Quinto malo

El golpe blando se endurece

El golpe blando que hace poco insinuó para Venezuela el presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, comenzó a endurecerse a partir del pasado domingo 6 de diciembre, cuando el imperio yanqui y sus títeres ultraderechistas de acá, ganaran las elecciones parlamentarias en nuestro país.

Una máxima de la guerra invita a no subestimar jamás al enemigo. Mucho menos si ese enemigo cuenta con el poderío militar más grande del mundo y los aparatos hegemónicos de control en la propaganda y en el campo simbólico en general.

Desde hace rato venimos utilizando la palabra "guerra" en Venezuela. En los dos últimos años la hemos identificado como guerra económica y, en este 2015 la hemos sentido recrudecerse con el acaparamiento de alimentos y otros bienes, con la manipulación de precios desde la ventana de esa "taquilla" expendedora de Dolartudey, con la figura espontánea del bachaqueo y con la manipulación de sus efectos perversos por parte de quienes declararon esta forma de confrontación bélica.

No sé si nuestra Revolución Bolivariana y Chavista se propuso estudiar en profundidad los orígenes y expresiones de eso que todos nos acostumbramos a llamar "guerra económica". Necesario era investigar y divulgar por qué a ese combate sin víctimas aparentes, sin campos minados, sin heridos ni muertos inmediatos se le ha llamado "guerra".

Todo un esfuerzo enorme, desde el Gobierno Revolucionario que preside el camarada Nicolás Maduro, se dirigió a intentar debilitar las posiciones enemigas tan sólo con una distribución y venta de productos en paralelo a los de las grandes transnacionales y distribuidoras nacionales como Polar o P&G, por nombrar sólo a dos.

Nunca se actuó en función de radicalizar nuestra Revolución, de expropiar a los grandes capitales enemigos que operan en el país con coordinación política directa del imperio yanqui, su Departamento de Estado, la CIA y el Pentágono. Ese enemigo siguió avanzando perseverantemente mientras nosotros reposábamos en nuestros laureles, heredados de los liderazgos de Bolívar y Chávez.

El pasado domingo nos tomaron el campamento por asalto. Las tropas enemigas lo penetraron a fondo y consiguieron la victoria democrática dentro de un Estado en el que habíamos avanzado poco por transformar y se mantenía, prácticamente intacto desde que se inició este proyecto –Constituyente, Constitución y Misiones mediante- en 1999.

La victoria enemiga no es pírrica, no se puede ni debe subestimar, persigue profundizar en el Golpe de Estado contra Venezuela y nuestra Revolución Bolivariana y Chavista, que ha sido referencia importante para la organización y gobierno popular, no sólo en el país, sino en Nuestramérica y en el mundo.

La mayoría calificada de diputadas y diputados de derecha en el parlamento venezolano comenzará, más temprano que tarde, ejecutará, de manea definitiva, el Golpe de Estado que ya han intentado de otras maneras y que, cuando se lo propusieron de manera cruenta en 2002, resultaron derrotados en menos de 48 horas, por un pueblo que se fue a las calles junto a su Fuerza Armada Nacional Bolivariana y restableció en el poder al Comandante Presidente Hugo Chávez Frías.

La victoria de la derecha venezolana es la victoria del imperio estadounidense y de las transnacionales petroleras. No se van a detener en su afán de desplazarnos, de manera "blanda", del Gobierno que nos hemos dado y que, al menos nominalmente, llamamos "del poder popular".

Esto no significa que debamos rendirnos, que entreguemos todo y le dejemos el camino abierto para la recuperación del poder político por sus manos. Significa que hace falta ponderar las decisiones que debemos tomar. La flota y portaviones yanquis no era una casualidad, ni la incursión de aviones militares gringos sobre nuestro territorio, tampoco. Habíamos expresado en otra oportunidad que estábamos ante una misma estrategia que, más que de ataque o invasión armada, lo que pretendía, en lo inmediato, era ofrecer seguridad a los opositores derechistas en Venezuela, en caso de que no aceptáramos reconocer su victoria electoral en estas parlamentarias.

Lo cierto es que el golpe blando se endurece. No hay dudas. A partir de marzo de 2016 los poderes del Estado venezolano estarán desmantelados, la estocada contra el Ejecutivo bien calculada y la muerte de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en inminencia.

La Revolución Bolivariana y Chavista quizás deje de ser Gobierno, pero seguirá siendo Revolución, por nuestra independencia y la Patria socialista. Éste es el reto.



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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