El viejo temor se ha hecho realidad: algunos de los principales medios de comunicación están ya en manos de los vendedores de cañones.

Medios de comunicación en unas pocas manos

La irrupción de Internet y la revolución digital han provocado en el campo de los medios de comunicación un traumatismo inédito (1). Movidos por las ansias de poder y las perspectivas de dinero fácil, mastodontes industriales procedentes de sectores como la electricidad, la informática, el armamento, la construcción, la telefonía y el agua se han precipitado sobre el sector de la información, levantando rápidamente grandes imperios y pisoteando, de paso, algunos valores fundamentales, empezando por la preocupación por proporcionar una información de calidad.

En todo el mundo, gigantescos conglomerados se apoderan de los medios de
comunicación. En Estados Unidos, donde las normas contra las concentraciones en el campo audiovisual se abolieron en febrero de 2002, America Online ha comprado Nestcape, la revista Time, la Warner Bros y la cadena de información CNN; General Electric, la empresa mundial más importante por su capitalización bursátil, se ha hecho con la NBC; la firma Microsoft de Bill Gates reina en el mercado de los programas informáticos y quiere conquistar el de los videojuegos con su consola X- Box, mientras que con su agencia Corbis domina el mercado de la fotografía de prensa; la News Corporation de Rupert Murdoch ha asumido el control de algunos de los periódicos británicos y estadounidenses de mayor difusión (The Times, The Sun, The New York Post) y posee una red de televisión por satélite (BskyB), una de las cadenas de televisión de Estados Unidos (Fox) y una de las principales empresas de producción de películas (20th Century Fox).

En Europa, Bertelsmann, la mayor editorial del mundo, ha adquirido RTL Group y controla actualmente en Francia la cadena de radio RTL y la cadena de televisión M6; Silvio Berlusconi posee las tres cadenas privadas de televisión más importantes de Italia y controla, como Presidente del Consejo, el conjunto de las cadenas públicas; en España, el Grupo Prisa controla el diario El País, la Cadena SER, el canal codificado Canal Plus y un polo de editoriales.

En Francia, la crisis del mercado de la publicidad, la caída en las ventas de periódicos y la llegada de los diarios gratuitos han llevado al reagrupamiento de las publicaciones periódicas, favoreciendo la entrada de industriales en el capital de las sociedades de prensa que se encuentran en dificultades. En este contexto, el desmantelamiento de Vivendi Universal Publishing (VUP) ha provocado un cambio radical. El grupo Dassault, presidido por Serge Dassault, hombre de derechas que obtuvo la alcaldía con los votos del Frente Nacional y que ya controla Le Figaro y numerosos periódicos regionales, ha podido adquirir de este modo el semanario L'Express, la revista Expansion y catorce publicaciones más, convirtiéndose, mediante la empresa Socpresse, en el primer grupo de prensa del país.

Por otra parte, el grupo Lagardère, presidido por Jean-Luc Lagardère, hombre igualmente de derechas, próximo a Jacques Chirac, que constituye el principal editor de Francia (Hachette, Fayard, Grasset, Stock, etc.) y que ya posee diversos periódicos regionales (Nice-Matin, La Provence), domina el sector de las revistas (Paris Macht, Elle, Tele 7 Jours, Pariscope, etc.) y controla la distribución de periódicos a través de la red de quioscos Relay y de las Nouvelles Messageries de la Presse Parisienne (MNPP), ha comprado el polo editorial VUP (Larousse, Robert Laffont, Bordas, etc.), convirtiéndose en uno de los gigantes europeos de la comunicación y no oculta sus deseos de absorber bien Canal Plus o bien la cadena de televisión pública France 2.

Estos dos grupos –Dassault y Lagardère- tiene en común la inquietante particularidad de haberse constituido en torno a una empresa central dedicada a la actividad militar (aviones de caza, helicópteros, mísiles, cohetes, satélites, etc.). El viejo temor se ha hecho realidad: algunos de los principales medios de comunicación están ya en manos de los vendedores de cañones. En este momento en el que se producen las tensiones con Irak, es de imaginar que estos medios de comunicación no se opondrán enérgicamente a una intervención militar contra Bagdad.

El apetito voraz de los nuevos señores de la comunicación ha llevado a otras publicaciones a buscar una orientación crítica para poder escapar a su control. El grupo Le Monde (2), por ejemplo, se ha aproximado recientemente a las Publications de la Vie Catholique (Télérama, La Vie) adquiriendo el 30% del capital, así como al semanario Le Nouvel Observateur, y proyecta colocar una parte de su capital en bolsa.

Todas estas concentraciones amenazan el pluralismo de la prensa y la democracia. Llevan a privilegiar la rentabilidad y a situar en los puestos de mando a gestores cuya principal preocupación es la de responder a las exigencias de los fondos de inversión que poseen una parte del capital. Estos "fondos basan sus estimaciones en tasas de inversión comprendidas entre el 20% y el 50% según el nivel de riesgo de los activos, y puesto que
la prensa se considera como un sector más bien arriesgado" no vacilan en exigir "despidos de personal" (3).

Uno de los derechos más preciados del ser humano es el de comunicar libremente sus ideas y opiniones. En las sociedades democráticas, la libertad de expresión no solo es una garantía, sino que va acompañada de otro derecho fundamental: el derecho a estar bien informado. Ahora bien, la concentración de los medios de comunicación mediante la fusión de periódicos antes independientes en el seno de grupos que se han convertido en
hegemónicos ponen en peligro ese derecho. ¿Deben los ciudadanos permitir este atentado contra la libertad de prensa?. ¿Pueden aceptar que la
información se convierta en una simple mercancía?

Notas

(1) Véase La Tyrannie de la communication, Folio Actuel, nº 92, París, 2001.

(2) Este grupo posee el 51% del capital de Le Monde Diplomatique SA;
controla, además del diario Le Monde, las revistas Courrier international,
Cahiers du cinéma y el diario regional Midi libre.

(3) Stratégies, París, 30 de noviembre de 2001.
31 de diciembre del 2002


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Ignacio Ramonet


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