Resulta incomodo, indignante, sentarse a escribir, cuando has recibido una noticia tan triste como la del asesinato de un compañero, un amigo, un maestro, solo así puedo definir mi percepción de Omar Ruiz Manzanares, paladín de la justicia, y un nuevo "mártir" de la revolución, debo decirlo sin temor a equivocarme con las comillas, que generarán la suspicacia del lector, hago uso de ellas, no como norma gramatical para distinguir o poner en tela de juicio las características de vida, de mi pana Omar, (así le llamaba y le llamaré), si no por el simple hecho de la necesaria pausa que debemos hacer para frenar de una vez por todas la aparición de nuevos "mártires", entiendo el dolor de todas las familias de los cuadros caídos en Revolución, me he unido al duelo, y he luchado personalmente a través de los medios para garantizar la difusión del mensaje político de la revolución, para mantener vivo su legado en la tierra, pero como contraparte, y haciendo uso de la necesaria autocritica, siento desde mis entrañas la necesidad de expresar: ¡no más mártires.!
Al ritmo que vamos, con la escalada de violencia en la que está sumida el país, nos estamos quedando con las manos vacías de esperanza, para entregarla en esos barrios que caminaba, El "Coronel", como le llamaba la gente, a la que atendía hasta las 12 de la medianoche (estoy convencido y se bien, que un número preocupantemente reducido de funcionarios lo hace). Cada vez más, se agudiza una profunda crisis en el sistema policial, judicial, y en toda la superestructura que debería ofrecer seguridad al pueblo Venezolano, Omar no escapó de ello; aunque sí dio, como NADIE muestras de valentía al "entromparle" directo al crimen organizado, sin escoltas. Me atrevo a decir, sin tapujos, que el pueblo Guariqueño, a quien se bien que le duele la pérdida, espera que hagan trabajo, aquellos que se jactan de ser de "Contrainteligencia", y sin duda parecen tener la "Inteligencia en contra", o simplemente no les importa o bien probablemente el tema de la seguridad, se les salió de las manos.
Las cifras de muertes en Miranda y Guárico, estados de los cuales conozco mucho, pues mi vida ha transcurrido entre ambos, las he estudiado, y alarman a la población, son muchos los Venezolanos que caen, en manos del hampa, hace nada era "Coraspe", ahora Omar, entre ambos estados, siguen cayendo victimas, y las autoridades, luego de espectaculares despliegues "desarticulan parcialmente", a las bandas criminales. Sin prevención, y apagando las funciones de una figura que creó el Gobierno Regional: "Pobreza Cero", dudo muchísimo que estas cifras puedan variar, los números no mienten, vivimos en uno de los estados más inseguros del país, lo más arrecho: en Guárico gobierna la revolución, en Miranda la Oposición, las cifras, lamentablemente muy parecidas. También seguro estoy, que estas líneas serán objeto de estudio, de profundas criticas, y seré llamado por alguna cúpula, o quizá uno que otro "lamesuela de turno", como traidor o "Trotkista", (está de moda llamar así, a quien haga uso de la crítica sin disfraz, y sin miedo, "Por la calle del Medio", como lo hago siempre).
Quiero finalizar dejando algunas palabras de aliento, para la familia, y los muchos amigos que deja el "Cnel. Manzanares" en la tierra, pero debo hacerlo también por cada uno de las víctimas de la violencia en Venezuela, diría mi pana Omar, luego de las risas y chistes: cuando la conversación tomaba un tono serio y crítico, en torno al tema de la inseguridad en el país: "si mejoras la salud, educación y vivienda estarás atacando las causas de la falta de seguridad". Aun estamos en deuda, con eso, falta mucho, hemos hecho bastante, pero como nos queda.
Reiteramos, Omar Antonio Ruiz Manzanares, es en efecto un mártir, pero también es una víctima, a nosotros nos queda el dolor, su recuerdo vivo en nuestros corazones, su trabajo incansable, gratificante muestra de amor hacia el pueblo, por quien sacrificó mucho.
@calledelmedio1