(Ecos bolivarianos)

Tesis de abril

¿CRISIS TERMINAL?

1.-Siete años después del inicio de la crisis financiera de 2007-2008 que afectaría al sistema productivo global, la economía capitalista mundial no ofrece ningún síntoma de recuperación real sino más bien al contrario. Al tiempo que aquellos aspectos inherentes y combinados que la caracterizaban acertadamente como una crisis estructural del modelo social y económico capitalista, han experimentado un deterioro progresivo sobrepasando los límites y previsiones más prudentes. La crisis alimentaria en un mundo sobrado de recursos pero de desigual distribución y producción marcada por los agro-negocios, se articula con la crisis ecológica y el avance inexorable y precipitado del cambio climático. Se añade a las crisis sanitarias-humanitarias originadas por "catástrofes naturales" o la aparición de epidemias supuestamente erradicadas del actual siglo XXI, como el ébola en África y otras epidemias menores no tan espectaculares mediáticamente pero igual o más letales que la anterior, entre poblaciones abandonadas a su suerte por la carencia de servicios básicos. La crisis energética derivada de la limitación y la naturaleza perecedera de los recursos naturales, se soslaya mediante técnicas de extracción como el fracking o fractura hidráulica, al precio de un elevado deterioro medioambiental. Se intensifica el flujo migratorio internacional originado por poblaciones que huyen de situaciones de pobreza, miseria y escenarios bélicos a otros espacios que no necesariamente garantizan una mejora sustancial de la calidad de vida que han dejado atrás, a riesgo de encontrarse con un clima de hostilidad y rechazo social. Todo un panorama estremecedor que abona la credibilidad de las proyecciones utópicas más negativas y apocalípticas en el fenómeno en desarrollo hacia lo que ciertos analistas consideran como la caotización del sistema-mundo. La hegemonía de las posiciones neoliberales y su trama de poder, en las formas de impulso económico internacional de los últimos 40 años, conducen a todo el planeta al abismo de unas trasformaciones negativas que, de no mediar una fuerte reacción social y política, pueden consagrarse como irreversibles. Las voces y tendencias que claman por un cambio sustancial del paradigma de desarrollo ante el modelo de globalización capitalista, se manifiestan con la urgencia del reto de llegar a tiempo para revertir esta alarmante situación, frente al elocuente criterio "informativo/formativo" del complejo mediático mundial que guarda silencio o minimiza el impacto de las diferentes crisis interrelacionadas.

2.-La evolución de la crisis y las respuestas desde los poderes políticos y económico-financieros dominantes han apuntalado el proceso de concentración y centralización de la riqueza y la toma de decisiones, bajo la más estricta ortodoxia neoliberal. Frente a la debacle financiera iniciada formalmente en 2008, los diferentes gobiernos occidentales y las instituciones financieras han implementado una gama de medidas correctoras sin ningún impacto significativo en la reactivación del sistema productivo. Las diferentes modalidades de expansión/flexibilización cuantitativa instrumentadas por la Reserva Federal de EEUU, el BCE de la Unión Europea y el Banco Central de Japón, los tres pilares de la economía capitalista occidental, esto es, "inundar de liquidez" las principales entidades bancarias a un bajo o nulo interés, no han llegado a impactar en la dinamización de la economía productiva. No ha existido un flujo crediticio hacia las inversiones que potencien la economía real en términos de generación de empleo y aumento de la capacidad de consumo. Por el contrario, las principales empresas han fiado su "competitividad" y rentabilidad a las reducciones de plantillas, bajos salarios y una precarización general del empleo. Sin embargo el crecimiento de la economía especulativa alrededor de nuevas burbujas ha recibido un renovado impulso. Todo ello sin que se hayan establecido de manera convincente mecanismos reguladores sobre los mercados financieros que eviten nuevas exposiciones a un crack como en el 2008, que en esta ocasión sería de mayor envergadura. En esta fase (a partir de 2010) además la recesión ha llegado a afectar, aunque en menor medida, a los países y economías considerados "emergentes" cuyas previsiones de crecimiento se han visto notablemente disminuidas.

3.-Es en Europa-UE donde el estancamiento casi bajo formas deflacionarias es más notorio. En efecto, tras la "socialización de las perdidas" de las entidades financieras bajo la forma de los rescates por los estados a la banca privada ("demasiado grandes para dejarlos caer"), las políticas de ajuste fiscal o reducción del déficit público (incrementado precisamente por los rescates y los efectos de la crisis), pasan a convertirse en la máxima prioridad-obsesión de los gobiernos y "autoridades" (la Troika: Comisión Europea, BCE, FMI, ahora denominada "las instituciones") que rigen de facto la UE. Los Títulos de la Deuda Pública de los estados (en especial del sur de Europa) se transforman en un terreno especulativo más para los mercados financieros, con la inestimable colaboración del BCE que les financia su compra a bajo interés para luego multiplicarlo gracias al "buen criterio" de las agencias de calificación, creadas por los propios bancos y las instituciones financieras. La disciplina fiscal de los estados se convierte en la principal herramienta de calificación que hace oscilar los intereses de la deuda, en una espiral sin fin que la convierte en una pesada losa para la activación de la economía productiva. Es lo que se ha dado en denominar las políticas del "austericidio".

4.-El software neoliberal aún sigue siendo considerado como legítimo, a pesar de sus patentes fracasos. Este, fundado sobre la hipótesis de eficiencia de los mercados financieros, plantea reducir el gasto público, privatizar los servicios públicos, flexibilizar el mercado del trabajo, liberalizar el comercio, los servicios financieros y los mercados de capitales, aumentar la competencia en todo tiempo y lugar. Pequeños indicios del crecimiento del PIB en Europa, sin que tengan impacto apreciable en el empleo o el consumo, se presentan mediáticamente como indicadores de la "recuperación" y más o menos transmiten el mensaje de que "la crisis ha tocado a su fin". Los poderes políticos y mediáticos tratan de dar carta de naturaleza o "normalizar" unas formas sociales marcadas por la pauperización, las desigualdades sociales y la oferta de trabajo escaso, precario y mal remunerado. Tras el supuesto despertar de un mal sueño o pesadilla de los últimos siete años vienen a decir: "esto es lo que hay". El Estado del Bienestar se presenta como fenómeno del pasado y para culminar la operación de desmantelamiento de los exiguos restos que aún quedan, asoma para un futuro cercano la firma del Tratado Transatlántico EEUU-UE (TTIP), cuya negociación se lleva acabo, como no podía ser menos, en secreto. Barra libre y un auténtico festín para las multinacionales.

5.-Sobre este telón de fondo marcado por el estancamiento y la recesión económica, emergen las contradicciones entre las principales potencias mundiales sobre un nuevo escenario internacional, tras la desaparición de la URSS, caracterizado por lo que se ha dado en denominar un mundo multipolar: guerras comerciales, disputa de territorios garantes de materias primas y fuentes de energía, sin olvidar incluso los preparativos bélicos. EEUU, Rusia y China ejercen de principales protagonistas alrededor de los cuales se tejen diferentes alianzas, algunas de carácter coyuntural y otras de proyección estratégica. El declive, mal digerido, de la hegemonía de EEUU en las últimas décadas, ejemplificado por el acceso de China a la categoría de primera economía mundial, unido a la pérdida de significativos espacios de influencia (en los términos de servilismo y dependencia que antes existían), convierte a esta potencia, a la luz de su política exterior, en una seria amenaza a la paz mundial. El complejo militar-industrial y los grandes poderes económicos financieros y multinacionales desarrollados al amparo de esta hegemonía, no se resignan a perder sus zonas de influencia y explotación humana y de la riqueza. En estrecha alianza con la UE-OTAN, Japón, Canadá, Israel y, a otro nivel, Arabia Saudí y Emiratos Árabes, despliegan una política internacional encaminada a hacerse con el control de zonas consideradas estratégicas, a la vez que neutralizan la influencia de países que consideran "adversos", esto es, no aliados.

6.-Las formas de intervención son variables y admiten una escala hasta llegar a la intervención militar directa, sea esta con ocupación sobre el terreno propia o delegada (mercenarios, contratistas) o no. La modalidad de "las revoluciones de colores" que tantos "éxitos" les reportó en la descomposición-absorción de la parte más occidental de la ex-Unión Soviética, sigue siendo la matriz de intervención preferente. Consiste en (sin que siga necesariamente esta secuencia ordenada): a) una campaña mediática internacional que presenta al gobierno o Estado blanco de la intervención como un "régimen" antidemocrático o dictatorial irrespetuoso con los derechos humanos y/o las minorías; b) el despliegue de medidas de acoso, sanciones o bloqueo económico, cortocircuitando las posibilidades de financiamiento; c) instrumentalizando las contradicciones internas y el descontento social (ningún gobierno es perfecto) direccionándolo para minar su credibilidad; d) financiando grupos sociales, políticos y medios opositores para intensificar su actividad; e) si con las anteriores fases no es suficiente para el desgaste total, fomentando la creación de grupos paramilitares que promuevan acciones desestabilizadoras de gran impacto; f) llegado el caso, mediante apoyo militar externo (aéreo o con acciones de inteligencia militar). El desenlace de todo este proceso de "persuasión" ("torcer el brazo", Obama dixit) admite varios escenarios: desde la "legítima", en este contexto, "victoria" electoral opositora, pasando por el golpe de estado "constitucional", el golpe de estado interno puro y duro o el derrocamiento con ayuda exterior. El resultado final en cuanto a los supuestos objetivos (derechos humanos, democracia) en relación a su población es lo de menos. Disponen ya de un gobierno "amigo" o "aliado".

7.-Sin que se apague el fuego de las invasiones de Afganistán e Irak, dejando una secuela de cientos de miles de muertos y dos auténticos ejemplos de estados fallidos, donde cabe todo menos "pacificación" y democracia, la siguiente intervención llevada a cabo en Libia y la que prosigue en Siria se encaminan a superar las hazañas anteriores: han convertido el Medio Oriente y una parte respetable del África subsahariana en un extenso territorio poblado de Mad Max o "Señores de la Guerra". Bajo la original teoría de que "el enemigo de mi enemigo es mi amigo" (descubierta con el apoyo a los talibanes-Al Qaeda en fase embrionaria- contra el gobierno afgano "pro-soviético" de entonces), han proporcionado a grupos opositores fundamentalistas abundante armamento, logística y financiación durante un periodo prolongado, hasta llegar a mutarse en lo que hoy se conoce como Estado Islámico-ISIS. Del que ahora aparentemente reniegan y "combaten" pero que objetivamente les presta un servicio manteniendo una zona en constante desestabilización susceptible de ser instrumentalizada. Siempre hará falta de nuevo una fuerza "pacificadora" y para eso están ellos. Todo esto bajo la mirada vigilante del Estado de Israel, auténtico macro-portaaviones en la zona de las potencias occidentales.

8.-Siguiendo la lógica de desestabilización descrita arriba es como logran, en otras latitudes, provocar un golpe de estado en Ucrania, legitimado a posteriori con un simulacro de elecciones (con organizaciones políticas disidentes del golpe ilegalizadas), que posibilita la formación de un gobierno de corte ultraderechista y abiertamente pro-UE. Es la antesala de la incorporación de este Estado a la OTAN, en el marco de una política prolongada de cerco y aislamiento de la Federación Rusa, con numerosas reminiscencias de la política de "guerra fría" y un claro intento de frenar, mediante el clima bélico y el acoso directo, el resurgir de la Federación Rusa como potencia económica emergente y contrapeso de las potencias occidentales. La resistencia al golpe de sectores importantes de la población ucraniana constituidos de facto como región separada y la adhesión de Crimea a la Federación Rusa, proporcionan munición a las potencias occidentales para intentar profundizar en la política de desgaste y debilitamiento del Gobierno de Vladimir Putin, presentado en los medios occidentales poco menos que como un "nuevo Zar" despótico. Las sucesivas sanciones económicas a la Federación Rusa (de auténtico efecto boomerang negativo para los países de la UE), se refuerzan con el mantenimiento de los bajos precios del petróleo, con la complicidad en este caso de Arabia Saudí, aunque ello ponga en cuestión la credibilidad y la cohesión de la OPEP. El entendimiento en esta materia EEUU-Arabia Saudí (subvencionando el primero la obtención de petróleo y la acumulación de reservas mediante la técnica del fracking, cuyo coste de extracción supera el precio medio del barril) apunta en un mismo movimiento hacia el debilitamiento y la supuesta vulnerabilidad en estas condiciones de las economías de Rusia-Irán-Venezuela, erigidos de nuevo en la cúspide de la semántica de los "ejes del mal" de la era Bush que Obama no tiene inconveniente en rescatar.

LA BATALLA DE EUROPA

9.-La creciente contestación popular a las políticas neoliberales de ajuste fiscal a lo largo de los últimos años en Europa, no han conllevado un cambio significativo en la orientación de los gobiernos y las instituciones europeas. En efecto, las numerosas movilizaciones desplegadas (huelgas generales, manifestaciones masivas, resistencias sectoriales) se han enfrentado a la firmeza e impasibilidad de los gobiernos del capital evocando el mejor "estilo" Margareth Tatcher, asumiendo en cada caso una cuota de desgaste político, en el marco de una alternancia en el poder que no cuestiona las coordenadas de política económica. La deriva de la socialdemocracia internacional hacia posiciones socioliberales ha facilitado esta tendencia que, si la mayoría parlamentaria lo requiere, incluso llega a blindar las políticas neoliberales con coaliciones de gobierno con la derecha. Los planteamientos programáticos socialdemócratas de defensa del Estado del Bienestar, como expresión de la defensa de un "capitalismo más humanizado", han sido prácticamente abandonados a la espera de supuestos mejores tiempos, ante la avalancha neoliberal. Su tránsito por experiencias de gobierno bajo la apariencia de izquierda pero desarrollando una agenda neoliberal, incumpliendo sus compromisos programáticos, les ha supuesto un enorme descrédito y desgaste político, además de incrementar las tendencias abstencionistas y el apoliticismo entre los sectores populares. En algunos estados, fundamentalmente del centro y norte de Europa, este fenómeno de homogeneidad e indiferencia de las políticas de gobierno izquierda-derecha, ha alimentado el crecimiento de las opciones de corte neo-fascista y ultra-liberales con marcados ingredientes xenófobos y anti-inmigratorios como señas de identidad.

10.-En el marco de esta crisis prolongada político-económica, la parte más esperanzadora se sitúa en el comienzo de la articulación de alternativas con opciones creíbles de poder que aspiran a cambiar el ciclo destructor de las políticas neoliberales. El éxito electoral de la coalición Syriza en Grecia acredita las posibilidades reales de esta voluntad de cambio, fundamentalmente por su capacidad de expresión política de amplios sectores del pueblo griego que le ha dado su apoyo, desoyendo los "cantos de sirena" del bipartidismo tradicional y la enorme presión mediática internacional en su contra, algo a lo que la coalición debe coherencia programática en su práctica de gobierno. La inspiración de estas experiencias en los procesos de cambio abiertos en Latinoamérica en la década pasada, desde la victoria de la coalición liderada por Hugo Chávez Frías en la República Bolivariana de Venezuela, es una referencia obligada. Comparten el interés por el desarrollo de políticas que se alejaron exitosamente de los postulados centrales del neoliberalismo, salvando las diferencias de recursos económicos y de contexto institucional internacional. Son expresiones políticas cuyo motor social descansa en la unidad popular de sectores directamente castigados por las políticas de austeridad: clase obrera-precariado, clase media (definida por su nivel de ingresos) en proceso de extinción, pequeña y mediana empresa perjudicada por los niveles decrecientes de consumo, a lo que se suman diferentes capas sociales identificadas con problemáticas sectoriales (juventud, feminismo, ecología). Alrededor de esta base social confluyen bajo la forma de coalición o partidos-movimiento, diferentes corrientes ideológicas cuyo denominador común es la superación del modelo neoliberal, con una perspectiva programática de mayor o menor calado transformador. Coinciden así mismo en la necesidad de otras formas de intervención política más democráticas, tanto al interior de los procesos de creación de la fuerza política alternativa (haciendo uso notable de las redes sociales) como en la concepción de la democracia como tal, más participativa, algunas de ellas apuntando hacia procesos constituyentes que recojan esta aspiración en un nuevo marco institucional. Son características todas ellas presentes, en mayor o menor medida, en los procesos de transformación bolivarianos, a lo que se añade la proyección de una voluntad clara de constituirse en alternativa de poder y no solo en una "fuerza política influyente".

11.-En el curso de esta lucha contra el modelo político-institucional de la Europa neoliberal, irrumpen con fuerza los movimientos de liberación nacional y social de las naciones sin estado que desde posiciones soberanistas cuestionan tanto la sujeción impuesta a los Estados como la aplicación de las políticas neoliberales (con la complicidad y el beneplácito de las burguesías locales). Escocia, Irlanda (con el ascenso del Sinn Fein en el conjunto de la isla), Galiza, Euskal Herria, Catalunya..son el exponente avanzado de una tendencia que combina la fusión de la lucha soberanista con la construcción de un modelo político económico y social frente a la Europa del capital. En el horizonte de la lucha por una Europa de los Pueblos se produce un espacio de confluencia con las fuerzas de ámbito estatal auténticamente de izquierdas y progresista, siempre y cuando el punto de encuentro del derecho a decidir incorporado programáticamente por estas fuerzas de incidencia estatal, no se convierta en la práctica en un "adorno floral" más. El protagonismo de los sectores de izquierda en la lucha soberanista-independentista con planteamientos económicos y sociales avanzados es innegable. Son además, por su significativa consolidación electoral, un agente político necesario para la construcción de mayorías que aborden en su caso los necesarios procesos constituyentes estatales o supra-estatales. El resultado de este desarrollo apunta hacia la construcción de marcos políticos de decisión soberanos, en sintonía con el objetivo de acercamiento de las instancias de decisión y profundización de la democracia participativa, resolviendo así mismo democráticamente una deuda histórica y un derecho legítimo. El acompañamiento en este proceso por las burguesías locales o nacionalistas tendrá con toda probabilidad un recorrido limitado, considerando sus niveles de inserción y dependencia del capital global: su interés no va más allá de dotarse de instrumentos de poder que mejoren su posición subordinada, salvaguardando obviamente el paraguas que les ofrece una institucionalidad europea al servicio de las políticas neoliberales. En cambio para las fuerzas independentistas de izquierda representa una ocasión histórica para consagrar en un espacio jurídico propio y soberano, una relación de fuerzas favorable a los intereses populares, con su reflejo en ámbitos como la legislación laboral, servicios públicos, política económica, política fiscal, etc..

12.-Estos proyectos de transformación que se desarrollan principalmente en el sur de Europa, en la llamada "periferia" europea, en estados que han aplicado un ciclo de políticas de austeridad con especial virulencia, comparten numerosas coincidencias programáticas en la perspectiva de alcanzar niveles de gobierno que permitan romper con las directrices neoliberales. Su formato de gestión es bastante similar: una primera fase centrada en el despliegue de medidas de "emergencia social o ciudadana" destinadas a paliar la situación de catástrofe humanitaria creada por las políticas de austeridad a ultranza de los últimos años. Atendiendo los numerosos casos extremos de desahucios de vivienda, pérdida del suministro de servicios básicos (electricidad, agua), subalimentación, drástico descenso del poder adquisitivo y empobrecimiento generalizado. La segunda fase se adentraría en un conjunto de medidas orientadas a restaurar las conquistas populares en trance de liquidación por las políticas antisociales de los últimos gobiernos. Vivienda, salud, educación, creación de empleo, recuperación de la capacidad adquisitiva de los salarios y las pensiones, son capítulos que se contemplan de un modo prioritario. Todo ello sobre la base de la reactivación de la iniciativa pública y el establecimiento de mecanismos reales de financiación de la iniciativa privada, canalizada en especial hacia la pequeña y mediana empresa. En ambas fases se plantea, cuanto menos implícitamente, una ruptura con la ortodoxia neoliberal de ajuste fiscal y reducción del gasto público. Al tratarse de estados fuertemente "endeudados", el mayor o menor énfasis en la reclamación de una auditoria pública de la deuda cobra una especial relevancia. El freno a las privatizaciones, la potenciación del sector público, el combate a la corrupción y el fraude fiscal, el incremento de la recaudación fiscal sobre un criterio realmente progresivo ("que paguen más los que más tienen"), constituirían los pilares o condiciones de posibilidad de este planteamiento económico. Orientado no tanto a la actividad exportadora como a la expansión de los mercados y el consumo internos. A grandes rasgos estas constituyen las señas de identidad más relevantes en lo que concierne a las políticas económico-sociales. En sí mismas trazan un perfil que se ajusta al envoltorio de lo que se podría definir como "Socialdemocracia del Siglo XXI". Para algunos sectores estas bases constituyen el límite de las transformaciones, mientras que otros las enmarcan en una perspectiva socialista o de cambio global y ruptura con el capitalismo.

13.-En cualquier caso, la radical oposición de los centros de poder financiero y económico a las propuestas contempladas en ambas fases programáticas está sobre la mesa. Ni siquiera "ceden" ante lo que se caracteriza como medidas de "emergencia social". La hegemonía del capital financiero y los grandes capitales sobre las formas del capitalismo actual, no admite ningún género de "concesiones" sobre lo que definen como disciplina fiscal (limitación extrema del gasto público) y presión salarial a la baja. El trasvase de rentas (de "abajo a arriba"), el capitalismo de expropiación (David Harvey) constituye en la actualidad su principal mecanismo de acumulación. Desarrollado a la perfección con la privatización de los servicios públicos básicos y paso a paso también las pensiones. Si bien propuestas como las que avanza el ahora popular economista neoclásico Thomas Piketty acerca de una tasa o impuesto sobre las grandes fortunas, tendrían encaje formal en el esquema capitalista, sin cuestionar sus pilares, chocan en cambio con los principios del "capitalismo realmente existente". La pesada losa de la "deuda" (sin cuestionar mediáticamente su origen especulativo) ejerce de coartada perfecta para la inflexibilidad del paquete económico neoliberal permanente. En Europa-UE la responsabilidad (y el beneficio) por el ejercicio de la disciplina económica descansa, en su condición hegemónica, en el capital financiero alemán. Cuenta para ello con todo un entramado jurídico-político de la Unión Europea, sus diferentes tratados, construido ad hoc sobre los principios neoliberales con muy escasas restricciones (las que subsisten desaparecerían con el TTIP). Y dispone además de los instrumentos llámense Troika (BCE, FMI, CE) o "instituciones" y un Parlamento europeo inclinado a la derecha ultra-liberal, particularmente reforzada tras la entrada de los países de Europa oriental.

14.-Como lo viene experimentando sin tregua alguna Grecia tras el acceso al gobierno de la coalición de izquierdas Syriza, en la hipótesis de que en otros estados triunfen igualmente fuerzas políticas progresistas, la confrontación está servida. Desde una perspectiva de fidelidad y coherencia con la defensa de un programa post-neoliberal o anti-austeridad, el margen de maniobra para su desarrollo es más bien escaso, teniendo presente además el nulo interés del centro-izquierda europeo "oficial" de acercarse a estos postulados, sin duda por la trama de favores al capital que han acreditado en los últimos años. Por razones de confluencia política se podría aceptar, cargado de escepticismo, el intento "pedagógico" de hacerlo viable en el marco de la UE, considerando además el vértigo electoral que ocasionaría una posición de partida que formule la salida de la UE y el euro. Esta llamémosle "apertura" táctica a una posible negociación o aplicación "consensuada" del programa decidido soberana y democráticamente, debe corresponderse de un gran esfuerzo por articular una campaña de movilizaciones de las fuerzas de izquierda y los movimientos sociales contra las directrices neoliberales. Se trataría de una línea de actuación que persigue cambiar la correlación de fuerzas, evaluable en cada coyuntura, de modo que haga factible el desarrollo de una política económica y social alternativa sin capitulaciones que socaven su integridad. No cabe duda que es una tarea compleja marcada, como antes se ha enfocado, por su carácter pedagógico: ¿Es posible modificar las directrices del Banco Central Europeo de modo que intervenga como una banca pública auténtica al servicio de la activación de la economía real? ¿Hasta cuanto se podría flexibilizar el margen de déficit público sobre el PIB para dinamizar la economía? En la actualidad ambas cuestiones son inamovibles, esto es intocables a criterio del Deutsche Bank, auténtico órgano rector de la política financiera europea. Ante un escenario previsiblemente hostil se abre paso la necesidad de instrumentar digamos que en "paralelo" un Plan B. En términos coloquiales sería algo así como "prepararse para lo peor". Significa en primera instancia una posición activa mediante la movilización social en defensa del programa y los objetivos señalados. Un triunfo electoral, de mayor o menor amplitud, no significa en este contexto de confrontación el final de una etapa, sino más bien el comienzo de un proceso complejo. La organización y la movilización populares seguirán siendo las principales garantías de avance en las transformaciones decididas democráticamente, el antídoto más poderoso frente a las ilusiones electoralistas y el delegacionismo. Un Plan B que comportaría también explorar otras posibilidades de colaboración, desarrollando vínculos económicos y comerciales que procuren una mayor soberanía e integridad del proyecto trasformador. El ALBA es una referencia más definida en este sentido, pero también a otro nivel MERCOSUR y los países del BRICS en su conjunto o individualmente, pueden facilitar en mejor medida que el fórceps o camisa de fuerza neoliberal de la UE, el avance hacia otro modelo económico más justo y solidario. En clave de financiación sería fundamental el acceso a otras entidades alternativas al Banco Mundial y el FMI caracterizados por su histórico servilismo y chantaje en favor de las oligarquías financieras mundiales. ¿Podría jugar este papel el NBD (Nuevo Banco de Desarrollo) del BRICS o el recién constituido por China el BAII, Banco Asiático de Inversiones? Se trataría en definitiva de articular unos mecanismos de relación Sur-Sur que obvien o minimicen el peso de las multinacionales del capital económico y financiero. Recíprocamente la apertura de nuevos espacios, en este caso ampliando la brecha que ha abierto Grecia en Europa, constituiría una importante inyección de estímulo y nuevas posibilidades para los gobiernos progresistas de Latinoamérica y el Caribe.

LATINOAMERICA EN LA ENCRICIJADA

15.-Los procesos progresistas de Latinoamérica son también elocuentes acerca del grado de resistencia al cambio que ofrecen las oligarquías respectivas, respaldadas por la política exterior de EEUU con la supeditación de la UE. En Venezuela 10 años mediaron desde el Caracazo (1989), símbolo de la explosión de indignación popular contra los planes de ajuste neoliberales que se encadenaron desde el viernes negro de 1983 (punto de inflexión de una orgía de fuga de capitales y enriquecimiento burgués propio de la IV República), hasta 1999, fecha en la que el Comandante Hugo Chávez alcanza la Presidencia mediante una contundente victoria electoral. El periodo de gobierno de Rafael Caldera (1994-1999) marcó la antesala del ocaso del bipartidismo adeco-copeyano, instaurado mediante el Pacto de Punto Fijo (1958) por el que se aseguraban la alternancia en el poder en una sucesión de gobiernos que profundizaron las desigualdades sociales. Este último gobierno de la IV República, apoyado por sectores independientes y de izquierda, defraudó en sus promesas de cambiar de signo en relación a las políticas de su antecesor Carlos Andrés Pérez. La Agenda neoliberal impuesta por el FMI como condición para nuevos préstamos, se colocó de nuevo en el centro del programa de gobierno esta vez avalada por personajes políticos de "izquierda" (Teodoro Petkoff-MAS, por ejemplo). En cambio la oligarquía venezolana, en sintonía con el gran capital internacional, no perdonaron la disposición de Hugo Chávez de cumplir con sus promesas electorales de ruptura con el caduco régimen: primero el cambio constitucional que dio lugar a la V República junto con los primeros y tímidos pasos hacia una nueva política económica y social. Tres años después de alcanzar el Gobierno, sin prácticamente espacio para desarrollar su gestión, el 11 de Abril de 2002 lo desalojan del gobierno mediante un Golpe de Estado de factura clásica, con suspensión de los derechos constitucionales y un patético dirigente (Pedro Carmona) de la organización empresarial venezolana-FEDECAMARAS de nuevo presidente. Dos días después, el 13 de Abril una histórica movilización del pueblo venezolano restaura el orden constitucional y su Presidente. Sin embargo la presión sobre el nuevo Gobierno no cesa: a lo largo de los meses siguientes se asiste a diferentes modalidades de paro-cierre empresarial y al llamado "paro petrolero" en un intento de socavar las bases económicas de la nación. La derrota de estas iniciativas no logró poner fin a la política de asedio a la República Bolivariana., acoso compartido con los intentos golpistas fracasados en Bolivia contra Evo Morales (2008), Ecuador contra Rafael Correa (2010) y los llamados "golpes institucionales" triunfantes en Honduras contra Manuel Celaya (2009) y en Paraguay contra Fernando Lugo (2012). El caso de estos dos últimos países es particularmente aleccionador teniendo en cuenta que la orientación de sus programas de gobierno no excedía de un umbral democrático-reformista con ligeros apuntes en política social. A juicio de las oligarquías locales (con el asesoramiento y el respaldo de EEUU) eso fue suficiente para traspasar sus consideradas "líneas rojas", esto es algo tan "inverosímil" para su capacidad de asimilación como no capitular frente a las presiones y la voluntad de llevar a cabo el mandato popular cumpliendo sus programas progresistas. La debilidad inicial de los movimientos sociales y la organización popular en estos países, explica en parte la menor resistencia y el triunfo final del golpe, si bien en Honduras la represión policial y militar asomó también en toda su magnitud, ante la indiferencia de las "democracias occidentales".

16.-Todas estas maniobras desestabilizadoras a lo largo de la década pasada y que aún a lo largo de esta siguen activas, no lograron alterar sustancialmente el proceso de transformaciones impulsado por los gobiernos progresistas del Continente. Los resultados son de sobra conocidos: El rechazo del ALCA que dio lugar a una nueva arquitectura institucional de colaboración (ALBA-PETROCARIBE, MERCOSUR-UNASUR, CELAC), frente a los organismos supra-estatales que actuaban como meras cajas de resonancia de la política exterior y los intereses de EEUU. El desarrollo de políticas post-neoliberales posibilitó alcanzar significativos avances en la reducción de las desigualdades sociales, de mejora en los índices de progreso social (salud, educación, reducción de la pobreza), en la mayoría de países que sustentaron estas políticas, nunca conocidas en la historia de Latinoamérica. En el caso de los países que componen el eje Bolivia-Ecuador-Nicaragua-Cuba-Venezuela, apuntan (con matices propios) hacia un proceso de transformaciones más ambicioso, tal y como lo caracterizó en 2005 (en el marco del V Foro Social Mundial) Hugo Chávez alrededor del concepto de Socialismo del Siglo XXI. Todo ello encadenando victorias electorales, en los principales países motores del cambio, que hicieron progresar las posiciones de izquierda o más moderadamente de centro-izquierda, considerando este fenómeno como una toma de posición mayoritaria de las clases populares, independientemente de la valoración que merezcan las gestiones de gobierno posteriores (el caso de Perú con Ollanta Humala es particularmente llamativo en este aspecto con su "viraje" neoliberal). Los elevados precios de la energía y las materias primas, las políticas distributivas que potenciaron el consumo interno, la práctica desaparición de la "carga" de la deuda heredada del periodo neoliberal anterior mediante una línea de relativa firmeza a la hora de plantear su reestructuración, la escasa presencia de entidades financieras contaminadas por los valores especulativos que hundieron el sistema financiero en EEUU y Europa, permitieron un incremento sostenido del PIB del conjunto de Latinoamérica, en tanto que el resto del occidente capitalista se abocaba en la recesión. A todo ello hay que sumar el espectacular crecimiento de las inversiones y las relaciones comerciales con China y en menor medida de Rusia, desplazando progresivamente a EEUU como principal y exclusivo protagonista económico. Todos estos factores también nos permiten entender las claves en que se ha sustentado el desarrollo de las políticas sociales, amparadas fundamentalmente por un generoso superávit fiscal de los estados y en determinados países (Bolivia-Venezuela, por ejemplo) por los aportes de empresas del sector público, minero y petrolero respectivamente.

17.-A lo largo de todo este periodo que aquí se toma en consideración (2000-2015), la estructura de poder económico de las clases sociales no se ha modificado de manera sustancial, tanto en los países que han desarrollado políticas más avanzadas, como en aquellos de perfil centro-izquierda o progresistas. El crecimiento económico, la mejora de la capacidad adquisitiva de las clases populares (estimulada por las facilidades de crédito a las familias) y la extensión de las políticas sociales se han visto correspondidos igualmente por un incremento de los beneficios del capital privado, ampliando su cuota de participación en la economía general. Dato este que contradice la imagen general mediática "socializadora" o "expropiadora" de estos gobiernos. De hecho la carga tributaria sobre las rentas más altas está todavía considerablemente alejada de la de la media de los países europeos y los países de la OCDE(1). Su aporte por tanto en el financiamiento de las políticas públicas del gasto social ha sido mínimo. Tampoco el crecimiento económico ha conocido una mayor diversificación de los sectores productivos descansando fundamentalmente en el modelo extractivista (minero, petrolero, agrícola). Incluso en las economías más industrializadas como es el caso del Brasil y Argentina, el peso del sector extractivista sigue siendo determinante. Es por ello que, sobre estas premisas, el impacto de la crisis que finalmente se ha producido sobre las economías del continente (menor demanda de China, práctico estancamiento en EEUU-Europa unido a la especulación a la baja en el mercado de las commodities extractivas) coloca en serias dificultades el mantenimiento, al mismo nivel que hasta ahora, de las políticas sociales de los gobiernos progresistas. A menos que se aborden cambios profundos en la estructura de poder económico de las clases. Por el contrario esta nueva coyuntura por la que asoma un cambio de ciclo, es visualizado por el gran capital internacional y las oligarquías latinoamericanas como la ocasión ansiada para desplegar toda su iniciativa con el fin de invertir la tendencia transformadora de la última década y media.

18.-Esta fase actual se podría caracterizar como el paso de la "resistencia" a la ofensiva de las derechas latinoamericanas para restaurar en su conjunto la matriz neoliberal dominante del pasado. El formato político y social que sustenta esta ofensiva, guarda muchas semejanzas independientemente del país en cuestión: Las élites del poder económico y sectores de la burguesía local, junto con las llamadas "clases medias altas" (en general personal adscrito a sus empresas con elevadas remuneraciones), configuran el núcleo dirigente y/o hegemónico en la construcción del discurso político y la toma de iniciativas. Se apoyan en sectores de la pequeña y mediana burguesía (comercial, manufacturera) y las clases medias en buena parte sobrevenida a ese estatus en el último periodo, convertidas en punta de lanza o "ariete" transmisor de su discurso. El objetivo es penetrar en amplias capas de las clases populares para generar un nuevo consenso social que se prefigura como de "cambio" frente a la dilatada gestión de los gobiernos progresistas. La corrupción, la inseguridad, la mala gestión, los impuestos, la inflación, el "excesivo" gasto público, la reactivación de la economía…son problemáticas centrales en su discurso, al que no dudan en adherir oportunistamente cualquier otra problemática de índole social (carestía de servicios públicos, ecología) siempre que contribuya al desgaste del gobierno respectivo. La constante en todos estos planteamientos es la deliberada ausencia de propuestas programáticas globales y hasta específicas, sin dudar incluso en asumir criterios demagógico-populistas (ese "populismo" que tanto critican sus medios). La indefinición intencionada es la salvaguarda para mantener en la reserva oculta la auténtica agenda neoliberal que les guía en su hoja de ruta. No sólo no presentan su auténtico sesgo político-ideológico, si hace falta se visten con ropaje "modernizante" y hasta "socialdemócrata", previa caracterización de su oponente como "izquierdismo radical" o, peor aún, "social-comunista". Alcanzado el gobierno, el cumplimiento de las promesas electorales pasa a un segundo plano, fenómeno que forma parte de la impronta o formas políticas que ellos históricamente practican. Para el desarrollo de toda esta estrategia cuentan con una poderosa munición mediática nacional e internacional, en Latinoamérica particularmente encadenada y coordinada. Los grupos de comunicación privados (dominantes en la esfera comunicacional) están prácticamente asociados, lo que les permite, entre otras malas artes, desvirtuar la realidad de un país (sin opción al contraste informativo) para asociar la "gestión" así presentada de ese gobierno a la del gobierno o fuerza política aliada: se "demoniza", por ejemplo, el chavismo y con él a todo aquel que se le asocie. Todo este proceso comunicacional se desarrolla "con el viento a favor" de unos valores consumistas, individualistas y competitivos, todavía dominantes a pesar de la mayor difusión de los valores contra-hegemónicos del último periodo, pero aun hoy minoritarios. Paradójicamente la mayor capacidad adquisitiva conquistada por las clases populares, ha retroalimentado la espiral consumista del "querer más de lo mismo".

19.-El impulso de esta ofensiva cuenta con el respaldo y el aliento militar, económico, político e ideológico de la Administración EEUU, la verdadera administración, esto es, el complejo militar-industrial y los poderes financiero-económicos. Su objetivo es restablecer el control hegemónico ejercido décadas atrás y asegurarse el acceso en las mejores condiciones a los recursos naturales y energéticos. Sus variables de intervención admiten todas las modalidades: la mediación política a través de agentes políticos locales, el "golpe suave" prolongado o cualquiera de las formas contempladas en la matriz de las "revoluciones de colores". En términos geo-estratégicos e institucionales significaría acabar con la experiencia del ALBA-PETROCARIBE, neutralizar MERCOSUR-UNASUR vaciándolo de contenido y convertir la CELAC en un organismo puramente testimonial. El objetivo es liquidar la institucionalidad integradora que se ha construido con parámetros que persiguen avanzar en la igualdad, soberanía y justicia social. En contrapartida pretende potenciar la Alianza del Pacífico (integrada como socios principales por México-Colombia-Chile-Perú), ampliándose mediante nuevos TLC (tratados de libre comercio) a otros países del continente. Todo ello en la perspectiva de su acoplamiento con el TPP (Acuerdo Económico Transpacífico) y la "triangulación perfecta" que constituiría su armonización con el TTIP (EEUU-Europa). Desde la perspectiva de los intereses hegemónicos de EEUU sería la forma ideal de globalización: el imperio de los principios neoliberales (ausencia de regulaciones, libre circulación de capitales) asumidos e interiorizados en el propio marco legal por los estados. La "competitividad" de los productos en circulación vendrá determinada por la intensificación de las condiciones de explotación de la clase trabajadora, en ausencia de normativas que la limiten y en el contexto de un proceso acelerado de privatización de los servicios públicos, al mejor estilo American Way of Life (estilo de vida americano-USA). Sería el sueño cumplido para las elites del capital multinacional global y a su vez la pesadilla para las clases populares. Así lo acreditan las luchas de resistencia en los estados (claros exponentes de la desigualdad social) donde se ha intentado consolidar este modelo y "exportarlo". En México, en franca deriva hacia un estado fallido como forma de "cohesión" social (sic) para la aplicación de un neoliberalismo salvaje, simultaneando la represión tradicional del aparato de estado con la actuación "ejemplar y disuasoria" de las organizaciones narco paramilitares, con el fin de frenar las movilizaciones populares y la creciente crisis y deslegitimación del propio estado. En Colombia las luchas se expresan combinando la defensa del proceso de paz entendido como consagración de un marco de avance hacia la justicia social, con las luchas obreras y campesinas contra los efectos visibles y demoledores del TLC neoliberal en ejecución. Junto con las luchas populares en Chile (con protagonismo del movimiento estudiantil) y Perú (fundamentalmente de los trabajadores de la minería), conforman los cuatro estados "modélicos" que mejor armonizan con el escenario de luchas anti-neoliberales del sur de Europa, dibujando un escenario político ni mucho menos consolidado.

20.-La estrategia de control imperial se centra también en los intentos de paralización de la iniciativa de los principales motores económicos del Mercosur, Argentina y Brasil, a la vez que se envían mensajes tentadores de firma de un tratado TLC a Uruguay "compatibles" con la presencia en el Mercosur. Con Argentina, a las puertas de una importante cita electoral este año, mediante la presión financiera de los fondos buitre y oscuras maniobras de naturaleza conspirativa (muerte del fiscal Nisman en extrañas circunstancias). En el caso de Brasil alimentando la presión social de calle opositora hasta poner al Gobierno de Dilma Rouseff contra las cuerdas, haciendo valer la amenaza de impeachment o proceso destitutorio (sin anclaje legal en la Constitución brasileña) con explicitas invocaciones a una intervención/golpe militar. Es claro que del lema de la bandera brasileña ordem e progresso, este sector de la derecha se inclina sobre todo hacia el primero. El denominador común de este aspecto de la estrategia imperial consiste en ejercer la suficiente presión sobre sectores del centroizquierda que gobierna en estos países (en base a una débil presencia de las posiciones de izquierda), de modo que su efecto final sea el "recentramiento" de sus políticas hacia una confluencia con las tesis más decididamente neoliberales. En este sentido el ejemplo de Brasil resulta particularmente sintomático: Después del "aviso" de las grandes movilizaciones populares de Junio del 2013 que escenificaron los límites de una política socialdemócrata errática (protestas contra el "negocio" de los contratos del Mundial-14, contra el aumento del precio en el transporte público, la carestía especulativa de la vivienda…) y tras una ajustada victoria electoral de Dilma Rouseff en 2014, confrontando y defendiendo la continuidad del proceso lulista frente a las propuestas neoliberales, eso sí, "encubiertas", de la derecha…Se decide imprimir desde el Gobierno de Dilma Rouseff (por las personalidades que incorpora a los Ministerios y sus líneas de actuación) un "controlado" o "prudente" viraje al neoliberalismo, encarnado en la figura de Joaquim Levy al frente de Hacienda y de Katia Abreu en Agricultura, que deja sumida en la perplejidad hasta a la propia derecha. Máxime cuando en esas recientes elecciones nadie, ni siquiera la travestida de centrismo derecha política brasileña, se atrevió a postular. Aunque se presenten como "tácticos" o coyunturales las líneas de ajuste fiscal (reducción del gasto público) de Levy y las políticas en sintonía con el agro-negocio de Katia Abreu, el efecto puede ser particularmente letal o "suicida" amplificando el descontento social alimentado además por los casos de corrupción en Petrobras, fenómeno que la derecha se encarga de instrumentalizar a pesar de que el affaire también le salpica. Y una manera de capitalizar para la oligarquía brasileña este caso consiste en poner los focos sobre la propia empresa, buque insignia de la economía brasileña, en la perspectiva de su privatización total.

21.-Los intentos de restauración neoliberal y hegemónica por EEUU contemplan también para un nuevo periodo una cierta dosis de flexibilidad táctica, sin renunciar al arsenal tradicional de formas de intervención. En este sentido se puede entender el inicio del proceso de normalización de relaciones con Cuba, por otra parte tutelado y con intención declarada de limitar su alcance por la mayoría republicana contraria en las dos cámaras USA, como una operación de marketing en una doble dirección: reconociendo el fracaso de la vía del bloqueo para el cambio del modelo cubano, habilitando otras vías para alcanzar ese mismo objetivo, y salir de la mala imagen que esta "anomalía" le proyecta a la hora de centrarse en otros objetivos, en particular en el espacio Latinoamericano. La heroica resistencia del pueblo cubano y el aislamiento internacional le han llevado a Obama a explorar una opción más pragmática. En esta línea de flexibilidad cabe considerar también el respaldo a los diálogos de paz de Colombia en La Habana, tras más de 50 años de lucha de las FRAC-EP y el ELN frente al ejército más poderoso de América del Sur asesorado y financiado por EEUU-Israel, abocado a pesar de esta desigualdad a un impasse militar. La paralización-neutralización de este frente conflictivo, en apariencia despeja el camino para el desarrollo y consolidación de la neoliberal Alianza del Pacífico. Desde la perspectiva de las fuerzas populares el desenlace final pretende no ir precisamente en esa dirección. En cualquier caso las consecuencias prácticas de ambos procesos con Cuba-Colombia, no se materializarán en el corto plazo. Simultanear esta política de "guante blanco" que hasta parece "cordial" y todo con el exabrupto del Decreto-Obama que declara a Venezuela "como amenaza inusual a la seguridad de EEUU", no es una cuestión de esquizofrenia política como provoca considerar en una primera lectura. Pareciera como si a este mismo personaje le tocara ejercer en este caso el papel de "poli malo", a demanda de los "poderes facticos que realmente gobiernan la política exterior de EEUU". Tampoco es el caso en sentido contrario, justamente porque el "reparto de papeles" halcones-palomas está integrado al mismo nivel que el cinismo y las mentiras en el conjunto de la política exterior EEUU. Si se observan detenidamente sus implicaciones, más allá de la literalidad del texto, se aprecia la coherencia de su impacto con el conjunto de la estrategia EEUU para Latinoamérica. Con independencia de su destinatario, el Decreto se instrumenta como una suerte de "aviso a navegantes" para cualquier otro país que ose desafiar el criterio de orden interno propio e internacional de EEUU, bajo interpretación de sus oscuros poderes reales. El largo historial de despropósitos a la hora de hacer valer su peculiar concepto del orden internacional y su defensa, merece fundadas desconfianzas de la comunidad internacional de países, con el añadido de la experiencia soportada en lo que hasta no hace mucho se consideraba para esta potencia como el "patio trasero". Sin duda este ha sido uno de los aspectos que más ha pesado en la victoria político-diplomática de la República Bolivariana de Venezuela sobre EEUU, escenificado en la Cumbre de Las Américas. Lejos de pasar de puntillas sobre esta cuestión como habría sido el deseo de Obama, el rechazo al Decreto ha sido uno de los temas centrales de la Cumbre, junto con el respaldo popular en Venezuela e internacional a la campaña por su derogación. Obviamente, por cuestiones de conocida prepotencia imperial, los términos de esta batalla no se cifran en torno a la derogación en el corto plazo del Decreto (50 años de bloqueo a Cuba son ilustrativos), giran ante todo en la señal de alerta y solidaria frente a un chantaje prolongado (del que disponen de una amplia variedad de opciones de presión) a un proceso bolivariano que, justamente en la medida en que es modélico, es "amenazante" para EEUU.

VENEZUELA AMENAZA CON LA ESPERANZA

22.-Las implicaciones específicas para la República Bolivariana del Decreto Obama son indisociables del contexto elegido para su implementación. Supone la "oficialización" de una política de degaste incentivada desde el Departamento de Estado EEUU prácticamente desde el inicio del proceso bolivariano. En su último tramo abarca desde el desconocimiento en 2013 de los resultados electorales que dieron el triunfo al Presidente Nicolás Maduro, apoyando la campaña opositora de desestabilización a lo largo de varios meses, pasando por la campaña de las "guarimbas" en 2014 (Febrero-Octubre) en respaldo de "La Salida" como opción golpista de un sector de la oposición. A comienzos de 2015 (Febrero) se desmontará un nuevo complot golpista fraguado desde una trama con ramificaciones cívico-militares. A su vez a lo largo de todo este periodo, el complejo mediático internacional intensificará nuevamente su campaña de descrédito hacia la República Bolivariana, en unas dimensiones inéditas y poco usuales para otros países. En estas condiciones es casi imposible sustraerse a una cierta dinámica impuesta de "vacío de poder", o al menos expresado con eufemismo, "grave limitación en el normal ejercicio de la gestión de gobierno". Con seguridad el efecto parálisis es el objetivo real del Decreto no explicitado o sencillamente encubierto. Todo ello con la vista puesta en la trascendental (como todas en Venezuela) cita electoral para finales de este año a la Asamblea Nacional. Se presenta como el complemento de la estrategia que se ha caracterizado como "guerra económica", entendiendo por tal el empleo de instrumentos de presión distorsionadores que exceden la lógica (en sí misma nada filantrópica) propia del mercado y la economía capitalistas. Se pueden incluir en este apartado prácticas (en el argot como se las conoce) tales como:

-Empresas de Maletín: Una vez que el Estado concede divisas a un cambio preferencial las empresas beneficiarias incurren en desfalco o fraude: a) por tratarse de una operación de importación fantasma que no se llega a producir; b) sustituyendo los productos por otros de inferior calidad o sencillamente "chatarra"; c) acordando con el proveedor una sobrefacturación sobre el costo real (el margen diferencial es el "beneficio"). (2)

-Raspacupos: Las divisas que se conceden a cambio preferencial para viajes al extranjero no se utilizan en su totalidad para gastos (se "raspa" la tarjeta y se obtiene el metálico). De este modo retornan y se cambian en el mercado paralelo generando beneficios (o se guardan).

-Bachaqueo: Los productos de primera necesidad que se obtienen a un precio subvencionado por las divisas preferenciales son revendidos a un precio muy superior. Esta práctica admite dos modalidades: exterior (a países limítrofes, sobre todo Colombia, en grandes cantidades) o interior (en Venezuela a escala minorista pero extendida)

-Bachaqueo de extracción: Contrabando a gran escala hacia países limítrofes de productos de costo subvencionado, sobre todo de gasolina o gasoil (la más barata del mundo), pero también de materiales de construcción, enseres…

-Acaparamiento: Consiste sencillamente en almacenar y mantener fuera del mercado, generando sensación de escasez, un producto a la espera de que su precio suba. Es la forma más antigua de especulación y tiene lugar a escalas muy distintas.

-Sobreprecio: Los productos que se han importado a una tasa de cambio preferencial, se colocan en el mercado con un precio de venta que se fija tomando como referencia el mercado de divisas paralelo (o incluso más). Esta práctica se puso en evidencia en Noviembre de 2013 con la campaña conocida como El Dakazo.

-Productos derivados: Faltan o escasean productos de la cesta básica cuyos precios están subvencionados/regulados y en cambio abundan "nuevos productos" que se elaboran total o parcialmente a partir de los anteriores, con ligeras variaciones, así eluden el control de precios.(3)

Esta línea de actuación a pequeña escala no pasaría de ser una forma de "picaresca" económica de incidencia casi irrelevante. Pero si se ejerce de forma combinada y simultánea en el tiempo, a gran escala y bajo directrices de aplicación incluso financiadas, los efectos son demoledores. En este aspecto es necesario considerar el carácter "parasitario"/especulativo del conjunto de la burguesía venezolana. Si un agente social en Venezuela es "rentista" ese es precisamente la burguesía, frente a ejemplos de otras naciones donde han desarrollado como fuente de beneficios la producción y la manufactura. Con una particularidad: su visión de los márgenes empresariales o beneficios no baja del 300% como forma "normal". A lo largo de los 40 años de la IV República, con gobiernos afines, fueron incapaces de construir un tejido industrial y productivo de cierta relevancia. Ahora la explicación para no acometerlo es "el temor a las expropiaciones". (4

-Guerra Macro-económica: Se incluye aquí el componente inducido en la caída de los precios del petróleo. Si bien la recesión global explica una parte importante de esta caída, no menos importante son sus dimensiones a partir de las políticas combinadas de EEUU y Arabia Saudí, aparentemente contradictorias pero en realidad complementarias en sus objetivos estratégicos. El primero extrayéndolo (mediante el fracking) con sobre-costo, es decir subvencionado y el segundo aumentando la producción. Entre los países más perjudicados figuran Rusia y sobre todo Venezuela cuyo petróleo representa el 95% de las exportaciones y la entrada de divisas. En este campo hay que considerar también la intervención de las agencias de calificación controladas por el capital financiero internacional, operando especulativamente a la baja sobre los Bono o Títulos soberanos limitando la capacidad de acceso a la financiación del Estado venezolano. En esta dirección también influye el fortalecimiento artificial del dólar, moneda-dinero "inorgánico" donde los haya pues está "respaldada" por la economía más endeudada del mundo. Finalmente el Decreto-Obama deja explícitamente abierta la puerta a sanciones económicas más amplias (además de las particulares que incluye en su lista) y otras formas de bloqueo económico-comercial.

23.-El resultado de todo este proceso es la configuración de un escenario que todos los analistas caracterizan como extremadamente crítico y delicado: inflación, desabastecimiento, "colas" que los medios opositores e internacionales magnifican y descontextualizan. El Gobierno del Presidente Nicolás Maduro desplegó una serie de medidas en general acertadas y necesarias para combatir estas prácticas: Ley de Precios Justos, instalación de capta huellas para la venta de productos de la cesta básica, incautación de decenas de miles de toneladas de mercancía acaparada, penalización del "Bachaqueo", intervención de cadenas de distribución acaparadoras, campañas de distribución directa por el Estado de productos de primera necesidad, mesas de dialogo con los empresarios… Han limitado el alcance de sus efectos pretendidamente explosivos pero los frentes de la "guerra económica" siguen activados. En la medida que no atacan las raíces del problema su eficacia es coyuntural: "Echamos de la casa al personaje molesto por la puerta y se colea por la ventana". En este contexto la oposición venezolana, hegemonizada por los sectores de ultra-derecha (si hay "moderados" estos nunca se desmarcan visiblemente de los anteriores), no pierde ocasión de capitalizar e intensificar el malestar social. Su discurso y estrategia se soporta en claves siempre constantes: descalificación global de lo que denominan como "modelo castro-chavista" y ahora complementado por la "naturaleza dictatorial del madurismo". Con estos mimbres ideológicos su campo de actuación privilegiado son las "clases medias", para desde esta plataforma social (a modo de correa de trasmisión) irradiar sus planteamientos a las clases populares. Sus señas de identidad más marcadas en la práctica política son el "todo vale" demagógico y oportunista con tal de desgastar al "régimen de Maduro": abogan por la devaluación del bolívar pero si el Gobierno toma alguna decisión en esta dirección, no pierden tiempo en criticarla ferozmente; critican por insuficientes las subidas salariales, actuando contra natura de los intereses que representan (¿quién ha visto a otra derecha en el mundo defender estas posiciones?); en teoría defienden la sinceración de los precios de la gasolina, la subida gradual, pero si esta se emprende por el Gobierno ya tienen listas las baterías con sus torpedos para explotar la situación. Son de memoria frágil en lo que concierne a "correr un tupido velo" sobre el desastre económico-social que provocaron las políticas de la IV República, de las que fueron protagonistas en su conjunto, por no seguir con sus irrefrenables veleidades golpistas (2002 y el "guarimbeo" reciente) y el "aporte" que estos hechos trajeron al "desarrollo" económico. Ahora bien si es necesario con fines electoralistas, también son capaces de apelar a un discurso pretendidamente "socialdemócrata" que respetaría y mejoraría la política de las Misiones sociales, al modo en que se presentó el eterno candidato de la derecha Henrique Capriles en las dos últimas campañas presidenciales. Todo es útil con tal de desalojar al chavismo del Gobierno y del Estado y así poner fin al proceso. La oligarquía y la burguesía venezolanas esperan, agazapadas tras los personajes políticos de la derecha, recuperar nuevamente el poder y poner al fin en marcha su agenda neoliberal. Sus expectativas se cifran en alcanzar una mayoría opositora en las próximas elecciones a la Asamblea Nacional, abriendo con ello un proceso revocatorio/destituyente, sin que esto implique abandonar otras opciones-atajo tipo "La Salida". El Decreto-Obama y su previsible desarrollo, junto con la intensificación de las presiones por parte de la derecha internacional, hace también su contribución nada desdeñable a la creación de una atmósfera que incentiva el "voto del miedo", enviando el mensaje implícito de que "desalojando al chavismo del poder se eliminan los problemas, se abren las puertas de la normalización internacional y de paso se acaba con lo que denominan la polarización". Desde esta perspectiva no es de extrañar que la oposición política venezolana (salvo alguna individualidad), ante este caso evidente de injerencia extranjera, no se haya sentido emplazada y se le haya esfumado el "patriotismo", pasando de largo del tema.

24.-Sin duda el proceso abierto por el Comandante-Presidente Hugo Chávez Frías en la República Bolivariana de Venezuela marca el inicio de un nuevo ciclo histórico, a lo interno de esta República y a nivel internacional. Desde el punto de vista de las realidades prácticas constatables pero también (y no es un aspecto menor), desde la perspectiva simbólica de esperanza para los pueblos del mundo. Como promotor de la integración latinoamericana y como precursor en este siglo de las políticas alternativas al neoliberalismo. En el balance de los 16 años de proceso revolucionario bolivariano en Venezuela se pone de relieve algo que los propios organismos internacionales acreditan: indicadores que reflejan la disminución de la pobreza, de las desigualdades, del analfabetismo, de mejora de la enseñanza, de los índices de escolarización, de la sanidad, de la alimentación, avances importantes en el problema de la vivienda… Es el resultado de las políticas desarrolladas a través de las diferentes Misiones Sociales que Hugo Chaves puso en marcha para atender lo que calificó como legendaria deuda social, en un país cuya renta petrolera ignoraba a las invisibilizadas clases populares. Políticas que la derecha califica por cierto de clientelares. Junto a esto y en el marco de avanzar hacia lo que definió como Socialismo del Siglo XXI, democrático y participativo, está la creación y desarrollo de los Consejos Comunales y las Comunas como formas de articulación del poder popular. En el plano económico destaca el hacerse con el control por el Estado de PDVSA (principal fuente de ingresos y divisas al país) y sobre el Banco Central de Venezuela (BCV), así como recuperar empresas clave privatizadas en etapas anteriores en sectores como telecomunicaciones, electricidad, siderurgia (CANTV, CORPOLEC, SIDOR), crear una banca pública y abrir el espacio a empresas de propiedad social (EPS) y otras empresas nacionalizadas, sobre todo en el área de la producción y distribución de alimentos. Sobre esta orientación se asienta el despegue del crecimiento económico en Venezuela en el periodo 2005-2012, en términos de PIB pero también en cuanto a la mejora de la capacidad adquisitiva en general y particularmente de las clases populares. Los índices de consumo se disparan y el ascensor social se activa dando lugar al crecimiento de las clases o estratos medios, aquellos que por la multiplicación de ingresos acceden a un status superior. Sin embargo, este crecimiento del poder adquisitivo no se ha visto acompañado por una trasformación sustancial de los valores y las relaciones propias de las sociedades capitalistas. A pesar del esfuerzo realizado en la creación de nuevos espacios contra hegemónicos (medios públicos y alternativos-comunitarios) y del impulso institucional a otras formas de expresión cultural, en el conjunto de Venezuela la ideología dominante se expresa a través de formas burguesas, con especial predilección por el consumismo y sus estereotipos del Norte. Este fenómeno aporta un condicionamiento añadido (que la derecha opositora explota sin complejos) a la hora de explicar las limitaciones que impone una situación de emergencia económica como la actual. La demanda creciente de bienes y servicios experimentada a lo largo de la última década, establecida gracias precisamente al impulso de políticas no neoliberales, terminan por convertirse en un boomerang que amenaza potencialmente la credibilidad y continuidad del proceso bolivariano, en la coyuntura actual de restricciones en la disponibilidad de divisas.

25.-Las elecciones a la Asamblea Nacional 2015 en la República Bolivariana de Venezuela poseen un elevado valor estratégico, con independencia de que institucionalmente no tienen por qué significar un cambio de Gobierno. Pero es obvio que en el actual contexto una mayoría opositora significaría un duro golpe al proceso bolivariano que despejaría el camino hacia una involución de las conquistas populares alcanzadas. Celebrado por la oligarquía internacional, este hipotético triunfo daría alas a la política exterior de EEUU en su afán de cerrar un ciclo abierto en Latinoamérica haciéndolo justo donde comenzó. Desde el Departamento de Estado se hizo el comentario recientemente de que "un resultado creíble (sic) en estas elecciones mejoraría las relaciones con Venezuela". Ya en los últimos comicios municipales de Diciembre 2013 la oposición proyectó sobre ellos un carácter "plebiscitario" y el tiro le salió por la culata, pero de eso no volvieron a hablar: estaban muy ocupados preparando las guarimbas de Febrero. Ahora manejan un mensaje subliminal-sobreentendido más poderoso como clave electoral: "o nosotros ganamos o sigue el Decreto-Obama". En cualquier caso y más allá del significado que entraña una nueva victoria sobre estos desafíos, la batalla política por ganar una holgada mayoría en la Asamblea Nacional tiene un alcance mayor. Se trata nada menos que de adaptar a la nueva coyuntura el Plan de la Patria 2013-2019 respaldado mayoritariamente por el pueblo venezolano con la elección del comandante Hugo Chávez en 2012, posteriormente confirmado de nuevo con la elección del Presidente Nicolás Maduro. Ese y no otro es la referencia-guía obligada elegida democráticamente. Ahora bien, "adaptar" no implica desnaturalizar o salir de las coordenadas marcadas por este Plan de Gobierno en el marco de avance al Socialismo del Siglo XXI, tal y como lo ancla en sus principios rectores. Se trata de establecer un Programa específico para la nueva legislatura que desarrolle los ejes fundamentales del Plan 2013-2919, atendiendo a los problemas que la coyuntura actual sitúa en un primer plano: a) Potenciar y diversificar el aparato productivo superando el modelo rentista-petrolero; b) Potenciar nuevas formas de propiedad y de relaciones de producción, evaluando las experiencias existentes; c) Desarrollar el poder popular articulando todas sus expresiones; d) Establecer un sistema cambiario que acabe con la especulación de las divisas; e) Extender la banca pública limitando y controlando la privada; f) Acometer una reforma fiscal progresiva cuya recaudación constituya el soporte básico del presupuesto de las Misiones Sociales; g) Centralización por el Estado de las importaciones que se realizan al cambio preferencial…Estas y otras áreas de intervención programática posibles, inciden justamente en aquellos aspectos que la coyuntura actual pone en evidencia como talones de Aquiles del proceso. O si se prefiere sus eslabones débiles, aquellos que el propio Comandante Hugo Chávez señaló cuando se refería a que "No nos llamemos a engaño: la formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Éste es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo". Abundando en este preámbulo al Plan de la Patria de Hugo Chávez, en cifras hay que recordar que la participación del sector privado en el PIB de Venezuela es del 70% frente al 30% del sector público y los depósitos en la banca privada son de un 65% frente al 35% de la banca pública. En la perspectiva de la batalla electoral se trata de imprimir una dinámica nueva, de Cambio en la Revolución que fortalezca la ilusión y la confianza en el proceso bolivariano. Estableciendo unas bases sólidas en las que se asiente la necesaria Unidad con la que hay que afrontar este trascendental combate electoral. Desde esta perspectiva la prioridad no se establece en torno a las/los candidatas/os para lo cual está en marcha el proceso participativo de elección en primarias. El protagonismo de la campaña descansa aquí en el Programa de Legislatura, propiciando en su confección final la mayor participación del pueblo chavista en toda su pluralidad, recogiendo todas las inquietudes y aportaciones. En él deben reflejarse los objetivos e intenciones junto con la forma o medios para su realización. Para ello se plantea la siguiente metodología:

A.-Se crea una Comisión desde el Gran Polo Patriótico y los movimientos sociales encargada de redactar la Propuesta de Programa, lo cual lleva implícito un cierto ejercicio de síntesis de las diferentes corrientes. Una vez aprobada como tal se hace pública, habilitando una página web que sirva de receptora de aportaciones y debate.

B.-La Propuesta se traslada al pueblo chavista para la realización de un ciclo de asambleas-debate y recogida de aportaciones con fecha límite.

C.-Finalmente la Comisión evalúa todas las aportaciones realizadas y procede a la redacción final que la somete a la consideración del GPP.

D.-Los candidatos electos por el chavismo se comprometen a la defensa y desarrollo del Programa, dando cuenta de su gestión mediante el contacto con las bases realizando asambleas periódicas.

Esta dinámica participativa centrada en el programa aporta dos ventajas importantes en la batalla electoral: Del lado interno al chavismo estimula la motivación y el protagonismo popular en la construcción y desarrollo del proceso, toda vez que conecta con el estado de ánimo y las inquietudes reales del pueblo. Del lado externo el debate provee de información y claves a la militancia a la hora de socializar con sólidos argumentos la defensa del proceso revolucionario. Este aspecto es fundamental: el Programa sitúa en el centro de la campaña lo que con toda probabilidad será una vez más el núcleo de la estrategia opositora, esto es, no ofrecer ninguna alternativa programática. Pretenderán nuevamente mantener en la sombra su orientación de retorno al neoliberalismo capitalizando toda forma de "malestar" y generando un clima de abstención en las filas chavistas.

Como ya lo vienen señalando diferentes analistas, el proceso bolivariano tiene ante sí la encrucijada de avanzar en las líneas trazadas por el Plan de la Patria 2013-2019, o de una manera u otra desembocar nuevamente en la senda neoliberal. Están en juego las grandes conquistas sociales de los últimos años. El protagonismo de los movimientos sociales y del pueblo organizado en las diferentes formas de poder popular constituye la mejor garantía para enfrentar este reto histórico. En la movilización y en la lucha contra la guerra económica, pero también en el debate y la construcción de un Programa que encare la nueva realidad en el marco de la lucha por la mayoría chavista en la Asamblea Nacional.

CONCLUSIONES

I.-El Socialismo es la alternativa de los pueblos que mejor define la necesidad de un cambio profundo del modelo económico, político y social ante la envergadura de la crisis del sistema-mundo capitalista. Un Socialismo superador de los errores pasados e inspirado por las aportaciones de los procesos en marcha, renunciando a establecer un Modelo-Guía de referencia. Incorporando a su proyecto las diferentes problemáticas ecológicas, anti patriarcales, feministas, de liberación nacional y emancipadoras.

II.-En este marco de avance es como adquieren sentido y condiciones de posibilidad las propuestas de contenido y alcance "socialdemócratas". Las limitaciones que impone la estructura de poder económico-financiero del capital global, condenan a un efímero recorrido estas conquistas salvo que se consoliden mediante la profundización y ampliación de las transformaciones.

III.-Para los procesos en marcha y los que se puedan abrir en esta dirección, es de vital importancia el desarrollo de una arquitectura institucional internacional que anule progresivamente la dependencia de los centros de poder económico-financieros del capital y sus políticas neoliberales. Los proyectos emancipadores de manera aislada son blanco fácil de las políticas depredadoras y asfixiantes del capital financiero internacional.

IV.-Los movimientos sociales que nutren y dinamizan los procesos de transformación, no deben ser meros apéndices electorales cuyo recorrido se agota con el triunfo total o parcial, con el acceso a niveles de poder institucional y de gobierno. Por el contrario deben tener un papel activo protagonista en la defensa de las conquistas alcanzadas, su desarrollo y la definición de nuevos objetivos.

V.-La democracia participativa debe constituir un pilar fundamental de este proyecto de Socialismo. No solo con su reconocimiento institucional, habilitando un proceso constituyente que lo consagre, sino también en la dinámica interna de las organizaciones sociales y políticas que impulsan el proceso.

VI.-La solidaridad, la comunicación fluida entre los diferentes procesos y en lo posible su articulación institucional y comercial, constituye un soporte necesario para contrarrestar la presión económica y mediática adversa. Una solidaridad entendida desde la perspectiva de la ampliación de espacios internacionales que deslacen la lógica del mercado neoliberal.

NOTAS

(1) véase un estudio de políticas fiscales en : http://www.vocesenelfenix.com/content/la-pol%C3%ADtica-fiscal-en-am%C3%A9rica-latina-pasado-reciente-presente-y-futuro

(2) Sobre este tema ver también en: http://www.aporrea.org/ddhh/a193939.html

(3) Más información en: http://www.vtv.gob.ve/articulos/2014/01/16/claves-para-entender-la-guerra-economica-en-venezuela-video-9684.html Y http://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/datos-sobre-la-importacion-alimentaria-en-venezuela-infografia

(4) ) Más información en: http://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/en-venezuela-no-hay-empresarios-breve-repaso-historico-i

JOSEBA PEREZ

Caracas 20-4-2015

Miembro de la Fundación Pakito Arriaran (Venezuela)



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