El desconocimiento de culturas y costumbres de los pueblos, nos hace prejuzgar acerca de la rectitud de sus modales y a veces caemos en la censura al compararla con las nuestras.
Recordemos que en Japón, en el seno las sociedades tradicionales, una nota de elegancia en el vestir femenino, es el traje cerrado hasta el cuello y con una abertura que muestra la pierna, este atavío nipón era censurado en la sociedad occidental, pues era propio del vestir de las hetairas y en los sectores mas conservadores estaba condenado como pecado
En el mundo del béisbol, en Norteamérica, es común masticar chicle y en algunos casos es frecuente celebrar una buena jugada con una tocadita de nalga entre los peloteros. no por eso, juzgamos a los “bigleaguers” de tener desvaríos homosexuales-
En la cultura del mundo árabe, es común hablar con el contertulio muy de cerca y fijar la mirada en este y eructar, esto es considerado en estas latitudes como una señal de elegancia y de agradecimiento del comensal con el anfitrión. No olvidemos que existe una máxima árabe que dice: en tu casa recibe bien al amigo, al enemigo y al mendigo. Recordemos que la presencia de los árabes durante ocho siglos en la península ibérica, dejaron en España fuertes raíces, como la costumbre de eructar en la sobremesa, modal satisfactorio de la buena ingesta y muestra de distinción.
El eructo acostacarliano es una reminiscencia de nuestro inconsciente colectivo, es parte de nuestra herencia hispano árabe de la España del descubrimiento ,de la reconquista. Pero la hipócrita pudibundez de los carmoníacos han juzgado este gesto como un acto soez y jamás juzgaron a un beisbolista venezolano y a una artista que aparece en la pantalla chica española, con sendos eructos para promocionar, justamente el mismo refresco de marras en las tierras valencianas de América. Mas bien, la agresiva tv venezolana, debería pagar al general por esa cuña, pues nunca como ahora, esa gaseosa escondida salió a la palestra política con gases de elocuencia. Porque cierto es, que en América, Bolivia pone la coca y los gringos la cola.
La vanguardia femenina, que sustituye en valencia a algunos hombres complacientes de esta ciudad, muestra una conducta propia de los machos y olvidan que son utilizadas como escudo femenino y punta de lanza en las protestas de la llamada sociedad civil, que despliega todo lo incivilizado de sus acciones. Estas naranjas ácidas y con movimientos propios de karateca, intentaron desarmar a un guardia nacional para ridiculizarlo en show televisivo y demostrar así el poco valor de algunos valencianos complacientes.
Entonces, ¡no entendemos porque han armado tanto peo por un eructo!
