Tal día como hoy, en 1982, tuvimos la responsabilidad de honrar en la conmemoración de su natalicio al Precursor de la independencia americana, Francisco de Miranda; fue acá en Carúpano, en la plaza que lleva el nombre del insigne caraqueño y frente a su emblemática figura universal. En aquella oportunidad decíamos como lastimero y a la vez reflexivo epílogo: "No fue, ni ha sido ese hombre, profeta en su tierra; ayer se le injurió, se le desconoció, se le maltrató y se le condenó. Hoy tampoco se le reconoce su valiosa obra; hoy se le opaca, se le coloca en un plano de inferioridad, del cual no se hizo acreedor y menos aun merecedor. Pero de esa forma y en ese lugar, ha de permanecer hasta que un día -ojalá no muy lejano- llegue nuevamente una generación luchadora, trabajadora, estudiosa, digna, llena de orgullo, para que con atrevimiento y valentía sacuda de extremo a extremo a este enfermo país, arroje lo insalubre y rescate de las garras del diablo, lo que estamos dejando perder...La Patria! ¡Nuestra Patria!."
Pienso que con la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia, comenzó a erigirse esa nueva generación de venezolanas y de venezolanos, y que, gracias al impulso nacionalista del Comandante, la inmensa mayoría de este pueblo ha venido arraigando en su conciencia y en su corazón el auténtico valor de nuestros héroes y de nuestras heroínas de la independencia, así como el necesario amor por nuestra Venezuela y por nuestro continente latinoamericano y caribeño (sueños de Bolívar, sueños de Miranda...). Hoy, a pesar de lo intrincado del camino, seguro estamos de que es el camino a seguir, el de la justicia social, el del socialismo humanitario, el de la Gran Patria.-.
