¿Sabía Usted?

Que en estos últimos diez y seis años, Venezuela ha tenido ingresos por conceptos petroleros superiores a 800 mil millones de dólares?

NOTA: De ninguna manera queremos exculpar a quienes dilapidaron los ingresos de Venezuela en tiempos anteriores a la Revolución Bolivariana, que con toda seguridad son aún mayores a los que se esfumaron en estos últimos años, pues ha sido una característica de la clase gobernante de Venezuela, su irresponsabilidad para administrar la riqueza nacional a través de toda su historia, con algunas notables excepciones como la del Comandante Hugo Chávez, quien dedicó su vida a combatir y acabar con la corrupción, labor imposible para una sola persona, como todos sabemos. Hoy vemos cómo esos ingresos que nos pertenecen a todos los venezolanos y que deberían estar siendo utilizados en beneficio de toda nuestra población, se encuentran fuera del país, engrosando los caudales y fortunas de empresas y personas extranjeras, que además nos desprecian y aseguran que somos pobres porque somos flojos, porque no sabemos gobernarnos, porque no sabemos vivir según las normas que ellos dictan y que algunos venezolanos aplauden. Si algún pecado hemos cometido, es el haber permitido que esa clase gobernante de nuestro país haya actuado sin supervisión, sin control, sin auditoría de parte de la mayoría de la población venezolana. Hoy está más claro que nunca que la población venezolana tiene el derecho y la obligación de exigir del gobierno nacional una Auditoría Pública y Ciudadana Permanente de todas las instituciones del país. De lo contrario, estaríamos condenados a vivir por siempre, bajo el imperio del abuso de quienes nos gobiernan y de la corrupción, la pobreza de la mayoría, el despilfarro de nuestros recursos y la injusticia generalizada.

¡En nuestras manos está la solución!

¡En eso consiste la Democracia Participativa y Protagónica!

¡Eso es el Poder Popular!

Volviendo al tema que nos ocupa, queremos resaltar, que los ingresos antes mencionados habrían sido suficientes como para:

- Haber construido más de mil pequeñas ciudades modernas (como para unos 20.000 habitantes cada una), con todos los servicios, parques, centros culturales, consultorios médicos, museos, mercados, polideportivos, modernos acueductos, plantas eléctricas, de tratamiento de aguas, de residuos sólidos; repartidas convenientemente en todo el territorio nacional. ¡Verdaderos lugares para vivir bien!

- Haber construido una poderosa Industria Petroquímica de importancia mundial, en nuestro territorio, para darle valor agregado al petróleo y gas que tenemos para exportar.

- Haber construido más de mil Complejos Industriales y Agroindustriales para procesar la materia prima proveniente del petróleo, hierro, aluminio, gas, plomo, arcilla, bosques, granjas agropecuarias, etc., generando a su vez numerosas fuentes de empleo digno para la población. ¡Eso es socialismo!

- Tener más de mil hospitales completamente nuevos, dotados con la última tecnología y personal altamente calificado, para atender de manera gratuita la salud de sus habitantes. ¡Eso es socialismo!

- Tener más de veinte mil centros educativos modernos en todos los niveles y en todas las aéreas, perfectamente equipados.

- tener más de cien autopistas y líneas férreas para atravesar el país de norte a sur y de este a oeste.

- Tener más de tres mil unidades agro productivas de unas mil hectáreas cada una, dotadas de todo el equipamiento necesario, con unas doscientas viviendas cada una, club social, abastos de alimentos, ropa, artículos básicos, farmacia, panadería, campos deportivos, centros de salud, educación, capilla, teatro, camiones, tractores, sembradoras, cosechadoras, vialidad interna, planta eléctrica, de tratamiento de aguas, de desechos sólidos, etc. ¡Para vivir bien en el campo!

- Tener un servicio de transporte excelente a nivel nacional gratuito. ¡Eso es socialismo!

¡Pero no tenemos nada de eso!

Todo lo anterior y mucho mas, lo pudiéramos tener actualmente, si hubiésemos tenido una clase dirigente más honesta, eficiente, responsable y mucho menos egoísta y terca; una dirigencia opositora con amor a su patria y a su pueblo y un pueblo menos dócil, menos distraído, mas informado, más atento, más pendiente y más exigente con sus gobernantes. "Al pueblo manso siempre lo arrean y eso no pasa si es montaraz", decía Ali.

Ahora bien, se supone que la clase gobernante y dirigente de la denominada Cuarta República estaba integrada por corruptos, ineptos, negligentes, indolentes, abusadores, irresponsables, etc. Que eso era algo que habíamos logrado dejar atrás. Pero resulta que hoy, después de diez y siete años de haber iniciado una Revolución, nos encontramos en iguales o peores condiciones que en la Cuarta, pero nuestros actuales dirigentes nos aseguran que esto es una revolución socialista y que no debemos regresar al pasado. Que no debemos exponernos a perder lo que hemos logrado. Claramente se ve que esta extraña revolución se ha desviado, que se ha perdido el rumbo trazado por nuestro Comandante Supremo. Que hemos perdido mucho más que lo que hemos ganado.

Una revolución socialista nos debe conducir a una sociedad gobernada por la ciudadanía consciente y organizada, donde los gobernantes obedecen al pueblo, escuchan sus críticas y satisfacen sus deseos, pero eso no lo estamos observando actualmente en nuestro país. Nuestro gobierno se irrita con quienes no comparten sus decisiones, se ofende si le critican. No asume la responsabilidad por sus errores, como lo hacía Chávez. No confía en el control obrero de las empresas recuperadas. De todo culpabiliza a los pelucones, al imperio, a Dollar Today, a los contrabandistas, a los especuladores, al gobierno colombiano, a la guerra económica. Pero no combate. El presidente no toma medidas radicales, no se enfrenta al problema. No incentiva la producción. No estimula el trabajo productivo. No promueve la economía comunal. Lo único que hace es amenazar, hablar duro, insultar, promover costosos eventos musicales y la recolección de firmas. De ahí no pasa.

Para que el pueblo pueda ejercer el control de sus gobernantes, es imprescindible profundizar el Poder Popular y esto pasa por ejercer el dominio popular y organizado de los medios de información y comunicación, pues se requiere que la opinión pública se manifieste con toda su fuerza y que los funcionarios la respeten y le teman. Actualmente, los medios públicos están al servicio de las élites del gobierno y este es un grave impedimento para ese control. El imperio más poderoso que existe es la opinión pública y es el pueblo quien debe administrarlo.

No se justifica que el pueblo venezolano esté padeciendo las penurias actuales, escasez, desabastecimiento, pobreza, angustia, etc., cuando es poseedor de tan grandes riquezas. Somos en realidad un pueblo pobre, viviendo sobre un tesoro y muchos hasta deseando "irse demasiado" para otra parte. Todo por falta de conciencia, que como sabemos es falta de conocimiento. Todo por falta de gobierno!.

Si queremos un gobierno responsable, no basta con elegirlo!.

¡Tenemos que exigirlo!

El gobierno que tenemos puede hacerlo mejor!

Pero tiene que rectificar! Dar el Golpe de Timón!

Y el pueblo tiene que exigir pero también tiene que colaborar!


No es tarde, aun podemos enmendar la plana. ¡Querer es poder!



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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