pero con efectos nefastos para la clase trabajadora, porque son árbitros ajenos a la realidad obrera quienes deciden el destino de miles de trabajadores y sus familias.

Esta es la verdadera situación de los trabajadores ensambladores y autopartistas, amenazados con perder sus puestos de trabajo. Ayer fue Chrysler, hoy serán los trabajadores de General Motors, Ford, Toyota, Suramericana de Soplados los posibles afectados. Es por esta razón que instamos al gobierno nacional a adoptar como primera medida, si es que se quiere proteger el derecho al trabajo, en estas circunstancias tan adversas para la clase trabajadora, la derogación total del reglamento de la Ley del trabajo y su artículo 46, y la reforma del artículo 3 del decreto de inamovilidad.
Más vale ser vencido diciendo la verdad que triunfar por la mentira.


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