Dentro de pocos días habrán transcurrido nueve meses del presente año y la situación socio-económica que atravesamos continua empañando la calidad de vida del pueblo venezolano, y es que a pesar que el Presidente prometiera a finales del año pasado, que en el 2015 sería derrotada, lo que ellos denominan, como guerra económica, vemos que del dicho al hecho existe un largo trecho, ya que la situación en el presente año ha empeorado de una forma abismal y no hay quién le ponga freno a esta lamentable situación.
Hoy por hoy, la inflación se ha disparado, a tal punto, que ha acribillado la capacidad de ahorro de los venezolanos honestos que viven de su trabajo, se ha marcado fuertemente la escasez no solo de alimentos sino de medicinas y otros productos que por no ser de primera necesidad no dejan de ser importantes para la población. A esto le sumamos la delincuencia en las calles que vulnera la confianza y tranquilidad del venezolano y la corrupción, que es el flagelo responsable de generar la crisis socio-económica que vivimos en el presente. Sin embargo, el gobierno central calla, y pretende generar un clima de una Venezuela de maravillas, y eso es lo que podemos observar en cualquier medio de comunicación estatal, en donde apreciamos que el único problema que atraviesa el país es el contrabando en la frontera, como si esto fuera algo nuevo, y es que esta situación, para nadie es un secreto, que venía ocurriendo desde mucho tiempo atrás y el gobierno jamás mostró una postura clara de defensa de nuestra soberanía, la cual estaba siendo violentada por la ilegalidad, sin embargo estos dirigentes súper rojo rojitos vienen a darse cuenta de esta terrible problemática unos meses antes de las elecciones parlamentarias.
Pero lo más triste de todo, es que quedan, prácticamente, tres meses para culminar el año y la promesa del Presidente Maduro de enderezar la situación, quedará como eso: como una simple promesa; ya que no vemos acciones claras que busquen arreglar toda esta distorsión económica que ha resultado más violenta que la misma delincuencia en las calles. En el discurso apuntan a reactivar la producción interna para acabar con la escasez y contrarrestar la inflación, eso suena muy bien, pero en lo real el pueblo desconoce si eso está ocurriendo ya que solo observamos que el gobierno continúa invirtiendo cantidades importantes de recursos para la importación de alimentos, lo que demuestra lo inconsistentes que son estos gobernantes, quienes no tienen uno o dos años en el poder, son más de quince años gobernando este país y que además cuentan con tierras y empresas de producción de alimentos que fueron estatizadas con el fin de garantizar la soberanía alimentaria y resulta que en el presente Venezuela depende de foráneos para garantizarle a la población la comida que demandan.
Sin embargo, mientras todo esto ocurre, para esta ambigua dirigencia en el poder, es de mayor prioridad adquirir aviones Sukhoi; o flotas de camionetas Four Runners para la caravana del Presidente o para la de ministros o gobernadores; o adquirir motos de altas cilindradas para sus numerosos escoltas; o no perder la oportunidad, ante cualquier excusa, de viajar al exterior con comitivas cuantiosas. Aquí sí no aplica el discurso de la austeridad y de sustituir las importaciones por lo nacional, ya que cuando se trata de sus lujosas camionetas y motos de alta cilindrada los bonitos discursos se olvidan, pero además ¿Será prudente gastar más recursos en adquirir aviones de guerra cuando atravesamos una crisis económica tan severa? ¿Cómo esta burocracia puede estar pensando en la adquisición de estos aviones cuando el país atraviesa una escasez fuerte de algo tan vital como lo son los alimentos y las medicinas? Pienso que la prioridad debería ser esa, garantizar la estabilidad socio-económica del territorio, pero para quienes dirigen el país los intereses parecieran ser otros, y es aquí dónde queda en evidencia que estos señores no padecen de angustia alguna ante la alta inflación que atravesamos, ni tampoco se calan las colas en los supermercados para comprar los alimentos que han de llevar a sus casas.
Espero no tener que escribirle al Presidente en el mes de diciembre, para recordarle que su promesa finalmente no fue cumplida…
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