Los delirios de Diosdado

Pretender que todas las personas que hacen colas en los establecimientos comerciales, son contrabandistas y especuladores, es un exabrupto. Hoy, El término "bachaqueo" se utiliza, coloquialmente, para referirse a aquel que va a hacer colas para ubicar productos, no necesariamente, es aplicado para aludir a aquellos que venden de forma ilícita, con sobreprecio o para contrabandear hacia Colombia.

Realizar un análisis sobre los que sucede con el tema del desabastecimiento no implica justificar prácticas ilegales, por tanto, hay que ir a las raíces profundas que determinan el accionar del "bachaqueo" en el país y no solo aplicar medidas represivas en donde terminan pagando justos por pecadores, tal como asoma el diputado Diosdado Cabello. La crítica y delirante de Diosdado al llamar "plaga" a los "bachaqueros" sin entender las razones de este fenómeno social lo deja muy mal parado ante los excluidos de siempre.

Por otro lado, querer esconder la corrupción y contrabando de los cuerpos de seguridad con las OLP es aún más delirante, pues siguen las denuncias de los casos de miembros de la GNB, PNB, Ejército, Policías regionales y municipales, inmersos en estos manejos dudosos. El contrabando de gasolina y de alimentos hacia Colombia se mantiene y no ha habido manera de controlarlo, ninguna política ha surtido efecto ante este flagelo que azota a los venezolanos de la frontera. Esto sólo se ha podido mantener con la complicidad de los cuerpos de seguridad del estado, no hay otra razón.

Todos los planes para controlar el contrabando y la especulación, proveniente de sectores inescrupulosos que utilizan eso que hacen llamar "bachaqueo" para lucrarse, son SÓLO REACCIONES ESPAMÓDICAS que no resuelven el fondo de la problemática y lo que ha hecho es incentivar el consumismo voraz.

La represión instaurada por las OLP como mecanismo para enfrentar la delincuencia, el contrabando y la especulación, no solucionará el tema de la inseguridad. La represión genera más resentimiento y sensación de poca libertad. Esto no produce en la psique de los ciudadanos una impresión de seguridad o de holgura libertaria, por el contrario, genera desasosiego y paranoia colectiva.

Ante esta situación el Gobierno Revolucionario tenía dos opciones 1) asumir la perspectiva desde la teoría funcionalista de represión y cárceles como castigo, es decir, la restricción de la libertad aplicando políticas represivas 2) avanzar en unas políticas verdaderamente socialistas de prevención, re/educación y r/einserción de aquellos que la burguesía llama "anormales" e ir erradicando las cárceles/castigo. Para lograr esto los cuerpos policiales y los recintos carcelarios deben ser estructuras modelos donde los transgresores de la norma puedan establecer un vínculo con la sociedad comunitarita en construcción, desde una perspectiva de la inclusión social. Pero el gobierno optó por la salida más fácil la represión/cárcel, sin visualizar una perspectiva humanista y revolucionaria.


Docente/investigador. Universidad del Zulia. Licenciatura en Antropología.

jalarconxxi@gmail.com



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