Este graffiti y otros más tuvieron su irrupción en los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001. La rebelión popular no sólo se manifestó en contra del sistema político actual, sino también en contra de sus formas culturales de expresión. Uno de los ataques frontales fue dirigido hacia los medios masivos de información como aparatos tergiversadores del protagonismo del pueblo en las calles. Los escraches a los mutimedia impulsados por el movimiento asambleario ilustraron el repudio hacia los mass media.
Después de los sucesos del año pasado, se afianzó la necesidad de utilizar la comunicación alternativa como una herramienta que desmistifique y desnaturalice la representación que los medios masivos hacen de la realidad. Por un lado, se formaron experiencias al interior de los movimientos sociales -comisiones de prensa en las asambleas barriales, en movimiento de desocupados, en fábricas tomadas- y también nuevos medios alternativos -Argentina Arde y Cono Sur-. Por otro lado, se afianzaron grupos de trabajo que ya venían incursionando en este terreno, como son los casos de ANRed, Red Eco e Indymedia.
Entre lo viejo y lo nuevo se van reciclando formas antagónicas de pensar las instancias de producción, circulación y recepción de los mensajes, enmarcadas en un nivel de horizontalidad.
Es así, como los mensajes informativos empiezan a desplegar significaciones y visiones de mundo desde el punto de vista de los sectores del campo popular.
Si hay algo que une a todas estas experiencias alternativas es la tendencia hacia una lectura crítica, causal e histórica de la realidad. Los grandes medios, acordes con la lógica de la industria cultural, tienen como objetivo defender aquellos intereses que permitan mantener su rentabilidad; sus mensajes construidos (fragmentados y estereotipados) sobre los conflictos sociales, de forma opuesta a los intereses colectivos de los sujetos protagonistas del campo popular.
Es en este sentido, que uno de los objetivos de los colectivos de comunicación alternativa es estar con y ser parte de los proyectos de liberación de los sectores populares, impulsando la difusión y articulación entre los mismos.
Si bien es muy importante el trabajo con y desde el campo popular, no hay que dejar de lado la importancia de la opinión pública construida por la agenda de los medios hegemónicos. Es necesario influir sobre la opinión pública con diversas estrategias comunicativas para que los movimientos sociales no queden aislados de cierta porción «no militante» de la sociedad y lograr el «consenso» en las prácticas que impulsan las organizaciones de base. Un medio alternativo debe utilizar para su provecho las posibilidades técnicas de los grandes medios, es decir, introducirse en la brecha (fisuras) de éstos sin perder de vista el objetivo político de transformación social. Los proyectos en comunicación alternativa tienen que dar la batalla simbólica por dentro, y por fuera de los medios del sistema.
Acción y creación popular.
Los sectores de base de la sociedad que pretenden poner en relieve el conflicto social, y luchan para lograr mejores condiciones de vida fueron y son, en muchas ocasiones, el blanco preferido de los medios masivos que criminalizan la protesta social. A partir de lo que se vivió en la masacre del puente Pueyrredón del 26 de junio de 2002, los esfuerzos por contrainformar fueron redoblados por los medios alternativos, periodistas y fotógrafos independientes (ver Visiones...) y por la propia organización barrial y territorial de los movimientos sociales.
Algunos acuerdos de trabajo en conjunto entre medios alternativos fueron las experiencias entre Indymedia y ANRed en la cobertura del quinto aniversario de la masacre del puente Pueyrredón en noviembre del año pasado y en el aniversario de la rebelión-cacerolazo del 19 y 20 de diciembre de 2002 (ver Cobertura 19 y 20). También, otros medios alternativos, como Red Eco y Cono Sur, sostuvieron esta línea de trabajo.
Lo alternativo genera nuevas subjetividades
Otro aspecto a destacar es pensar la comunicación alternativa como un proyecto de democratización de las instancias de producción y circulación de la información y de las herramientas técnicas. Si uno de los objetivos es tender a la horizontalidad en todos los aspectos sociales, ya sea desde lo organizativo, pasando por la toma de decisiones hasta los conocimientos y saberes técnicos, esto implica un compromiso político para que esto efectivamente se concrete. Quizás aquí residen ciertas afinidades entre los grupos de comunicación alternativa y su ligazón con los del campo popular. Una de las experiencias es la que mantiene RedAcción (zonales) y algunos MTD´s en la Anibal Verón y otras organizaciones de base en los trabajos conjuntos de prensa y seguridad (boletines, comunicados de prensa y espacios de participación en conjunto). En este sentido, la comunicación puede convertirse en un arma que las organizaciones populares deben apropiarse para utilizar en su lucha por el cambio en los procesos sociales.
Es en esta perspectiva que han ido trabajando, a lo largo del año pasado, los grupos de medios alternativos, con diferencias entre sí, pero con una fuerte convicción en conjunto de generar nuevas subjetividades, en sintonía con los movimientos sociales. Subjetividades solidarias, colectivas, cooperativas, autogestivas y democratizadoras de los espacios de organización y de toma de decisiones.
Creemos que el desafío está en poder ir construyendo en nuestra práctica, nuevas formas de relaciones intersubjetivas y sociales que vayan mostrando y significando la sociedad a la cual aspiramos. Aquella donde la liberación, la creación y la autonomía del hombre prevalezca y se dé por terminada la alienación y la explotación del hombre por el hombre, hoy imperante.
Si uno de los objetivos principales del proyecto en comunicación alternativa es generar la articulación dentro de los diferentes movimientos del campo popular, los medios alternativos deben ser consecuentes con lo que impulsan e intentar generar espacios de coordinación y trabajo en conjunto con otros proyectos afines, respetando la autonomía de cada grupo o colectivo. Una de las propuestas sería establecer una coordinación o enlace en red para crear verdaderas vías de contrainformación y alternatividad en todos los aspectos del orden de la producción simbólica. Es decir, generar los canales de una verdadera cultura antagonista, expresión de las nuevas experiencias surgidas en esta época histórica.
19 y 20: Cobertura conjunta ANRed / Indymedia
El objetivo de esta cobertura fue que en cada acto, columna y lugar de reunión hubiera cronistas y fotógrafos populares que tomen contacto con las fuentes directas de información: militantes de cada organización, responsables de la seguridad, asambleístas, piqueteros, obreros, desempleados y protagonistas del campo popular en general.
El mecanismo consistía en que los cronistas debían recolectar datos y testimonios en las calles, para luego comunicarse con un centro de información, donde otro grupo de compañeros elaboraron más de 40 despachos que se enviaban a miles de receptores entre los que no sólo se encontraban varias organizaciones, sino también "medios masivos"; que luego levantaron la información producida por ANRed, Indymedia y distintos colectivos de comunicación. En total, participaron alrededor de 60 personas, entre cronistas, fotógrafos y camarógrafos.
Luego los que se encontraban en la central debían saber la ubicación precisa de cada uno de los cronistas que se encontraban en la calle y anticiparles con qué se podrían encontrar en su camino. Esta tarea sirvió para garantizar la integridad y seguridad de los compañeros ante cualquier posible hecho represivo. A su vez, desde la «central» se mantuvo un contacto permanente con CORREPI y las principales organizaciones participantes.
Esta cobertura conjunta es un ejercicio más para continuar perfeccionando las coberturas de marchas y movilizaciones importantes por parte de medios alternativos. Es imprescindible seguir coordinando y potenciando recursos y herramientas para hacer un mejor trabajo, así que es de esperar que en próximas coberturas seamos más colectivos de comunicación los que participemos.
Los sectores del Gobierno y de los medios masivos que estaban interesados en desvirtuar las manifestaciones del 19 y 20 de diciembre, no lograron hacerlo principalmente porque las diferentes organizaciones fueron muy cuidadosas en la seguridad y respetaron, ante todo, la formación de sus columnas frente a la posible visita de algún infiltrado. Eso lo comprobaron los cronistas que, grabador y cámara en mano, recibieron la clásica pregunta: "¿De qué medio sos?".
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